Ocho capillas para descubrir en Semana Santa
De Jujuy a la Patagonia, un sencillo circuito de fe para peregrinar hasta un puñado de "pequeños tesoros" tan notables como remotos y con historia
Históricamente, la iglesia es lo primero que se construía cuando se fundaba un pueblo. Más discretas, sencillas e intimistas, las capillas se levantaban en parajes alejados, a veces, otras eran la "sucursal secundaria" de un templo mayor. Salpicadas por todo el país, desde la inhóspita aridez de la Puna hasta la exuberancia de la selva misionera, las hay tan antiguas como la capilla de Susques, de 1598, o contemporáneas como la que se levanta desde el 2000 al pie del volcán Lanín, con sus vitrales inspirados en El Señor de los Anillos. Algunas han sobrevivido avalanchas (es el caso de la capilla de Puente del Inca), otras guardan testimonios de sacrificio, privaciones y nostalgia por la tierra dejada atrás, como las capillas galesas. Pero todas tienen una historia que contar.
Uquía
Jujuy
En la Quebrada de Humahuaca y a 3000 metros de altura, el pequeño pueblo de Uquía, al pie de imponentes cerros rojos, azules y grises, guarda en su capilla un genial tesoro histórico: los ángeles arcabuceros. Se trata de pinturas de enormes figuras aladas, armadas como guerreros y vestidas como aristócratas del siglo XVII, con sombrero de ala ancha y trajes de brocado.
Se dice que los aborígenes que los pintaron carecían de modelos a imitar y entonces consultaron a los españoles. Éstos le explicaron que los ángeles eran como ellos, pero con alas, y así surgieron las excéntricas figuras que pertenecen a la escuela de arte cuzqueña.
Declarada monumento histórico nacional en 1941, la Iglesia de San Francisco de Paula y la Santa Cruz de Uquía se mantiene en pie desde 1691, con sus anchas paredes blancas de adobe y su altar mayor, tallado a mano en madera. La colección de arcabuceros es una de las pocas en el mundo que exhibe pinturas de ángeles con armas de fuego.
Candonga
Córdoba
Considerado uno de los monumentos religiosos más originales de la provincia, la capilla de Candonga (para quienes se pregunten por el curioso nombre, parece que significa"mula de tiro", ya que en algún momento la zona funcionó como invernada de mulas destinadas a Potosí) es un punto blanco en las Sierras Chicas, a 50 km de la ciudad capital.
Construida a partir de 1730 en los terrenos que pertenecían a la antigua estancia de El Rosario de Santa Gertrudis (aunque fue restaurada en 1948), la historia cuenta que fue levantada con la mano de obra de los indígenas, bajo la influencia arquitectónica de los hermanos jesuitas.
Desde 1941 tiene la categoría de Monumento Histórico Nacional, pero su popularidad creció a partir de la decada del 70, cuando fue utilizada para una publicidad de cigarrillos.
Puerto Bemberg
Misiones
En el corazón de la selva misionera y sobre las barrancas del río Paraná, fue construida en 1945 por el reconocido arquitecto Alejandro Bustillo. De estilo colonial y vitraux traídos de Francia, la capilla fue dedicada a la Virgen Itatí, y se dice que los feligreses seguían la misa dominical desde sus canoas. Y que los paraguayos, sentados en la colina de enfrente, del otro lado del Paraná, también escuchaban atentos la ceremonia.
Hoy existe la posibilidad de realizar casamientos o celebraciones a pedido. Y de alojarse, además, en el coqueto hotel boutique del predio, que no es más que la antigua posada destinada a los empleados y proveedores de la finca de la familia Bemberg.
Puente del Inca
Mendoza
El devastador alud que en 1965 arrasó por completo la localidad mendocina de Puente del Inca perdonó, casi milagrosamente, a la capilla Nuestra Señora de las Nieves. Construida a principios de siglo, se levanta unos metros más arriba del hotel Puente del Inca, que sí quedó destruido por el desprendimiento. El derrumbe de nieve y piedras abrió las puertas de la capilla, rompió algunos vidrios y levantó chapas del techo, pero la estructura quedó intacta y así permanece hoy (el techo fue restaurado, eso sí).
Salem
Chubut
Son 34 las capillas que los colonos galeses levantaron en el valle inferior del río Chubut entre 1865 y 1925, aunque sólo sobrevivieron 18. Construida en 1912 en el paraje La Angostura, Salem es la única hecha con chapas de cinc en su totalidad (paredes y techo), aunque su interior está revestido en madera. Las capillas no sólo servían a la fe religiosa de los inmigrantes, sino que también eran utilizadas como escuelas primarias, lugar de reuniones sociales y refugio de aquellos colonos que, después del arduo trabajo rural, se congregaban para tomar contacto con su cultura.
Susques
Jujuy
Es el último pueblo antes de la frontera con Chile, a casi 4000 metros de altura, en plena puna jujeña.En medio de esa árida inmensidad, la capilla del cementerio (llamada iglesia de Nuestra Señora de Belén de Susques) es una sencilla constucción de adobe y techo de paja, pegada al cementerio andino. Además, las uniones de sus vigas de madera de cardón son de tientos de cuero, y las paredes están decoradas con pinturas de pájaros y flores regionales. Consagrado en 1598, es considerado el más antiguo santuario cristiano de la provincia de Jujuy.
Tolar Grande
Salta
Nuestra Señora del Valle es el nombre de esta capilla enclavada en el corazón de la puna salteña, al pie de la Cordillera y a 3550 metros de altura, en uno de los rincones más inhóspitos del país. Tolar Grande es de hecho el último poblado salteño antes de llegar al Volcán Socompa, donde empieza la frontera con Chile. Desde allí también se divisa el volcán Llullaillaco, donde en 1999 se encontraron tres famosas momias incas. A la capilla llega un cura una vez por año, el 8 de diciembre, para dar misa por la fiesta de la Virgen del Valle. De paso, hay una seguidilla de bautismos, casamientos y misa para los difuntos.
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