Nuevo éxodo: ¿a dónde van los que decidieron dejar el país post pandemia?
Están los desilusionados, están los que tuvieron que cerrar su negocio porque no les daban los números, están los que quieren un lugar más seguro para sus hijos, los que desean mayor estabilidad, y están también los que se abren a la aventura por el solo hecho de buscar algo diferente. Sea como sea, en los últimos meses, pandemia mediante, seguro que te enteraste de alguien yéndose a vivir a España, a EE. UU. o a cualquier otro destino bien lejos de estas latitudes. Al principio creíste que era coincidencia, pero al final te diste cuenta de que verdaderamente algo estaba pasando: una nueva ola de emigración, ¿tan fuerte como la de 2001? Todavía no lo sabemos, pero seguro lo suficientemente fuerte para colarse en cada uno de los primeros encuentros presenciales que fuiste teniendo con tus distintos grupos de amigos.
Si bien hay algunos yéndose a Miami o a distintos puntos de Latinoamérica, Italia y España se volvieron el destino favorito de quienes deciden irse, al menos un tiempo, a vivir lejos de nuestro país. Pero ojo, llegar a Europa no es tan simple como armar la valija y aterrizar, hay varias puertas de entrada y, antes de subirnos al avión, tenemos que saber por cuál queremos entrar.
LA PUERTA DE LA AVENTURA
"Me voy sola"
Un colchón de ahorros y ganas de sorprenderte. Eso es todo lo que necesitás a la hora de volar si tu plan es conquistar el mundo sola. Los jóvenes de la generación Z y los millennials son los que tienden más a querer mudarse a una nueva ubicación para trabajar o estudiar de forma remota.
En este caso, acceder a un alquiler no es complicado. Podés alquilar una habitación con servicios incluidos y eso facilita un montón las cosas. Hay que tener en cuenta que el arreglo que hagas te permita empadronarte (ir a la municipalidad y manifestar, con ese contrato, que estás viviendo en esa comunidad). Es el primer paso para que te reconozcan como residente. Estate atenta, un alquiler temporal (tipo Airbnb) no te lo permitiría hacer.
Europa es una sociedad muy abierta respecto a los inmigrantes y están muy acostumbrados a la circulación de extranjeros, las posibilidades laborales existen. Si tenés la doble ciudadanía, podés acceder a un trabajo como cualquier ciudadano europeo. Lo que surge mucho son trabajos de venta de líneas telefónicas, de productos, de inmobiliarias… Pagan un sueldo básico y te contratan como autónoma. Si vas con visa (y pasaporte argentino), los trabajos que más están saliendo son los relacionados con informática, programación, telecomunicaciones, hotelería e ingeniería tanto en sistemas como química.
Si tu idea pasa por emprender, poner un local no es difícil. Lo complejo es encontrar el que tenga las habilitaciones necesarias, como sucede en cualquier parte del mundo. En este momento de crisis, si te vas con un ahorro, quizá tengas más posibilidades de conseguir cosas económicas.
LA PUERTA DEL CONOCIMIENTO
"Aprovecho para formarme afuera"
¿Se te ocurrió especializarte en otro país? Más allá de la experiencia de vivir en otro lugar, ir a la universidad fuera de tu zona de confort te permite conocer nuevas culturas, otras formas, idiomas... Hay muchas becas disponibles para estudiar en el exterior y las dificultades para obtenerlas no son tan grandes. El primer filtro es aplicar: es un proceso arduo y muy engorroso.
Si querés buscar información y empezar a evaluar la posibilidad, hay cuatro espacios que tendrías que chequear:
- Googlear, todo está en Google.
- Visitar el área de internacionales de las universidades (nacionales o extranjeras).
- Buscar en los Ministerios de Educación y en los Ministerios de Relaciones Exteriores (Argentina tiene un área de becas, te podés suscribir).
- Chequear organismos internacionales (OEA o Unión Europea dan un montón de becas).
Las publicaciones suelen ser todas online y los exámenes los podés hacer por Skype. Importante: estate atenta a la fecha de caducidad de la beca y leé bien toda la información (son varias páginas y muchas veces encontrás ahí información útil que te ayuda a completar el formulario).
Otra alternativa es ir a estudiar idiomas. Por ejemplo, mucha gente se va a Irlanda para estudiar inglés, porque allí existe la posibilidad de conseguir una visa de estudio que te permite trabajar algunas horas a la semana. Si no tenés un colchón de ahorros ni ciudadanía, esta opción te conviene. Consejo: armate un calendario de becas, un planner.
LA PUERTA DE LA FAMILIA
"Me voy con mis hijos"
Expandir las fronteras cuando tus hijos son chicos es el momento más acertado. Cuanto más pequeños son, más capacidad de absorber y relacionarse tienen.
Desde el plano económico, si el plan es ir en familia, hay algunas cosas a tener en cuenta: para alquilar en España, por ejemplo, si no tenés recibo de sueldo, el desembolso inicial son 9 meses de alquiler. Un importe realmente alto.
Ahora, los beneficios también son tentadores. En varios países de Europa los niveles de inseguridad son menores, los chicos pueden salir y disfrutar de las calles. Por otro lado, pagás un montón de impuestos, pero hay una educación pública muy buena, carreteras en excelente estado y ¡todos los meses gastás lo mismo!
El sueldo básico es de 950 euros. En profesiones altamente cualificadas, como las ingenierías, pueden llegar a 2000 euros. La sociedad está armada para que una familia tipo pueda vivir bien con dos sueldos básicos.
LA PUERTA MÁS COMPLICADA
"¡No tengo la ciudadanía!"
Cuando queremos ir a Ezeiza y sabemos que estamos "flojas de papeles" hay dos caminos: intentar conseguir la doble ciudadanía (si está dentro de nuestras posibilidades) o analizar los permisos de cada país.
España suele ser la oferta más buscada (más allá de sus ciudades increíbles), porque el idioma pesa mucho cuando decidimos mudarnos a otro lugar. Saber comunicarnos es la base de cualquier comienzo y el único país de habla hispana de Europa ofrece determinados permisos para poder instalarnos. Datazo: como argentinos, solo necesitamos dos años de residencia legal para iniciar el trámite de ciudadanía española. Así que, incialmente, podemos tramitar un visado desde Argentina y volar con papeles en mano.
- Visa no lucrativa: para vivir legalmente sin trabajar en el territorio español mientras dure el visado. Podés acreditar que trabajás de forma remota, hacer inversiones..., pero no podés ser empleada o autónoma. Tenés que acreditar solvencia económica y un seguro médico privado, que garantice que no vas a usar la salud pública española.
- Permiso de residencia por trabajo por cuenta ajena: se consigue si una empresa española te contrata para trabajar. Es una visa que se reserva para algunas profesiones cualificadas o puestos que en España necesitan cobertura. El visado se inicia en España, lo solicita la empresa y te mandan el contrato a Argentina. Volás con trabajo asegurado.
- Visa de trabajo por cuenta propia: para trabajar como autónoma. Es más compleja, porque tenés que acreditar tu título, que esté reconocido por España, presentar el proyecto de trabajo, un plan de negocios, especificar con qué empresas tenés contacto, y lo tiene que firmar un sindicato de trabajadores autónomos de España, avalando tu proyecto. El permiso es por un año y se puede renovar por dos más.
- Visa de emprendedores: necesitás demostrar que tu proyecto es innovador y de interés para España.
- Visa de estudio: es la más accesible. Tenés que acreditar menos dinero y simplemente tener la admisión en una universidad. Es un permiso de estancia, no de residencia, eso quiere decir que no se computa para llegar a la ciudadanía. Si estudiás en forma consecutiva por tres años (carrera de grado, por ejemplo), podés pedir el permiso de residencia legal y dos años después comenzar el trámite de ciudadanía. Te permite trabajar hasta 20 horas. Si sos profesional y viajás para realizar un doctorado o posgrado, no tienen que pasar los tres años, cuando terminás la formación profesional podés pedir un permiso para quedarte trabajando y ahí computa como residencia.
Opciones hay muchas, lo importante es informarse, en páginas oficiales o con personas idóneas, y conocer todas las posibilidades. No es fácil, pero tampoco imposible. Todo depende de la fuerza de nuestros deseos. •
Paso a paso: ¿qué necesito para conseguir la ciudadanía italiana?
Por Paula Tranzillo, guía de turismo y experta en emigración. @paulatranzillo.
Si estás pensando en arrancar los trámites, sabé que el proceso es largo y puede llevar mucho tiempo de investigación previa. Anotá lo que necesitás y, si la paciencia te acompaña, empezá tu camino:
- Armar el árbol genealógico. Para comprender tus raíces y ordenarte.
- Identificar al italiano en la línea. Dato a tener en cuenta: si hay una mujer, chequear si tuvo hijos antes o después de 1948, porque la mujer transmite la nacionalidad luego de ese año.
- Buscar la documentación. Actas de nacimientos, de casamiento (poner divorcio si lo hay) y defunción (si la hay) desde el interesado hasta el italiano. Tenés que saber en qué pueblo nació el italiano y pedirle a esa comuna que te envíe el acta de nacimiento por carta. Tiene que figurar el nombre de los padres y año de nacimiento. Las partidas de nacimiento de Italia no tienen vencimiento, pero se aconseja pedirla actualizada.
- Tramitar la no naturalización del italiano. Por más que sepas que no renunció a su ciudadanía, lo necesitás. Se tramita en la cámara electoral (hoy en día se puede hacer el pedido online).
- Traducir todo al italiano. Todos los papeles, en los dos idiomas.
- Presentar los papeles. Sacar un turno en el consulado italiano que te corresponda por domicilio y presentar la carpeta. Cada mayor de edad paga 300 euros.
Expertas consultadas: Viviana Castilla. Migration planner. @blancosycelestes. Cecilia Danesi. Profesora e investigadora en inteligencia artificial y derecho. @ceciliadanesi.
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