Melanie Alfie: "Cuando el mundo deja de ser un misterio, estamos fritos"
Melanie Alfie es bailarina, directora, investigadora del movimiento y docente. Querida por sus alumnos como pocas maestras.
"Para mí no hay arte sin espiritualidad" no es en ella una frase de la boca para afuera, la encarna en cada mirada, en cada palabra, en cada oración que articula.
¿Qué función tiene el arte?, ¿cuán importante sería una educación en relación a lo corporal en la escuela?, ¿qué se necesita para zambullirse en un proceso creativo? son algunos de los interrogantes de esta nueva charla de Cómo crean los que crean.
-¿En qué momento sentiste que lo tuyo pasaba por la danza?
-No recuerdo un momento en donde no haya pasado porque empecé desde muy chiquita. Empecé a bailar a los seis años Hice todo el recorrido de la danza clásica en un instituto de barrio, era una actividad que hacía cuando salía de la escuela. Cada vez me empezó a tomar más tiempo porque me empecé a apasionar y quería aprenderlo todo, así fue toda mi infancia y adolescencia. Hubo un punto en el que podría haber seguido la carrera clásica pero sentí que había algo que me apretaba. Había un tipo de exigencia que a mis papás les pareció ridícula, entonces me hicieron conocer unos maestros de danza contemporánea y ahí empecé.
-Estudiar danza a los 6 años habla de padres con cierta afinidad con el arte...
-Por empezar mi mamá es pianista. Vengo de una familia en la que el arte, pero por sobre todo lo que cada uno quiere hacer en esta vida, es valorado y propiciado. O sea, tuve mucha suerte en eso. Mi papá incluso siguió dos carreras, era abogado y contador pero de grande descubrió la pasión por el teatro, hizo teatro y llegó a hacer una pequeña participación en un largometraje.
-Ken Robinson decía que "al crecer los niños empezamos a educarlos cada vez más de la cintura para arriba. Y luego nos enfocamos en sus cabezas, y ligeramente hacia un lado (...) No hay un sistema educativo en el mundo que a diario enseña danza a los niños como se enseña Matemáticas". ¿Cuán importante para vos sería una educación en relación a lo corporal en la escuela primaria?
-No me gustaba cuando en la escuela me decían: concentrate. Yo a veces le decía a mi papá, "papá, no me puedo concentrar", entonces él me decía: "entonces expandite". Y eso a mí me quedó muchísimo. ¿Por qué la concentración es un valor en donde pareciera ser que se rinde? Estamos en una sociedad de rendimiento. Y en las sociedades de rendimiento el pensamiento a favor de la productividad siempre es el que va a ganar. No podemos ser tan ingenuos de pensar que las instituciones que siguen avalando ciertas tendencias no nos quieren como seres humanos que rindamos. Entonces yo no sé tampoco si "lo corporal" o "el arte" es una solución. A mí me preocupa mucho que lo artístico, si es propuesto, sea sostenido por lo espiritual. Porque nada me garantiza que alguien que también ponga el cuerpo de otro modo no sea incluso para un mayor rendimiento. Ojo con eso. Para mí lo que está desgarrado en el ser humano es lo espiritual. Creo que el arte es una manera de poder escuchar eso que viene de algún otro lugar donde no están los caprichos de uno ni el rendimiento. También puede haber personas que aun enseñando Matemáticas metan y tengan un valor espiritual. O sea, si tuviera que proponer algo, no sería tan tajante: revisemos las instituciones y revisemos qué grano de arena pone cada uno en esta sociedad de rendimiento, qué espacio le damos a las ceremonias, qué espacio le damos a escuchar algo que no sea humano.
-¿Qué sería "algo no humano"?
-¿Dios? No me da vergüenza decirlo, yo soy creyente en Dios. No tengo pudor. Volviendo a lo anterior, no sé si propondría algo específico, sino espacios donde las personas podamos salir de una inercia o idea de cómo es el mundo. Cuando el mundo deja de ser un misterio, estamos fritos.
-Si tuvieras que contarnos de manera muy sencilla cómo es tu proceso creativo, ¿qué nos dirías? ¿Qué se necesita para iniciar ese proceso?
-No hay fórmulas acerca de la creación. Yo puedo compartir lo que a mí me pasa. A mí a lo largo de mi vida los que me guiaron fueron los sueños. O sea, siempre que sueño algo, me siento en la urgencia de ponerme en un camino creativo. Cuando hice Bajo el péndulo soñé con el péndulo drenando sal, lo soñé y me dije: "¿bueno, a ver, qué es esto? Cielo de Ida, que fue mi última obra grande, también empezó con un sueño. Yo estaba en París en la casa de una amiga y soñé con una mujer que no conocía para nada. Y en el sueño la amaba. Una mujer grande. Yo le decía: ¿cómo puedo tener este sentimiento de tanto amor si no te conozco?" y ella me respondía: "no me conocés, pero sí me conocés, soy tu bisabuela Ida y necesito pedirte un favor: necesito que me regales un cielo". Yo me desperté llorando y lo primero que tuve fue el título de la obra: "Cielo de Ida". Y mi hija me preguntaba "¿pero qué es esto, ma?". "Tengo que regalarle un cielo a mi bisabuela". A partir de ahí empezó un enorme y bello trabajo. Un trabajo de sanación, un trabajo de indagar en los ancestros. Mi mamá es alemana, tiene 80 años, sobreviviente de la guerra. Ida es la abuela de mi mamá. A Ida la mataron. Ella me estaba pidiendo, de alguna manera –yo lo entendí así- que ese dolor que había separado a mi familia se sanara, no siguiera a través de las generaciones. Ojo, la obra está inspirada en mi sueño, pero no trata de él, trata de todas las personas que fueron arrancadas injustamente de sus vidas. La idea no es hablar de algo personal, sí donar desde el presente una memoria luminosa y que sin tiempo la reciba.
-¿Cómo evitar bloquearse o perderse en el caos del proceso creativo?
-Aceptándolo. Aceptando el estancamiento y caos. Ahí es donde la obra te está pidiendo que escuches más. Yo no le tengo miedo a eso, es como la vida, a veces uno está estancado o no está inspirado. Cuanto más uno quiere hacer y salir de ese bloqueo, más difícil es. Más bien hay que dejar de hacer. Y aceptar lo que está pasando. No está mal que la obra se estanque o que uno esté bloqueado. No haría nada para evitar eso, sí haría todo para reconocerlo.
-Sos considerada muy maestra por tus alumnos, ¿hay alguna mujer que vos reconozcas como tu maestra?
-Mujeres importantes en mi vida y en mi historia hubo muchas. Mi primera maestra de danza, mi mamá, mis abuelas, mi hija, mi hermana, mis amigas. Cómo no nombrar a Pina Bausch que fue un faro en mi vida. Incluso mujeres que he leído y no conozco. O mujeres que me han inspirado, chamanas, curanderas. Ojo, cuando alguien me siente o llama "maestra" lo recibo con amor pero jamás me coloco en un pedestal o en un lugar de inaccesibilidad. Yo creo más en devolver la maestría de cada uno. Yo aprendo de cada persona. Incluso en las clases aprendo de todos.
-¿Sos muy crítica con vos misma?
-Tengo una enorme exigencia conmigo misma. Una exigencia que tiene que ver con que mis palabras puedan estar a la altura de lo que hago, que lo que hago no quede vacío, que mi corazón esté puesto ahí. Ese tipo de exigencia. No es una exigencia que busca ser perfecto. A mí no me interesa para nada la perfección.
-¿Sería una exigencia en... ?
-En entregar lo mejor de mí. Que no me quede con nada que pueda haber dado. Hacer todo lo mejor posible.
-¿Bailar es comparable a qué?
-Bailar es comparable a estar en el mar. Nadar, saltar las olas, saltar con otros, saltar sola. Recibir una ola gigante que a veces te revuelca y aun así te gusta...
-Por último, ¿qué lugar tiene la espiritualidad en el arte?
-Para mí no hay arte sin espiritualidad. Para mí el arte es espiritual.
-¿Cuál sería la función del arte para vos?
-Despertarnos. Mantenernos despiertos en lugares de belleza y urgencia. No tiene que necesariamente que reflejar la realidad social, sino por el contrario sumergirnos en ciertos misterios en donde no todo lo decimos, no todo lo podemos manifestar. Sí podemos ser canales de eso mayor. A mí me duelen cosas. Salgo a la calle y veo un niño que está pidiendo y la está pasando mal, la violencia, el horror, el poder desmedido, no me acostumbro a eso, me sigue doliendo. El arte es un lugar donde nos rebelamos contra eso. Como seres humanos, ¿por qué damos por sentado ciertas cosas? No puedo ni quiero naturalizar eso. Para el artista tiene que ser algo urgente. Su alma también tiene que estar agitada por lo que lo rodea.
-Gracias, Melanie.
Si querés saber más acerca de Melanie y su trabajo, podés leerla acá.
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