Los ultraprocesados no son los únicos culpables
En el post del martes pasado, les contaba acerca de las “Jornadas sobre políticas regulatorias para la prevención del sobrepeso y la obesidad en la niñez y la adolescencia” que se realizaron a principios de este mes. Y quiero volver sobre el tema porque se trata de un hecho crucial que demuestra una apertura hacia la sociedad civil, y un debate necesario que debemos instalar, para que se trate en los medios, lo hablen en los colegios, que los padres y los chicos cuenten con toda la información necesaria para tomar decisiones y comprar las opciones más saludables y no las que la publicidad -muchas veces engañosa-, dice que son saludables.
El aumento de enfermedades propias del sobrepeso es una gran alarma para tomar conciencia. ¿Cuáles son los alimentos que debemos restringir? No solo las papas fritas y los alfajores. Repasemos la diferencia entre procesados y ultraprocesados.
Existe una clasificación reconocida por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y por la OMS (Organización Mundial de la Salud)llamada NOVA. Para ella, hay cuatro grandes grupos, que abarcan desde los alimentos sin procesar o mínimamente procesados, los ingredientes culinarios procesados hasta los procesados y los ultraprocesados.
- Los alimentos procesados son todos los alimentos que se modifican de alguna manera antes de poder consumirse. Entran en la categoría aquellos a los que se les agrega aceite, azúcar, sal y otros aditivos, y los que son transformados por distintos métodos de conservación como cocción y fermentación. Por ejemplo, los vegetales y legumbres enlatados, nueces y semillas saladas o azucaradas,quesos y pan.
- Los ultraprocesados, por su parte, son los que utilizan en su composición ingredientes que ya fueron procesados anteriormente o utilizan métodos industriales complejos. Contienen exceso de azúcares, aceites, grasas, sales, estabilizantes, conservantes, colorantes, antioxidantes, emulsionantes, acidulantes, aromatizantes y potenciadores de sabor. Pueden durar mucho tiempo. Por lo general son ricos al paladar y los paquetes son atractivos. No contienen nutrientes y generan calorías vacías. Por lo general son ricos al paladar y los paquetes son atractivos. No contienen nutrientes y generan calorías vacías. Gaseosas, snacks empaquetados, helados, chocolates, margarinas, galletitas, barritas y bebidas energizantes, panificados industriales, pastelería no artesanal, cereales para el desayuno, salsas, leches de fórmula, productos adelgazantes, hamburguesas, panchos, sopas instantáneas, entre otras.
Los alimentos de este último grupo son los que generan mayor preocupación. Un informe de la OPS/OMS dice que ”Los alimentos ultra procesados son motor de la epidemia de obesidad en América Latina”. Por eso son los productos que deben regularse primero. El etiquetado frontal es la opción más viable, que el frente del paquete contenga bien visible si “es alto en" azúcar o grasas, por ejemplo. En estos momentos el tema se abrió a consulta popular en Uruguay.
Para avanzar en leyes de alimentación saludable dentro del país, tanto desde el Ministerio de Salud como los mismos legisladores, coinciden en señalar que debe hacerse de manera multidisciplinaria y multisectorial. La función de organismos como OPS/OMS, son importantes para generar alianzas a nivel regional. El Dr. Fabio Da Silva Gomes, que es asesor principal Regional en Nutrición, informó que ellos cuentan con un repositorio de leyes de toda la región, y ya empezaron a discutir la idea de avanzar en un Convenio Marco para el trabajo de los estados miembro de la OMS, pero donde también se puedan discutir otros convenios marco a nivel regional, a través de la OPS.
Por su parte, el Senador Guido Girardi, de Chile, es un especialista en leyes regulatorias. Fue autor de la Ley del Tabaco, y la de Alimentación Saludable, entre otras. Según su experiencia plantea que es mejor realizar una ley integral que aborde todos los temas y sea un instrumento entendible por la sociedad. Pero debe haber una voluntad política que persista en el tiempo, más allá de los partidos políticos y el recambio legislativo.
Soberanía en red
Cuando hablamos sobre leyes regulatorias de los alimentos, tenemos que pensar en un sentido amplio lo que estamos comiendo, lo que elegimos y a quién beneficiamos con la compra de lo que se produce. El abogado ambientalista Marcos Filardi es docente de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria, y conoce bien la situación de nuestro país en carne propia. Durante 2016 realizó un viaje por los pueblos de Argentina para observar y denunciar las desigualdades que genera nuestro actual sistema productivo, basado en el agronegocio, la siembra directa y el monocultivo transgénico con uso de agrotóxicos. Pero también encontró gente que trabaja de otra manera y que promueve una agricultura más sustentable. El modelo alternativo se difunde a través de ejemplos exitosos y de la educación: hoy existen 24 cátedras libres de soberanía alimentaria en distintos puntos del país que trabajan en red.
Marcos Filardi fue uno de los moderadores del debate y destacó el momento de inflexión que estamos viviendo, en donde se dan espacios para hablar sobre políticas públicas efectivas en contra de la obesidad. También se refirió a la formación actual en las universidades, que muchas veces son financiadas por el mismo modelo en discusión, lo que plantea un conflicto de interés. La práctica entonces, en cualquiera de los ámbitos de la salud, es hacer explícitos esos conflictos.
El abogado invita a ver el problema desde el prisma de los derechos humanos. “En Argentina nuestra constitución reconoce nuestro derecho a una alimentación adecuada y a la salud física y mental. En nuestra norma fundamental está el derecho a ella y eso obliga a todos los poderes públicos y a los gobiernos provinciales y municipales. Implica investigar, sancionar, adoptar medidas para que sea efectivo”.
Miryam Gorban tiene 85 años y es nutricionista. Hace más de sesenta años que ejerce su profesión, desde que escuchó hablar del concepto de Soberanía Alimentaria, eligió trabajar desde ese paradigma Es titular de la Cátedra en la Escuela de Nutrición de la UBA. Ahí enseña a empoderarnos, y comprender que comer es un hecho político. “No tengo más conflicto de interés que la defensa de la vida. La de mi generación y la de las que me suceden”.
Ella opina que hablar de crisis mundial no es solo hablar de crisis financiera, sino también económica, alimentaria, energética y ambiental. Y que cada una de ellas tiene que ver con la alimentación. Pero hay un cambio de actitud en la sociedad, un despertar creciente en los últimos años, algo que pudieron comprobar las mismísimas Vandana Shiva y Marie Monique Robin, dos activistas que promueven el cuidado de las semillas y la agroecología, y denuncian las prácticas de multinacionales como Monsanto. Ambas mujeres se encontraron frente a una Facultad de Medicina llena, para escucharlas y para defender nuestra soberanía alimentaria. Por eso Miryam invita a que todos nos sumemos y recordemos que tenemos derechos y también obligaciones, la indiferencia no es opción: “Las políticas públicas necesitan de vocación política, decisiones políticas, pero al mismo tiempo de alianzas con la sociedad. Necesitamos que esta sociedad se haga partícipe, se apropie de la ley en defensa de su vida y su salud. Y que sepa que el etiquetado no es una cuestión formal. Eso va a hacer que tenga menos sal, menos azúcar, menos infartos, menos diabetes, de eso se trata”.
Miryam recomienda que todos leamos y manejemos el informe de noviembre de FAO/OPS, Panorama de la Seguridad y la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe que además de las causas de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ENT), menciona los problemas del modelo productivo actual, y el daño al ambiente que provoca.
“En el marco de nuestro país, o en contexto latinoamericano, que este documento que se refiera a la coexistencia del hambre, la malnutrición, la desnutrición, las deficiencias de micronutrientes, el sobrepeso, y la obesidad se deben entre otras cosas a la falta de acceso a la alimentación saludable que provea la cantidad de nutrientes necesarios para llevar una vida sana y activa. El crecimiento económico y la apertura en la integración de América Latina y el Caribe al mercado Internacional ha cambiado la manera de alimentarnos, se ha modificado la manera artesanal e histórica basadas en las preparaciones hogareñas y el consumo de alimentos naturales”.
Agradezco la posibilidad de haber participado de un debate que tanto necesitábamos. Ojalá que sirva para que avancemos en leyes de alimentación saludable y para que cada vez seamos más los que generemos cambios en nuestro vínculo con el planeta.
Me encuentran en kariuenverde@gmail.com o Kariu en Verde
Abrazo.
Kariu