Los seres vivos más grandes del planeta
En el Sequoia national Park todo es pequeño comparado con las secuoyas, esos árboles gigantes, que llegan a medir más de 90 metros, protegidos por uno de los primeros parques nacionales del mundo
Todos sabemos que las secuoyas son grandes. Todos recordamos imágenes de autos atravesando túneles excavados en sus troncos. Pero los recuerdos quedan chicos. Tan chicos como quedamos nosotros frente a semejante portento de la naturaleza. Las secuoyas gigantes (Sequoiadendron giganteum) son los árboles más grandes del mundo y como tales, los mayores organismos vivos.
Tampoco sus edades dejan de asombrar. Se estima que algunos ejemplares llegan a tener 3200 años o quizás más. Hay otra variedad, la Sequoia sempervirens. A ambas se las encuentra en una estrecha franja que va desde la costa californiana hasta el límite de ese estado con Oregon. Crecen del lado oeste de la Sierra Nevada.
Hay secuoyas en muchas otras partes del mundo, pero fueron trasplantadas. California es el sitio en el que estos árboles son autóctonos.
En el siglo XIX se instalaron en el valle de Yosemite personas que hacían dinero alquilando cabañas a leñadores que quisieran talar secuoyas por deporte. Así se tiraban abajo los árboles más antiguos y grandes del planeta. A pesar de la Guerra Civil norteamericana hubo gente preocupada por esa situación que logró interesar sobre lo que estaba pasando al presidente Abraham Lincoln, que promovió la sanción de una ley convirtiendo a Yosemite en un bien público para ser usado como "centro turístico y de recreación".
La suerte de las secuoyas es el antecedente histórico que inspiró la idea de los parques nacionales como instrumento de protección.
Varios son hoy los parques nacionales y las reservas forestales que se encuentran en California donde pueden verse magníficas secuoyas. También durante 56 kilómetros de la US101, en el Condado de Humboldt, se despliega lo que se llama la Avenida de los Gigantes en alusión a los árboles.
Las áreas protegidas son el Parque Nacional Redwood, el Parque Estatal Calaveras Big Trees, el Monumento Nacional Bosques de Muir, el Parque Estatal Big Basin Redwoods, Wawona Mariposa Grove, el Parque Nacional Sequoia y Kings Canyon, Parque Estatal Julia Pfeiffer Burns, Parque Estatal Limekiln, Parque Estatal Pfeiffer Big Sur, y el Parque Estatal Humboldt Redwood. En todos esos lugares hay secuoyas.
Sequoia y Kings Canyon son dos parques que están juntos y abarcan unas 350.000 hectáreas. Junto a Yosemite, Sequoia es el primer parque nacional de California (1890) y está ubicado en el centro del estado, a unas cuatro o cinco horas desde San Francisco y Los Ángeles. Su único antecedente en el país era hasta ese momento Yellowstone (creado en 1872), el primer parque nacional del mundo. Además alberga el pico más alto de Estados Unidos (excluyendo Alaska), el Monte Whitney de 4418 metros.
La noche antes de visitarlo, veníamos desde Yosemite y dormimos en Mariposa, a unos 200 kilómetros de la entrada. La ruta habitual para llegar es la 99 hacia Visalia, bordeando la ciudad de Fresno hasta tomar la 189 hacia el Este. A los 60 kilómetros se llega a la entrada principal del Sequoia Park. Con una entrada de 20 dólares por auto (hay pases anuales para todos los parques a 80 dólares) se ingresa y desde allí, a 16 kilómetros, se llega al Bosque de los Gigantes. Pero cuidado: este último tramo tiene 130 curvas y contracurvas.
La temperatura cambia según la altura. En las zonas bajas durante el verano oscila entre los 20 y los 38 grados centígrados. En invierno todo se cubre de nieve y puede llegar a -17º.
Algunos centros de información, como el Foothills y Lodgepole, son lugares a los que acuden los visitantes para asesorarse sobre actividades y sitios a recorrer.
Ojo con los osos
Una y otra vez hay advertencias sobre posibles ataques de osos. Las recomendaciones abarcan una lista interminable de qué hacer en ese caso. Las estrategias son distintas si el oso está más cerca o más lejos de 15 metros, si tiene o no tiene crías, si se alza en dos patas o si se queda en cuatro, si el encuentro es en un terreno llano o con árboles, si es de noche o de día...
Además de esconder la comida aconsejan hablar en voz baja sin parar, aplaudir, mostrar coraje (¿?), hacer sonar cascabeles antiosos, usar gas pimienta, aparentar más tamaño abriendo la ropa?y en caso de que el animal haga contacto con nosotros tirarnos al suelo y hacernos un rulo en posición fetal protegiéndonos el estómago y el cuello.
Eso sí... las recomendaciones son distintas si se trata de un oso negro, uno pardo o uno grizzly ya que tienen conductas diferentes. Es decir? hay que hacer poco menos que un posgrado para enfrentarse con éxito a un oso.
De todas maneras la expectativa es ver un oso, a como de lugar. La guardaparque de Lodgepole Visitor Center me dijo que iba a ver osos en Crescent Meadows, un abra en medio del bosque a donde los animales suelen recalar.
-¿Me jura que ahí voy a ver osos?
-(risas)
-Aunque me coma quiero ver uno.
-No se preocupe. Comen bayas y animales pequeñitos.
¡Oh, las secuoyas!
De todos modos en este parque los soberanos no son los osos sino los árboles. Las secuoyas, tanto las gigantes como las redwood, que tienen su corteza más rojiza, podrían calificarse con una palabra: inconmensurables. Las primeras alcanzan una altura media entre 50 y 85 metros, aunque se sabe de ejemplares que han llegado a medir 94.
Por el recuento de sus anillos de crecimiento se ha calculado la vida de un ejemplar en 3200 años. Algo curioso es que semejante portento nace de una semilla increíblemente pequeña y liviana. Para juntar un kilo se necesitan más de 200 mil semillas.
Cosa rara, los incendios
Los incendios forestales no se combaten. ¿Cómo? Otra vez: los incendios forestales no se combaten. Luego de décadas de haberlos tratado de apagar se dieron cuenta de que en realidad lo que hacían con eso era acabar con las secuoyas.
Los árboles muy desarrollados no se ven afectados en modo alguno por pequeños incendios. Por el contrario se ven beneficiados con la desaparición de otras especies de árboles y de la hojarasca que se acumula en el suelo y no deja que las semillas lleguen al suelo y de ahí nazcan renovales.
Además las secuoyas albergan sus semillas en piñas que tienen el tamaño de un huevo de gallina. Dentro de cada teca que forma parte de esas piñas hay semillas. Unas 250 aproximadamente. La mayoría de esas semillas son liberadas cuando las piñas se abren por el calor del fuego o cuando son rotas por algún animal.
Curiosamente las piñas del árbol más grande del mundo son mucho más pequeñas que las de otras coníferas harto más chicas. Una de sus semillas en la palma de la mano se ve apenas como un punto en la piel. Resulta increíble que semejante enormidad crezca de esa miniatura.
Los incendios se controlan sólo para evitar la destrucción de poblados o edificios. Es más, hay carteles en la ruta que avisan a los automovilistas que no denuncien tal o cual foco pues las autoridades ya están monitoreando el fuego. Hay veces que los incendios perturban la visibilidad por el humo que producen.
Los habitantes del bosque
Transitando los senderos que serpentean en el bosque de secuoyas nos encontramos con un problema. ¡Cómo sacar una foto que transmita la escala de esos árboles! Si no hacemos una toma con una persona al lado para que sirva de referencia el árbol parecerá tan grande como cualquier otro. Si la toma es de muy lejos el ser humano se tornará tan diminuto que no podrá verse. Si nos acercamos será imposible tomar el árbol de punta punta. Desafío para profesionales.
Los árboles más grandes se han vuelto famosos y tienen nombre propio. El más célebre es el General Sherman, se lo considera el árbol más grande del mundo a pesar de que no es el más ancho ni tampoco el más alto. Pero es el más voluminoso. Se ha calculado su peso en unas 1225 toneladas.
Mide 84 metros de altura y su tronco tiene un diámetro de 31 metros. Cada año agrega tanta madera como para constituir una planta de 18 metros de altura y 30 centímetros de ancho. Y sigue creciendo. Fue bautizado en 1879 por James Wolverton, un ganadero de la zona que había luchado en la Guerra Civil bajo las órdenes del general William Tecumseh Sherman.
A este árbol se llega desde la ruta Wolverton, que se toma a 6,5 kilómetros al norte del Museo del Bosque de Gigantes por la General Highway.
El bosque de las secuoyas gigantes, Giant Forest, fue así bautizado en 1875 por el conservacionista John Muir. Es célebre por sus bellísimas abras y el conjunto de secuoyas. Es, indudablemente, la principal atracción del parque. Hay allí un centro de visitantes que lo ayudará a entender qué es lo que está pisando.
Los big trees de color canela pueden verse hoy tal como los encontró Muir en su momento. En la franja norte del bosque es donde se encuentra el General Sherman, pero en el trayecto hay muchos más árboles famosos, como el conocido The President.
¿Y el árbol del túnel?
Una y otra vez los guardaparques tienen que contestar la misma pregunta. ¿Dónde está el árbol que tiene un túnel por el que puedo pasar con el auto? Pues ese árbol estuvo bastante más al norte, a 160 kilómetros. Más precisamente en el Bosque Mariposa del parque Yosemite.
Se trata del árbol conocido como Wanona, que se cayó en 1969. En 1881 había sido cavado el túnel como una atracción turística. Era el primer árbol vivo al que se le hacía eso. El peso de la nieve, la humedad y, claro está, la ocurrencia de taladrarlo terminaron volteándolo.
De todos modos los visitantes del Sequoia Park pueden pasar con su auto por el Tunnel Log hecho en un árbol caído. No es igual, pero al menos para la diversión no hace falta matar a un ser de tres mil años de existencia.
Para los audaces
Si ya hizo uno y mil malabares para sacar las fotos de las secuoyas tal vez le entusiasme otro desafío antes de salir del parque: escalar el Moro Rock. Una gran cúpula de granito pelado sobre una saliente rocosa es la meta. Se asoma a un precipicio de dos mil metros de altura. Llegamos a él a través de una serie de rampas y escaleras. No es muy alto. Apenas 100 metros. Pero los escalones son cuatrocientos.
Llegar cansado tiene su premio. La vista sobre la impresionante garganta del río Kaweah, como de la zigzagueante autopista general valen la pena.
Despídase del parque sabiendo que no ha recorrido muchos de sus senderos, cauces de ríos y arroyos, bosques y colinas. Acaso también le haya faltado ver algún animal. Como me pasó a mí, que pese al vaticinio de la guardaparque el oso no vino a mi encuentro. Nada de eso es un fracaso. Es la perfecta justificación para volver a uno de los sitios más espectaculares de la tierra. ß
Datos útiles
Dónde dormir
Dentro mismo del Parque Nacional Sequoia se encuentra el Wuksachi Lodge. Bien ubicado, a distancia caminable de los Puentes de Piedra (Stone Bridges) de la General Highway. Habitaciones desde 230 dólares la noche, sin desayuno. www.visitsequoia.com/lodging.aspx
También hay un camping: Bear Paw Sierra Camp. Está abierto de junio a septiembre, en lo alto de una cumbre de granito a la que se llega caminando por un sendero de 18 kilómetros. Y es muy exclusivo: admite un máximo de 18 personas. Incluye el desayuno. www.visitsequoia.com/bearpaw.aspx.
En las afueras del parque hay dos hoteles muy concurridos por los visitantes. El Stony Creek Lodge está ubicado en la General Highway entre el Sequoia Park y el Kings Canyon; www.sequoia-kingscanyon.com/stonycreeklodge.html. El Montecito Sequoia Lodge &Summer Family Camp ((habitaciones por 210 dólares la noche con pensión completa) se encuentra en lo alto de la Sierra Nevada; www.nationalparkcentralreservations.com/hotel/montecito-sequoia-lodge.
Información general del Parque Nacional: (559) 565-3341 www.nps.govseki
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