Los consejos sexuales de nuestras amigas

El otro día, se quedaron a dormir dos amigas en mi casa. Mi marido estaba filmando una película de noche, así que cuando volvió se encontró con las chicas durmiendo en nuestra pieza. Y si bien la fantasía de enfiestarnos todos seguramente habrá pasado por su cabeza, me parece que no da... Aunque sí creo que, de alguna manera, las amigas tienen bastante que ver con lo que hacemos nosotras a la hora del sexo. ¿Por qué digo esto? Hay varios motivos:

Porque nos condicionan sexualmente: acordate cuando eras chica; si alguna del grupo empezaba a chapar, el resto quería saber de qué se trataba y practicaba con brazos, paredes y almohadones. Y si alguna debutaba, por supuesto, al resto le empezaba a dar una intriga inmensa. Sobre todo, cuando la lista de debutantes empieza a crecer (chicas, igual no da estar con cualquier nabo para no quedar afuera de las charlas..., ¿o sí?).

Porque alimentan la intimidad del grupo: en esas charlas sexuales casi siempre nos confesamos medidas y performances de los hombres con los que compartimos sábanas y nos hacemos recomendaciones de lo que está bueno hacer. Esa data siempre nos queda dando vueltas en la cabeza, y queremos llevarla a la práctica (aunque tal vez a tu chico le sorprenda un poco verte tan compenetrada chupándole la palma de la mano... "¿Qué, no te gusta? Marie me dijo que a su novio lo re calienta..., ¿a vos no? ¡Ups!").

Porque incrementan las fantasías y te motivan a innovar: todas tenemos una amiga ultrahot que nos cuenta cosas que nos ponen coloradas, aunque tratemos de disimularlo para que nos siga contando: "Ajá, ¿y entonces estuviste con los dos al mismo tiempo?". "Sí, pero después se sumó más gente y estuvo increíble...". Es esa misma amiga que te regala bombachitas diminutas y juguetitos que compra en los sex shops para que te animes a innovar un poco... Sí, es esa amiga que te hace sentir que sos un embole en la cama y que te motiva a probar cosas nuevas. O tal vez seas vos esa amiga ultrahot que no para de sumar hombres a su prontuario sexual y seas una insaciable en la cama. Y cuando les contás a tus amigas las cosas que hiciste, no pueden disimular mirarte con cara de "no lo puedo creer" (¡aunque un poco te envidien, claro!).

Porque nos contagian: si alguna empezó una aventura picante con el bicicletero y nos empieza a dar detalles muy calientes de esos encuentros con él, empezás a ver a tu bicicletero con otros ojos (aunque el hombre tenga 84 años, 16 nietos y esté casado desde hace 61 años con la señora que está en la caja de la bicicletería).

En definitiva, todo lo que charlamos con nuestras amigas nos queda rebotando en algún lugar de nuestras fantasías. Aunque también es cierto que la data que manejamos entre nosotras suele ser más "light" que la que manejan los hombres. Porque mientras que ellos comparten en sus grupos de WhatsApp videítos explícitos de gente introduciéndose cosas, nosotras solemos pasarnos cosas más "tranquis" como ese mensajito de algún ex que con los años se puso más que bueno o el audio subido de tono de alguno que nos quiere invitar a salir.

Así que, marido adorado, aunque el otro día cuando llegaste a casa no concretamos la fantasía de revolcarnos todos juntos, tenés que saber que de alguna manera, cuando estás conmigo..., también estás con la herencia sexual de todas ellas.

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