Lis Sikorski, la cantante argentina que pisa fuerte en el movida la electrónica

Productora, cantante, compositora, multiinstrumentista digital y performer. Todo eso incluye la biografía de Lis Sikorski, una artista aferrada a la electrónica, pero que vibró los géneros tradicionales desde siempre. “Mi abuelo, mi padre y mis tíos eran músicos. Tocaban clásica, jazz y tango. Fue un clima familiar que me quedó impregnado”.

Aunque esa historia sonaba de cerca, Lis había elegido un camino paralelo: la danza. “Hasta que en mi adolescencia apareció la electrónica –recuerda–, y algo cambió en mí”. A los 18, conoció a los hermanos Leo y Gastón Satragno, fundadores de El Signo, uno de los proyectos pioneros de la electrónica en la Argentina, y descubrió las maravillas de contar con un estudio.

“Los chicos tenían 15 sintetizadores, teclados, baterías electrónicas... Nunca había visto algo igual”. Desde esa noche fue la tercera integrante del grupo. “Era un buen complemento; aportaba un contrapeso femenino y también más movimiento”. Así terminó uniendo la performance –aquellas clases de danza– con lo musical, un sello que define su propuesta.

Después de El Signo, y de “muchos años de buscar coequipers”, se mandó sola. “Me animé. Volví a mi centro para sacar el arte que llevaba adentro”. Hoy, en su espectáculo lo performático es clave; un juego entre el movimiento, la electrónica y la puesta lumínica. Lis tiene un disco debut (Lux), un EP (Freeze) y un track nuevo, “Desire”, creado junto con el DJ Ale Lacroix. “La receta es jamás claudicar al deseo”, asegura.

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