“Las medias perdidas”: de qué se trata el proyecto solidario de Villa Cárcova y cómo podés ayudar
La recicladora y costurera Angelita García Elorrio lidera la iniciativa, que ya tiene 6 años; son más de cien mujeres involucradas que hacen muñecos y pelotas con medias que les donan
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Angelita García Elorrio aclara que no se recibió de ninguna carrera. Lo suyo es la empatía y tiene fe ciega en la capacitación en oficios. Su padre fue seminarista, dice que, cuando era muy chica, las monjas le enseñaron a coser. Podría decirse que estas frases explican lo que es, lo que hace, lo que puede multiplicar.
Hace unos 8 años, el Padre Pepe Di Paola, que vio lo que Angelita hacía en su emprendimiento de costura (ella confeccionaba bolsas con arpillera plástica), le propuso dar talleres en Villa Cárcova, en José León Suárez, en su parroquia. Eso hizo. Angelita –que había tenido también una escuela de costura- donó algunas máquinas y en 2016 pudieron organizar el primer taller en el barrio.
¿Cómo empezar sin materia prima? Se les ocurrió iniciar una campaña para recolectar medias usadas y con ellas armar muñecos. Así nació “Las medias perdidas”, que hoy ya lleva 6 años de continuidad y más de mil juguetes (muñecos, animales, pelotas) confeccionados con medias donadas.
“Como yo venía del palo del reciclado y de trabajar con materiales sustentables surgió la idea de empezar a enseñar a hacer unos muñecos con medias. La idea fue decir: medias usadas o medias perdidas, porque siempre alguien nos puede donar medias. Y empezamos con eso”, relata Angelita. Invita a sacar cuentas. Dice que un metro de tela, de la más barata, puede costar 500 pesos. Sabían que no podían depender de ese dinero para coser, dice, cuando conversamos los primeros días de marzo, el mes en que especialmente queremos conmemorar y visibilizar la labor de mujeres trabajadoras.
La idea fue acertada a juzgar por lo que vino después. “El primer taller se multiplicó en varias capillas”, dice. Lo replican en capillas porque están dentro de la Misión del Padre Pepe, que les facilita espacios de aprendizaje sin costo. “Hay más de cien mujeres capacitadas en este oficio, algunas de las históricas que traían alguna formación en costura son las docentes”, nos cuenta Angelita.
Hace cinco años, lograron que una fábrica les done medias falladas, pero nuevas. “¡Por eso los muñecos son tan lindos! Porque al ser medias nuevas tienen colores divinos”, se entusiasma Angelita. También en la fábrica les entregan retazos con los que las mujeres cosen barbijos, delantales, cofias, sábanas, ropa…todo lo que necesiten para su hogar o para el barrio. Las clases son los martes y jueves: un día de la semana cosen para ellas y sus familias; el otro día, para alguna organización del barrio que necesite.
A lo que producen para vender lo ofrecen en ferias de consumo responsable en la ciudad de Buenos Aires: estuvieron años en una a metros del Cabildo, ahora están los domingos en San Telmo -donde también reciben medias donadas-. Los muñecos que ellas exhiben en el puesto, siempre tienen un costo muy inferior al de cualquier juguete de un local comercial. Incluso suele ser de lo más económico de entre los feriantes (hoy, los muñecos valen entre 800 y mil pesos).
Las donaciones son la base de su emprendimiento. Además de la fábrica es fundamental el apoyo de ciudadanos y ciudadanas que se acercan a las ferias o a puntos verdes de la Capital donde también reciben material. Les donan tantas que, a muchas de las medias usadas, las acondicionan y, en invierno, se las entregan a personas en situación de calle –el año pasado repartieron más de 300 pares-. También clubes de fútbol se sumaron en algunas oportunidades para donar medias en cantidades importantes.
El proyecto es convertirse en una cooperativa. Para eso necesitarían presupuesto, algún crédito para comprar equipamiento, dice Angelita. Incluso hace algunos años estuvo en Italia –cuenta que visitó al Papa Francisco- y conversó con emprendedoras de allá que las incentivaron a sostenerse y crecer. “Pero acá en Argentina no hay presupuesto para armar nada”, se queja, un tanto desanimada al respecto.
Sin embargo, enseguida sigue hablando de lo que sí les sale, de lo que sí pueden juntas. “Los muñecos están cosidos a mano, hay varias series y están rellenos con vellón siliconado. No lo rellenamos con medias porque, si el muñeco se moja, la tela se honguea”, dice. Con las ventas de los muñecos se compra el vellón para rellenarlos, los hilos, tijeras y algo para merendar en las clases.
“Son todas mujeres con miles de problemas: algunas tienen sus hijos presos, o metidos en la droga, o murieron. Es muy emocionante que este sea un lugar de formación y de felicidad. Acá vienen y pueden aprender, charlar, tomar un café, reírse”, dice Angelita. Invita a visitarlas en el barrio. Asegura que entrar al aula es transformador.
Página en Facebook para contactarlas: Las medias perdidas.
WhatsApp de contacto con Angelita García Elorrio: 11 3310-7484
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