Las ballenas ya se dejan ver
Hasta septiembre, los gigantes del mar son el gran atractivo de las salidas embarcadas por el golfo San Matías, donde hay otras vedettes: los delfines
Nadie discute que Puerto Madryn es la meca de las ballenas francas. Sin embargo, desde hace al menos diez años estos gigantes del mar además comenzaron a observarse, cada vez con más frecuencia y en número creciente, en las costas del golfo San Matías, también en el litoral rionegrino. Y si bien no son las únicas vedettes , su presencia no pasa inadvertida en este destino asociado a las playas amplias y agrestes, el mar templado y el buceo en aguas transparentes.
Con el eslogan Una aventura de pura emoción, la Temporada de Avistaje de Fauna Marina fue lanzada en forma oficial la semana última. Sin embargo, las ballenas, ajenas a estos calendarios, comenzaron a merodear la zona en mayo pasado y seguirán allí para alimentarse y reproducirse hasta mediados de septiembre, y un poco más también.
En 2012, cerca de 200 ejemplares llegaron a estas costas y las cerca de 1200 salidas de avistamiento, entre agosto y septiembre, fueron todo un éxito. "En todas las excursiones se pudieron ver ballenas, que aseguran presencia diaria desde mediados de este mes hasta principios de octubre. Incluso, muchas veces ni siquiera es necesario embarcarse, se ven desde la costa", comentó el secretario de Turismo de Las Grutas, Guillermo Soria.
La experiencia en el golfo, con sus aguas azules, promete contactos muy cercanos con el mamífero más grande del planeta, en algunos casos, casi al alcance de la mano. Pero siempre respetando el ambiente. En realidad, tanto en el municipio de San Antonio Oeste como entre los cuatro operadores (el año último eran dos) se habla de avistamiento de fauna marítima, más allá del imán indiscutible que produce la sola presencia de las ballenas.
Es que en cada salida es casi segura la presencia de manadas de delfines, muy amigables, que suelen acompañar las embarcaciones durante diez o quince minutos, y lobos de uno o dos pelos, además de distintas especies de aves. Es más, también se observan orcas en grupos, como las que merodearon la zona en las últimas semanas.
El golfo San Matías tiene cinco áreas marinas protegidas y en sus 355 kilómetros de costas se encuentran asentadas sólo tres poblaciones, que en total no suman más de 250.000 habitantes. "Esta baja densidad poblacional, sumado a los esfuerzos oficiales por la preservación del ambiente y una pesca reducida y controlada hacen que el impacto ambiental en la fauna no sea significativo. Así, todos los años se observa un incremento en la cantidad y variedad de fauna del golfo", explicó Soria.
En materia de protección, toda la actividad de avistamiento está reglamentada y bajo la lupa. En el caso de las ballenas, las salidas se enmarcan en un plan piloto y deben incluir, en forma obligatoria, a un observador de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia, capacitado por el Instituto de Biología Marina y Pesquera de San Antonio Oeste, que monitorea cada una de estas experiencias. Además, por ley provincial, hay un cupo máximo de diez pasajeros por excursión.
Rupestre, Experiencia Patagónica ofrece este tipo de salidas (450 pesos por persona, en temporada alta) y tiene su búnker en el puerto de aguas profundas de San Antonio Este, a unos 60 kilómetros de Las Grutas, en una playa colmada de caracoles. Desde allí salen los botes de ocho metros de eslora, con motor ecológico, en busca de ballenas.
"Recién, desde la costa, estuvimos observando una ballena franca", cuenta Agustín Sánchez, uno de los dueños de Rupestre. "La salida dura una hora y media, y un poco más también, y necesitamos navegar no más de seis kilómetros para ingresar en la zona de avistamiento", agrega.
Claro que los delfines, los elegidos, sin duda, por los más chicos, no se quedan atrás. En el golfo se ven dos tipos: el común , que anda en manadas muy numerosas (pueden llegar a un centenar), y el de nariz de botella, popularizado por la serie de TV Flipper, que es bastante más arisco que el primero, y suele andar en familias de unos 15 individuos.
Este año, a diferencia de la temporada pasada, las excursiones parten de tres sectores: desde la tercera bajada del balneario Las Grutas, a 15 kilómetros de San Antonio Oeste, con sus construcciones de estilo mediterráneo y rodeada de acantilados; desde el Mirador Norte (San Antonio Este), y desde el balneario Punta Verde, en San Antonio Oeste.
Claudio Barbieri, de Cota Cero, rescata el espíritu con el que se realizan los avistamientos (450 pesos en pagos en efectivo y descuentos para residentes). "La consigna es respetar el ambiente. Cuando nos aproximamos a las ballenas apagamos los motores y dejamos que se acerquen. Además, sólo se permite un bote de observación por cada animal y está expresamente prohibido tocarlas", agrega Claudio, que aporta un dato curioso: la aparición en el golfo, por primera vez, de langostinos.
Es que de eso se trata. De un golfo salvaje, en cambio constante, con sus filosos acantilados y extrañas formaciones rocosas, muy pocas lluvias y las aguas más templadas de nuestro litoral marítimo. Y las ballenas, claro, majestuosas, y los delfines, a los que nada les cuesta ganar la empatía de los viajeros.
lanacionarMás leídas
"Chicos de la vergüenza". Frida, la cantante de ABBA que se convirtió en la cara más conocida de un plan racial nazi
"Eliminar lo ordinario". Escándalo por la nueva campaña publicitaria de una marca de lujo
"Por encima de todo". El jefe del equipo Williams dio detalles del estado de Colapinto y no confirmó que pueda correr el GP