La muerte de su hijo de tres meses se hizo viral y un grupo antivacunas lo utilizó para difundir información falsa
Amanda Makulec sufrió la pérdida de su hijo de tres meses, lo compartió en Twitter y se vio envuelta en una operación de información falsa sobre las vacunas contra el covid
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“El año pasado, nuestra pérdida se transformó en una mentira viral sobre las vacunas contra el COVID-19. Más de siete meses después, quería compartir esa experiencia para darle al mundo una idea de los impactos humanos de la desinformación. Recuerden: hay personas reales en juego”, afirma Amanda Makulec en una nota de opinión en The New York Times. Allí relata cómo los antivacunas usaron la muerte de su bebé para difundir información falsa y cómo eso la hizo sentir.
Amanda dedicó su carrera a crear visualizaciones responsables de datos de salud pública. Su cuenta de Twitter -con 7800 seguidores- estaba principalmente destinada a difundir su trabajo. Pero el 27 de septiembre de 2021 necesitaba decir algo más. Publicó una foto de su bebé y su hijo mayor, y contó que el pequeño de tres meses había fallecido. “El impulso de compartir era protector. Como alguien activo en las redes sociales, quería evitar la pregunta inevitable de amigos y conocidos”, explica. Sin embargo, ni ella ni su marido imaginaban que ese mensaje desencadenaría mayor sufrimiento.
La historia detrás de la viralización
Las redes conllevan la impunidad del anonimato. Un extraño revisó los viejos tweets de Amanda y creó una secuencia que generaría una avalancha de desinformación. “Creó una imagen de mis tweets uno al lado del otro: uno de julio donde compartí mi alivio por haberme vacunado durante el embarazo y otro de septiembre con la historia de mi pérdida. Escribió ‘seguro... y eficaz’ junto a las capturas de pantalla, lo que implicaba que haber sido vacunado durante el embarazo había causado la muerte de mi hijo”, recuerda Makulec. Pero lejos estaba de la verdad: la autopsia no mostró conexión entre la muerte de su hijo y las vacunas.
A aquel mensaje que usó su dolor para difundir una noticia falsa le siguieron otros con acusaciones y preguntas. “No esperaba que el momento de mi más profundo duelo y dolor fuera un arma contra las mujeres embarazadas y las vacunas. Se sintió como una violación del espacio que mi esposo y yo necesitábamos para llorar. La apropiación indebida de nuestra pérdida me hizo enojar. La comprensión de que las personas aún pueden ver fragmentos de mi historia y hacer que influya en sus decisiones de salud duele, tanto como madre como profesional de la salud pública”, señala.
Junto a mensajes de condolencias, su familia y amigos le avisaban que sus tweets estaban en Reddit. “La gente ganaba dinero con esa imagen, a través de clics y acciones compartidas, mientras que nosotros teníamos recursos limitados para frenarlo”, agrega.
Luchar por la información confiable
Makulec cursó una maestría en salud pública en la Universidad de Boston. Trabajó con datos en programas de salud global durante ocho años y trabaja de forma independiente, con el objetivo de hacer que los fundamentos de la visualización de datos sean una habilidad fundamental aprendida por cualquier profesional de la salud pública. Por eso, lo que generó la falsa campaña antivacunas no solo le dolió a nivel personal, sino también profesional. “He escrito y hablado sobre lo fundamental que es hacer que los datos de Covid-19 sean claros y comprensibles, especialmente dado lo fácil que es dejarse influir por la experiencia personal o las anécdotas en línea. Es por eso que ver nuestra pérdida tergiversada tan audazmente y difundida tan ampliamente para promover la agenda de otra persona ha sido tan desgarrador”, confiesa.
Durante un tiempo, decidió alejarse de las redes para evitar la exposición. Meses después, leyó los más de 400 tweets que había recibido en ese período. Hoy Amanda volvió a las redes. Además de su trabajo, comparte estudios e información, que demuestran la efectividad de las vacunas en los menores, y abordó otra campaña: luchar contra la desinformación. “En el contexto de los eventos globales, ser un lector consciente y retuitear puede frenar la propagación de esa información errónea. Si lo hacen, podrían despejar nuestras redes sociales para hacer espacio para la verdad y también ahorrarle dolor y sufrimiento adicional a una familia en duelo”, concluye.
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