Japón: todo lo que tenés que saber para armar tu viaje por Tokio, Kioto y Osaka
El bichito de Japón te puede picar a través de su literatura, de su historia, de su comida, de su animé, y si te pica..., no hay vuelta atrás. Cada vez somos más los "niponlovers" porque es un país donde convergen el futuro y el pasado, lo megatecnológico y lo milenario.
Rascacielos impresionantes conviven de una manera armoniosa con templos donde cantan los monjes, y el frenesí de los bares de música electrónica se alterna con jardines zen. Y por eso, Japón es tierra para todos los gustos y, sobre todo, para todos los estados. Es un viaje que te invita a perderte en una cultura distinta, misteriosa e intensa y ese perderse es encontrarse con sensaciones o bellezas que nos cuesta describir desde nuestra mirada occidental.
Recorremos Tokio con su intensidad, Osaka con su estilo kitsch, Nara con sus templos y jardines, Kioto con sus geishas y tradiciones y la isla de Naoshima con su arte moderno en plena naturaleza para que veas en esta nota que Japón –por donde lo mires– parece una postal.
TOKIO
Es el primer y último destino de este viaje por el archipiélago montañoso que reúne a casi 130 millones de habitantes. Tokio es imponente desde que aterrizás en el aeropuerto de Narita y es tan grande que podrías vivir ahí y no llegar a conocerla de punta a punta. Sí o sí tenés que destinarle, mínimo, 4 o 5 días, pero podés hacerla al principio y al final. Es tan inmensa y con tanto para hacer que lo mejor es recorrerla por combos de barrios para aprovecharla al máximo.
Top 10 para recorrer en Tokio
1. Mercado de pescado de Tsukiji: lo mejor es ir tipo 4.30 a. m. porque se subasta el atún y a esa hora hacen las compras todos los restauranteros, pero si no sos mañanera, podés ir en cualquier momento y es abrumador. Se come sushi riquísimo y barato.
2. Ginza: es la zona más top, con negocios de diseñadores y una arquitectura que mezcla el minimalismo y la locura. Mínimo, dedicá un par de horas entrando a los locales como el Gucci de 7 pisos o el Uniqlo de 12. Sí, todo en tamaño MEGA. Un datazo: los domingos, muchas de sus calles se hacen peatonales y es súper lindo. Si te agarra hambre, podés parar a comer en un restó de ramen o sushi en el callejón Yurakucho o ir picando cositas como alguna crepa de los trucks que hay en la calle o algún heladito con forma de osito.
3. Shibuya Crossing: el barrio Shibuya es uno de los más visitados por sus tiendas y tiene el famoso cruce de 5 calles que se considera el "paso de cebra" más importante del mundo. Ese es el lugar de la escena en la que Scarlett Johansson camina súper perdida en Lost in Translation. En este barrio también está la estatua de Hachiko, el perrito que esperó a su dueño en la estación hasta su muerte y, si te copa la moda harajuku –de look bien extravagante–, podés pasarte una tarde en Shibuya 109, un local de 9 pisos espectacular.
4. Shinjuku: este es otro barrio para pasear por sus calles cercanas a la estación de tren, por donde pasan más de 3 millones de personas al día. Podés ir durante el día al parque Shinjuku Gyoen y acabar a la tarde en la Golden Gai, los minicallejones repletos de bares donde solo entran, máximo, 5 personas. Ideal para ir a tomar algo a la tarde/noche.
5. Kabukicho: Es la zona roja de la capital. Es para dar unas vueltas, ver sus clásicos lovehotels y pispear sus restaurantes y lugares de juego.
6. Harajuku: si un domingo estás en Tokio, es un planazo. Podés ir al Yoyogi Park, donde están los "rockabillies" japoneses que se juntan a bailar, y después ir a la famosa Takeshita Dori para ver a todos los teens que se pasean vestidos de animé. Es un buen lugar para comprar regalitos, porque hay mucho merchandising barato.
7. Shimokitazawa: es el barrio hipster. Vas a poder ver muchas tiendas independientes, ferias vintage, bares con música en vivo y cafeterías divinas. Para pasear y darte unos gustos. Un recomendado: la librería Book and Beer, un sueño cool para perderte entre libros.
8. Nakameguro: súper de moda, es un barrio divino a la vera del río Meguro, con miles de bares, cafés y tienditas. En la época de los cerezos es súper caminable porque sus calles se tornan rosas.
9. Team Lab Borderless: no solo tenés que sacar las entradas con anticipación, sino cargar tu celular porque es "EL" lugar para sacar fotos. Es un espacio de arte con diferentes escenarios digitales espectaculares. Disney, un poroto. www.teamlab.art.
10. Cat Café: el café claramente es una excusa, pagás para entrar y estar rodeada de gatitos, acariciarlos y darles comida. Si sos fan gatuna, es una experiencia total en el barrio Kebukuro.
KIOTO
Del frenesí de Tokio pasamos a Kioto, donde, pese a tener las mismas letras, encontrás la paz y tradición milenaria entre sus templos, jardines, palacios y barrios por donde salen a pasear las geishas. Es una ciudad para caminarla, para contemplarla, hasta te podés emocionar sin saber por qué –o eso me pasó a mí todos los días–. Con el Shinkansen (tren bala) estás en dos horas y cuarto desde la capital –ni más ni menos, son extremadamente puntuales, así que nada de que te esperen 5 minutitos–. Sin lugar a dudas, la mejor época es cuando Kioto florece con la primavera y los cerezos blancos y rosados cubren toda la ciudad. Tres días, mínimo, te recomendamos en esta bella ciudad los puntos a los que tenés que ir sí o sí.
5 paradas en Kioto
1. Gion, barrio de Geishas: la estética milenaria se transmite a través de las mujeres con sus yukatas o kimonos y en este barrio estas musas niponas se pasean todos los días por la tarde. Podés encontrar hermosísimas casas de té. Además, hay mercados vintage donde podés comprarte un kimono a muy buen precio (el mío lo uso abierto como túnica y es un hit). Datazo: si vas en abril, se hace el festival de primavera de baile de geishas más importante de Japón, Miyako Odori, y realmente vale la pena. Comprá entradas en: miyako-odori.jp.
2. Fushimi Inari Taisha: es el santuario sintoísta más importante de Japón. Inari es el dios del arroz y eso lo ves reflejado en su arquitectura: sus miles de arcos tradicionales japoneses fueron donados por comerciantes que buscan así tener buenas cosechas.
3. Hokan-ji Temple: cuando paseás por Higashiyama, uno de los distritos más antiguos de la ciudad, te encontrás con este templo tradicional llamado también Pagoda de Yasaka. ¡Es un sueño! Su construcción es de 46 m de altura y cinco pisos de madera. Está rodeado de calles con adoquines con muchos restaurantes y negocios para pasar la tarde.
4. Arashiyama Bamboo Forest: este bosque de bambú es espectacular. Es en las afueras y podés hacerlo como excursión de un día. Se llena de turistas, así que salí tempranito para recorrerlo y vivir su paz. Cerca encontrás una joyita, el pequeño santuario Nanomiya.
5. Pontocho Alley: a la tardecita, este callejón cobra vida. Es bien angostito y lleno de restaurantes y bares. Lo mejor es comprarte algo de comida y cenar sentada a la orilla del río Kamogawa –es un hot spot lugareño–.
OSAKA
Osaka es una metrópoli que te aturde con sus luces, su cantidad de personas y una arquitectura que mezcla lo kitsch y lo futurista. Como todo en Japón, llegás re fácil en tren y te recomendamos, mínimo, dos días de experiencias osakenses.
4 actividades para hacer en Osaka
Caminá en sus noches de neón: si de día ves gris esta ciudad, de noche las luces de neón toman más brillo y la ciudad parece un parque de diversiones. Osaka es mucha información visual y tenés que estar preparada para vivirlo como algo diferente para no aturdirte. El canal Dotombories es como el "Times Square" de Osaka, lleno de carteles luminosos, locales, restaurantes y un mar de gente.
Cazá tendencias en Orange Street: es una calle súper cool donde encontrás tiendas boutique y marcas top, cafeterías divinas, tiendas de muebles, ferias vintage y mucha onda en sus calles. Un cool hunter se vuelve loco. La mayoría de las tiendas abren a las 11 de la mañana, por lo que un planazo es ir de shopping y brunchear a media mañana.
Animate a su gastronomía: además del neón, la tradición culinaria es lo más importante de esta ciudad, pero tenés que tener paladar para experimentar. La zona de Dotonbori es ideal para comer en sus puestitos callejeros y probar las ostras o takoyari, las bolitas fritas de pulpo que vas a ver por todos lados y en otros países como en Argentina se consideran un lujo. Si sos una fan del ramen, el mejor es Kinryu Ramen, está abierto las 24 horas y lo reconocés por su dragón gigante en la puerta.
Namba, para dormir y comprar: barrio súper comercial, es como nuestro centro y calle Florida, con mucha oferta de hoteles y hostels, súper bien comunicado y lleno de experiencias, pero hay dos imperdibles: karaokes (te recomendamos ir por la tarde, que es más económico) y pachinkos, las salas de juegos re locas que te aturden con su música pero a las que sí o sí tenés que entrar para ver lo que se siente.
Escapada arty a Naoshima
Esta isla es un ejemplo de la eficiencia japonesa, porque estaba a punto de quedar deshabitada cuando decidieron convertirla en un centro de arte contemporáneo. Los asentamientos originales se embellecieron con más de 20 exposiciones de arte y museos que toman un mínimo de un día entero recorrerlos (y si tenés tiempo, está buenísimo quedarse a dormir). Súper recomendado es el Museo de Arte de Chichu (chichu significa "en medio de la tierra"), con estilo minimalista y construido casi completamente subterráneo por el arquitecto Tadao Ando; reúne obras de Walter De María, James Turrel y Monet. Otro imprescindible es La Casa Benesse, que incluye cuatro edificios llamados el Museo, el Oval, el Parque y la Playa. Es aquí donde se puede disfrutar de la calabaza amarilla de Yayoi Kusama (ver foto).
Cómo llegar: con el tren, estés donde estés (Tokio, Osaka, Kioto), tenés que ir a hasta la estación de Uno y ahí tomás el ferry que te cruza a la isla por 290 yenes (aprox. US$3). El viaje en barco es de unos 20 minutos.
Relax en Nara
Desde Osaka o Kioto, podés viajar en tren a esta bellísima ciudad que podés recorrer en el día y tiene el espíritu tradicional japonés con sus parques, santuarios y templos. La ciudad te va guiando al Nara Park, que aloja muchas atracciones como los jardines Isui-en, el santuario Wakamiya y a Daibutsu, el Gran Buda de Nara, construido de bronce dorado con 15 metros de altura en el templo Todai-ji. Un camino imperdible dentro de este gran parque es el del santuario Kasuga-Taisha, que te recibe lleno de farolitos de bronce (toro) y de piedra por todo el recinto. Además, les podés dar de comer a los ciervos sika, que están protegidos por ser considerados mensajeros de los dioses según el sintoísmo. Pero ojo, que están tan acostumbrados –u horrorizados– a los humanos que si ven que tenés comida, te persiguen hasta que les tires todo el paquete que compraste. Es para pasar un día tranquila y aprovechar para hacer pícnic, ver a novias japonesas haciendo sus fotos y pintores retratando el paisaje.
Cómo viajar
Con United Airlines, Delta Airlines o American Airlines hay vuelos desde US$1000 a Tokio. Todos tienes escala en EE. UU., por lo que necesitás la visa. Como el viaje es tan largo, lo recomendado es que a la ida o la vuelta abras la escala, por ejemplo, en NYC unos días y, de paso, te hacés un 2x1.
Datos útiles
Cuándo ir: hay festivales y decoraciones diversas todo el año, pero el boom turístico es en primavera, cuando florecen los cerezos, fines de marzo y abril. El verano –julio y agosto– es época de lluvia, y si buscás ver el monte Fuji, sus rutas están abiertas estos meses.
Idioma: si entendés inglés, estás hecha porque todos los carteles y audios de los colectivos, el subte y los trenes están en japonés e inglés. En las máquinas expendedoras de boletos podés elegir el idioma español. Además, aunque la mayoría no sabe inglés, la gente es MUY servicial, así que si les preguntás algo, van a intentar hacerse entender como sea, hasta te pueden llegar a querer acompañar adonde vayas.
Moneda: 1 dólar son 112 yenes. Te recomendamos cambiar desde Argentina y llevar tarjetas de débito así te hacen el cambio del día.
Sacá la SUICA: para el subte/tren se puede usar la SUICA o la PASMO (son como la "SUBE" de acá). Se compran (con efectivo) en unas máquinas expendedoras y se van cargando a medida que se necesite. Atención: la tarjeta hay que pasarla siempre al entrar y al salir del subte.
Dónde comprar: hay dos lugares imperdibles. Lo más barato lo encontrás en las Tiendas Daiso, que son como el "todo por dos pesos" nipón: regalitos como antifaces para el avión con ojos japoneses, gatitos de la suerte, golosinas, parches de té verde para liberar toxinas, de todo y barato. Otra tienda espectacular es Don Quijote: hay varias y en cada una son cinco pisos de felicidad: supermercado, electrodomésticos, valijas, ropa, de todo y hasta un sex shop.
Tax free: tenés que tener SIEMPRE el pasaporte a mano (no sirve fotocopia) para pedir el reembolso. Te llenan de tickets, pero después en el aeropuerto recuperás los impuestos.