Historias de rulos: cómo cuidarlos para que se formen bien y por qué no hay motivos para plancharlos nunca más
La tiranía del lacio no va más: tratamientos, experiencias y conceptos para potenciar tu melena rulienta
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Cerca del año 2000, cuando se usaba el pelo lacio a más no poder, tener rulos era “un bajón”. “¿Por qué no te planchás el pelo, así te queda más prolijo?”, escuchamos más de una vez las que éramos adolescentes en esa época y nos había tener melena enrulada. A fuerza de brushings y múltiples intentos de domar las ondas, el frizz se hacía siempre presente y el resultado ineludible era la frustración. Usar productos químicos cada vez más potentes era el único remedio, y nos veíamos obligadas a pasar horas en las peluquerías tratando de cambiar algo que, ahora, con el tiempo, nos damos cuenta de que nunca deberíamos haber querido cambiar. Por suerte, el mundo se está dando cuenta: los rulos, las ondas, el afro, lo que sea que dicten tus genes, están bien. Lo vemos en las publicidades, en las que cada vez hay más chicas con cabezas enruladas; en las modelos como la argentina Mica Argañaraz, que triunfan en las pasarelas internacionales con su “curly shag”; en la calle, donde las millennials más peques y las centennials se rebelan contra el statu quo y lucen sus rulos con orgullo; y hasta en tops como Naomi Campbell, que finalmente, y después de haberse pasado toda una vida con el pelo ultraplanchado, adoptó su afro natural y divino. Por haberlos negado tanto, las “ruludas” recién ahora estamos empezando a aprender cómo cuidarnos los “cachos” (rizos en portugués). Entendimos finalmente que los rulos no se peinan y que se deshidratan mucho más rápido que el pelo lacio; que existen distintos patrones de rulos (desde el 2A hasta el 4C) que necesitan distintos tipos de cuidados y que no todos los cabellos tienen la misma porosidad. Aprender todo esto se siente como un volver a empezar, pero, por suerte, no estamos solas: cada vez surgen más comunidades online en las que apoyarse, inspirarse y aprender.
Hermanadas por los rulos
El de los rulos es un universo enorme, lleno de información. En Argentina, donde la mayoría de las chicas oscila entre un patrón 2A de ondas suaves y un 3C de bucles bien definidos, recién estamos arrancando con esto, al contrario de lo que pasa en Estados Unidos, donde la comunidad afroamericana es enorme y las mujeres empezaron a cuidarse las ondas con profesionalismo hace mucho tiempo. Ahí, páginas y blogs como naturallycurly.com o curlyhair.com son una fija para las enruladas, que aprenden desde pequeñas los cuidados que su pelo necesita. Por estas latitudes, la comunidad que la está rompiendo es Rulos Arg, un grupo de Facebook que se basa en los cuidados que recomienda la estilista americana Lorraine Masey en The Curly Girl Handbook (El manual de la chica con rulos), donde las chicas no solo se apoyan unas a otras mostrando sus progresos, sino que además recomiendan productos que son "aptos" para el pelo rizado, es decir, que no incluyen sulfatos o siliconas entre sus componentes; los primeros, porque resecan el pelo, los segundos, porque forman una película e impiden que el pelo se nutra e hidrate. ¿Otras comunidades online que vale la pena seguir? El grupo de Facebook chileno Rulos Lover, que aglutina a ruludas del país vecino y del resto de América Latina; la cuenta de Instagram @en.rulada, a cargo de Yani, una médica que apredió a amar sus rulos incondicionalmente; y el hashtag #estaesmionda, impulsado por @joyklinko, una ruluda que se propuso visibilizar las cabelleras con ondas naturales, escribió un manifiesto que enaltece los rizos e hizo un video en el que varias chicas hacen una oda al pelo rizado natural, tal y como lo trajimos al mundo.
"Mi historia de amor con los rulos"
Le pedimos a Diego Ternengo ("el Colo"), uno de los peluqueros especialistas en rulos más taquilleros, que nos contara cómo había hecho cada uno de los cortes de 4 clientas bien distintas.
"Antes no sabía cómo acomodar los rulos y siempre andaba con el pelo recogido y yendo a malos peluqueros que me hacían cosas tremendas. Intenté en su momento plancharme, pero no me funcionó. Desde que encontré al Colo, me dejé llevar y cada vez me siento más cómoda, porque sé que siempre voy a estar bien peinada. Me levanto y ya estoy lista para todo el día. Hoy los rulos me identifican, y ellos hacen su vida propia. No les pongo productos ni nada. Me lavo el pelo como siempre y me quedan así. Se explotaron solos por el corte".
Sobre su corte: "Soy de la idea de que hay que usar el pelo al natural, como es, y sin mucho producto, porque si el pelo está bien cortado, los rulos se arman perfecto. Con Chantal fuimos pasando por varias etapas. Ella tiene un corte asimétrico porque su rostro es rectangular, y un corte así la ayuda a destacar los pómulos y la nuca. Para finalizar, es importante pasarse bien la crema de peinar con las manos para distribuir el producto. Después solo hay que cabecear para adelante y para atrás para ablandar la raíz. Eso ayuda a que el rulo se luzca".
"De chica renegué muchísimo de mis rulos. Me costó aceptarlos, especialmente en la secundaria. Me teñía de rubio y me planchaba un montón. Cuando noté que el pelo se me caía y que no aguantaba ese ritmo, empecé a cambiar. Me lo dejé de teñir y de a poco los fui queriendo. Hoy ya me siento tranquila con ellos".
Sobre su corte: "Todos los cortes de pelo ondulado se basan en el rebajado, y uno simplemente elige el largo. Con la proporción del rostro de Sofi llegamos a la conclusión de que su corte tenía que ser hasta el hombro, porque si no, le hacía la cara más larga. Le rebajé el pelo y después le fui agregando lo asimétrico. Arrancamos con el pelo húmedo y lo finalizamos en seco".
"De chica odiaba mi pelo. Me hacía planchita todos los días y cada vez que había que ir a la pileta era un problema para mí, porque no me quería mojar el pelo y no disfrutaba. Si lo hacía, todo el mundo venía a decirme que ‘había metido los dedos en el enchufe’, que ‘parecía Valderrama’. Incluso me pasó de ir a peluquería y que me pusieran cara de horror, porque no se animaban a cortarme. Hasta que llegó un momento en que dejé de plancharme y empecé a usar mis rulos. La realidad es que antes no me sentía cómoda con la exposición que te generan. Tanto los odie que finalmente hoy puedo decir que me ayudaron a bancarme la mirada del otro, a definir quién soy y a pararme en el mundo de otra manera. Hay que aprender a aceptarlos porque eso te libera".
Sobre su corte: "Ella tiene un corte largo todo rebajado, con la misma cantidad de pelo desde arriba hasta abajo. Usa mucho volumen en la parte superior y le estamos dejando que le crezca porque ella quiere mantener el largo. Siempre lo usa para el costado".
"Soy de Venezuela y hace un año y medio que vivo en Buenos Aires. Pasé por varias etapas. Cuando era pequeña a mi mamá le costaba mucho desenredarme, y a medida que fui creciendo los empecé a aceptar más, gracias a que aprendí a tratarlos con la ayuda de mis amigas. En un momento llegué a alisármelo, secándolo y usando la plancha. Los efectos fueron tremendos. Tuve que cortarlo mucho, y aunque me encantaba el cabello corto, yo nunca lo había tenido así, tipo afro. No sabía cómo manejarlo y lloraba. Al día siguiente de ese corte tenía guardia, así que me maquillé, me puse mis aretes y todos se sorprendieron con el cambio. Para mí, ese camino al trabajo fue una gran reflexión, porque no dejaba de pensar en las personas que no tienen cabello, por ejemplo, las que están con quimioterapia. Desde ese momento empecé a ser agradecida con mi cabello, y nunca lo volví a tener largo".
Sobre su corte: "Su tipo de pelo, bien poroso, solo se corta con el pelo seco. No es un afro, que es más redondo, sino más bien ovalado. Ella tiene además un flequillo ondulado, que no se le puede hacer a cualquier persona, porque hay que prestarle atención a la caída del pelo, a los remolinos. Después se finaliza con alguna crema".
Glosario de ruludas
Al ingresar al mundo de los rulos hay toda una serie de términos con los que está bueno empezar a familiarizarse, a saber:
Sulfatos: son detergentes fuertes, y a veces irritantes y abrasivos, que se incluyen en la composición de la mayoría de los champúes. Arrastran los aceites naturales del pelo y el cuero cabelludo y los resecan.
Siliconas: existen de distintos tipos y su denominador común es que son una suerte de maquillaje para el pelo, porque recubren la cutícula y la dejan brillosa pero sin nutrir el interior de la fibra. El punto al que más hay que prestarle atención es su solubilidad, es decir, si se van con el agua o no. La enemiga pública número uno es la dimethicona y sus derivados. Muchas de las que no son solubles en agua solo se lavan usando champúes con sulfatos, aunque hoy en día existen también otras opciones para eliminarlas, como las micelas.
Parabenos: son derivados del petróleo (al igual que las siliconas) que, en la mayoría de los casos, se usan como conservantes de los productos para el pelo. También hay que prestar atención a qué tan solubles son en agua, porque hay de muchos tipos.
Co-wash: es una abreviación de "conditioner-only washing", o lavado solo con acondicionador, es decir, se reemplazan los champúes con sulfatos por acondicionadores ligeros. Deja el pelo más suave y fácil de manejar.
Low Poo: significa sin champú, pero se utiliza también para referirse al método de cuidarse el cabello sin usar sulfatos, siliconas o derivados del petróleo.
Ac-Sh-Ac: es una abreviación de acondicionador, champú, acondicionador. Consiste en usar un acondicionador antes de lavar el pelo con champú, para, de esa manera, impedir que los sulfatos resequen las fibras.
LOC: son las siglas que corresponden a leave in conditioner (acondicionador sin enjuague), oil (aceite) and cream (crema para peinar). Utilizando los tres productos en ese orden se logra mantener el rizo hidratado y sin frizz por más tiempo. Es un método de styling.
OGC: son las siglas de oil (aceite), gel and conditioner (acondicionador o crema de peinar). Da un poco más de definición que el LOC y sirve también para hidratar, nutrir y darles forma a los rizos.
Scrunch: hace referencia al ruido que hacen los rulos al "romperse" después de que se secó el gel o la crema de peinar. Consiste en apretar el pelo para eliminar el efecto acartonado que dejan los productos finalizadores.
Porosidad: hace referencia a la capacidad del pelo de absorber y retener agua, dependiendo de qué tan abiertas o cerradas están las cutículas. Puede ser alta, media o baja.
Cronograma: consiste en distintas secuencias de hidratación (para aportar agua), nutrición (para aportar aceites) y reconstrucción del pelo (para aportar proteínas), que varían según la porosidad.
Plopping: es una forma de secado del pelo posbaño que consiste en usar una remera o tela de algodón en lugar de una toalla, acomodándola de forma tal que se presionen los rulos contra el cuero cabelludo. Da más definición.
Cuidados a la hora de dormir
Cuando dormimos, los constantes movimientos de nuestra cabeza de un lado a otro pueden desarmar los rulos y llenarlos de frizz. Lo mejor, entonces, es elegir alguna de las siguientes opciones a la hora de descansar:
•Usar un gorro de satén que mantenga los rulos en su lugar.
•Hacerse un rodete piña –con las mechas sueltas hacia arriba– en la parte alta de la cabeza.
•Armarse una suerte de turbante con un pañuelo de satén que contenga todo el pelo, previamente atado en un rodete alto.
También sirve mucho usar fundas de almohada de satén, que ayudan a bajar la estática del pelo.
Styling de rulos
•Rodete alto: hacés el clásico rodete, pero sobre la coronilla. Sí o sí tenés que tener el pelo largo.
•Curly ponytail: hacete una colita de caballo bien tirante, ayudándote con un peine y un poco de gel o crema de peinar. La idea es que los rulos caigan en cascada hacia atrás.
•Vincha de tela: la gran noticia es que volvieron a estar de moda y ahora las podés conseguir en todos lados. La idea es ponerla en el nacimiento del pelo, mandando todos los rulos hacia atrás.
•Updo con pañuelo: hacete una colita alta y contené todos los pelos "que se caen" a la altura de la nuca con un pañuelo anudado en el nacimiento de la cabellera.
Algunos productos libres de siliconas, sulfatos y parabenos:
Expertos consultados:
- Diego "el Colo" Ternengo (@elcolo.diegoternengo en Instagram).
- Miryam Figueredo, técnica consejera de Kérastase Argentina.
- Daniela Suther, jefa de Educación de L’Oréal Professionnel Argentina.
- Jacob Oliveras, gerente de Educación de Matrix y Biolage Argentina.
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