Grego Rossello: "No les creo a quienes dicen que extrañan el anonimato"
A los 27, el conductor de Redes Grego Rosello sigue jugándosela por el humor y nos cuenta cómo es la intimidad detrás de ese personaje desfachatado que nos hace reír.
¿Cómo estás viviendo tu presente?
Muy bien, no lo puedo creer. Muchos logros que yo esperaba se dieron de una manera anticipada: llevé la comedia a un teatro grande, estoy laburando con Gustavo Yankelevich, en televisión pasé de ir una vez por semana a Redes (por ESPN) a estar conduciendo el programa por segundo año, conduje en MTV, estrené una peli como protagonista, se estrenan dos más este año en las que participé... Todo fue más de lo que yo esperaba y laburo para que siga pasando.
¿Qué relación tenés con esa exposición que te llegó?
Es parte del juego y te vas dando cuenta de que es muy cambiante. Cuando explotaron los videos, era no poder caminar por la calle o ir a un boliche y que hubiera gritos. Ahora la locura del principio bajó y está bueno, es mejor vivir así. Entendí que, más allá de que griten un montón o no griten, vos no sos ni más ni menos, ni nada tampoco es tan verdadero. Lo importante es el laburo que hacés.
¿Cuesta manejarlo cuando te llega todo tan de golpe?
Sí, recontra difícil. El año pasado fui a la avant premiere de Los Vengadores y estuve comiendo albóndigas con Scarlett Johansson, literalmente, ¡no lo podía creer! A las tres semanas estaba en la final de la Champions con Cristiano Ronaldo, después hice la final del Mundial y cuando pensé que era un montón, estuve con todos los jugadores de River en la final de la Copa Libertadores en Madrid. A veces no podés procesar las cosas lindas que te pasan porque ya estás en el desafío que viene.
¿Extrañás un poco el anonimato?
No, y no le creo al que dice que sí. A mí me parece un halago hermoso que la gente se quiera acercar para expresar que le gusta lo que hacés o que la hiciste reír en algún momento. Para algunas cosas sí, cuando estoy cenando con mis hermanitos y tengo ganas de estar con ellos, por ahí sí, mentiría si digo que lo extraño, sería como escupir al cielo.
Durante mucho tiempo las cosas no se dieron como las esperabas, ¿cómo te bancaste la frustración?
Al comienzo estaba muy frustrado. Hice una película a los 12 años y después de eso, hasta los 23, hice castings 11 años seguidos. Cuando tenía 16, volvía en el 60 llorando una vez por semana, era horrible. Hoy en día hay cosas que quiero que se me den y no se me dan, o proyectos con los que uno se ilusiona y no terminan saliendo. Me pongo mal, más ahora que me acostumbré menos al "no".
Es un trabajo muy mental...
Sí, totalmente. En un momento yo estaba recontra acostumbrado al "no" y ahora que estoy en una racha positiva me empieza a costar, aunque sé que a nadie le sale todo.
¿Dónde buscás refugio? ¿Quiénes te sostienen?
En terapia. Es el lugar adonde voy a resolver estos problemas. Después tengo a mi familia, pero tampoco me gusta cargar a mis viejos con mis preocupaciones, siento que tengo una vida demasiado afortunada.
¿Qué es para vos la felicidad?
Creo que es un poco un instante y un poco una decisión. Si voy al plano laboral, los aplausos después del Gran Rex me generaron felicidad, por el esfuerzo que me costó a mí poder llegar ahí. Hoy en día es hacer un buen programa, ver bien a mis compañeros. Yo venía del stand up, de hacer los videos solo, era todo solitario, ahora trabajo en equipo y si a ellos les salen bien las cosas, a mí me pone feliz. Después, saber que la mayoría está por fuera del laburo: ir a visitar a mi sobrino, tener una charla con mi hermana, recuperar una amistad, pasarla bien con mis amigos... Me costó mucho entender que era simplemente eso y no un todo general maravilloso y perfecto.
¿Te queda algún sueño por cumplir?
Sí, un montón. No soy tan maleducado como para decir "no logré nada", pero falta un montón: tener mi propio programa, me encantaría tener un late night o ser parte de una serie de ficción que tenga que ver con la comedia.
¿Te considerás un emprendedor?
¡Me considero un ladrón! El emblema de mi hater es decirme "chorro". Por ahí el que te grita eso no sabe que estudié la licenciatura en Historia, que a la par estudié Artes Dramáticas en el IUNA, que estudio teatro desde que tengo 13 y tengo una cámara en la mano desde los 12. Todas estas fueron herramientas que yo metí en una mochila. Hay un espíritu de emprendedor, sí. Incluso, aunque nadie lo pueda creer, doy charlas en universidades sobre emprendedorismo, porque tengo ese espíritu: yo agarro la cámara, edito los videos, los guiono y los subo. Hay una motivación, porque hoy un buen video lo ven medio millón de personas, pero cuando era para nadie había que ponerle mucha más garra y confiar.
¿Qué pasó con la actuación?
El año pasado protagonicé ¿Qué puede pasar?, una comedia con Darío Lopilato, fue una de las experiencias que más feliz me hicieron en mi vida. Hoy lo tengo un tanto relegado, lo corrí para enfocarme en el conductor. Porque todo no se puede, no podés agarrar una tira y faltar al programa.
¿Qué rol juega el humor en tu vida?
Paradójicamente, no me río tanto. Yo veo stand up en mi casa y puedo estar una hora mirando, y si alguien me viera, diría: "Este chabón la está pasando mal". Soy el típico público que no quiero que vaya a mi show, que la pasa bárbaro pero no se ríe. Valoro mucho la risa, mis amigos son las personas que más me hacen reír, más que un humorista, y me gusta pasar tiempo con ellos. El humor es súper importante como herramienta, tiene un poder que la gente no ve.
¿Cuál es ese poder que tiene la risa?
Es el acto de sanación más puro, más noble y más claro. Yo me río hasta en los velorios. Una vez, un amigo humorista me contó una situación grave y lo primero que me salió fue un chiste, él se rió y me abrazó. Nosotros nos salvamos así.
¿Cómo viene el amor?
¡Vacío! Tuve una relación muy intensa y linda, pero hoy estoy enfocado en laburar. Obviamente, cuando uno quiere se hace, pero no me sobra y no estoy en busca de eso. Hay domingos muy tristes y fines de semana muy divertidos, pero a mí la idea de una pareja me gusta.
¿Tenés un método de conquista?
Hacer reír. Quizá mi mejor versión de comediante sea con la chica que me importa: pienso el mensaje, qué voy a decir, cómo responder, mando un audio y trato de que no sobre nada... Me estreso un montón, igual.
¿Y si ella se ríe?
¡Es buena señal! Después quizá terminás siendo "el amigo divertido", puede pasar, no te asegura nada.
¿Cómo tiene que ser una pareja para vos?
Tienen que ser dos personas que se potencien, que sean mejor que estando solas. Creo mucho en la sanidad mental, que uno tiene que estar muy bien para poder estar con alguien. El mejor de los estados, para mí, es estar bien con alguien, el segundo mejor estado es estar bien solo. •
Maquilló y peinó Mel Grimolizzi para Estudio Duo. Agradecemos a Levi’s y Giesso su colaboración en esta nota.
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