Todos los primeros lunes de mayo el mundo se prepara para uno de los eventos de moda más exclusivos de la farándula internacional: la Gala del Met . La créme de la créme del universo del espectáculo y la moda se concentran en una noche única, que embelesa a todos con su creatividad y sus diseños, pero que también da mucho que hablar. Te contamos cuáles fueron los últimos escándalos que sacudieron la alfombra roja y los secretos que varios famosos preferirían que no se ventilaran.
1- Las confesiones de Gwyneth Paltrow, Amy Schummer y Tina Fey.
En el 2013, Paltrow le confesó a un programa de radio australiano: "¿Quieren que les sea sincera? La fiesta apesta. Parece que es la mejor cosa del mundo y pensás que va a ser glamorosa y sorprendente y que vas a ver a toda esta gente, y cuando llegás ahí hace calor, está lleno y todos te empujan. No voy a volver a ir". Luego de esa declaración, la actriz se ausentó por cuatro años de la fiesta de la que era habitué, hasta que en el 2017 se la volvió a ver pisando la alfombra roja en un vestido de lentejuelas blanco de Calvin Klein. ¿La razón? La revista que Gwyneth edita, Goop, se había aliado a la editorial Condé Nast, de la cual la organizadora del evento, Anna Wintour, es Directora Creativa, haciendo que se zanjara cualquier malentendido.
La actriz Amy Schumer, mientras tanto, luego de ir por primera vez a la gala en el 2016, dijo sin pelos en la lengua lo que pensaba del evento, también en una radio: "Es un montón de gente haciendo de cuenta que tiene una conversación, y a mí no me gusta la farsa. Además vamos todos vestidos como unos idiotas. Pero bueno, ahí pude conocer a Beyoncé, a quien, cuando me preguntó si era mi primera gala del Met, no dudé en contestarle: es la última". Parece que no fue tan en serio el comentario, porque en 2017 la volvimos a ver sobre la alfombra roja con un vestido negro charolado de Zac Posen.
Finalmente, la actriz y comediante Tina Fey tampoco tuvo muy lindas palabras para referirse al evento organizado por Anna Wintour. En el 2015, en una entrevista con el presentador David Letterman, dijo: "Es un desfile de idiotas. Los idiotas de todos los ámbitos están ahí, usando algo estúpido. Si tuvieras un millón de brazos, los usarías para pegarles en la cara a todas esas personas". Ok... calma Tina.
2- El escándalo de Beyoncé, su marido y su hermana.
Al día siguiente de la gala del 2014, el sitio de chimentos americano TMZ publicó las imágenes de una de las cámaras de seguridad de uno de los ascensores de la after party del evento, en las que podía verse a la hermana de Beyoncé, Solange Knowles, pegándole con fruición al rapero Jay Z, mientras la cantante simplemente observaba. Mucho se especuló sobre los hechos que originaron la golpiza, hasta que finalmente, 10 días después, la familia emitió un comunicado pidiendo perdón por las imágenes y reconociendo que los cuñados ya se habían reconciliado. El motivo aparentemente habrían sido las recurrentes infidelidades del rapero, que luego dieron origen al celebrado disco de la diva del Pop, "Lemonade", en el que cuenta la situación con lujo de detalles.
3- La lista VIP
Se sabe que Anna Wintour es muy selecta con respecto a las personas que invita a la fiesta para recaudar fondos para el Instituto del Traje. Si bien las entradas salen entre 30 mil y 50 mil dólares (y una mesa entera puede costar entre 250 y 500 mil), sólo tienen derecho a abonar la suma quienes hayan recibido el convite, independientemente de la fortuna de la persona en cuestión. De hecho, son muchos los multimillonarios que han intentado ser invitados sin éxito, e incluso las celebridades (que también pagan el cubierto) que se ofendieron porque no las dejaron ir con parejas que no eran "lo suficientemente relevantes". A pesar de la fortuna que sale ir a la fiesta (sin contar los gastos de vestuario, peinado y maquillaje) y de que los invitados jamás eligen con quien sentarse, el evento logra recaudar cada año cerca de 15 millones de dólares, una suma para nada despreciable que ayuda a juntar dinero para el único departamento del MET (Metropolitan Museum of Art) que necesita financiarse con eventos.
4- El mal rato de Demi Lovato
Luego de la gala del 2016, la cantante Demi Lovato - que con anterioridad reconoció públicamente su problema de alcoholismo y bipolaridad- contó que terminó en una reunión de alcohólicos anónimos por las ganas de tomar que le generó una celebrity malintencionada, cuyo nombre no quiso revelar. Lovato, entonces de 25 años, llevaba más de 4 años sobria cuando le contó su experiencia a la revista Billboard: "Una celebridad en particular fue una completa perra, y fue muy desagradable estar cerca suyo. Me sentí tan incómoda que me dieron muchas ganas de tomar, así que para las 10 de la noche ya me encontraba cambiada y sentada en una reunión de A.A., aún con las joyas valuadas en millones de dólares puestas. La verdad es que sentí que tenía más cosas en común con los indigentes que estaban en la reunión, y que batallaban con lo mismo que yo, que con la gente falsa y complaciente de la gala", disparó la diva teen.
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5- La propuesta de Donald Trump
El actual presidente de los Estados Unidos le propuso matrimonio a su actual mujer, Melania Knauss, en la fiesta de 2004, tras 6 años de conocerse y siendo esa la primera vez que asistían al evento juntos. Allí le ofreció a la entonces modelo un anillo valuado en 1.5 millones de dólares, que luego le confesaría al New York Times que compró al 50 por ciento de su valor: "Sólo un idiota diría: no gracias, prefiero pagar un millón de dólares de más por un diamante". No obstante, el recuerdo de aquella noche -y de tantas otras a las que asistió el mandatario desde 1980- será lo máximo a lo que aspire la pareja, ya que Wintour confesó hace poco en el programa "The late late show" de James Corden que Trump nunca más sería invitado.
6- La prohibición de sacarse selfies
A la Directora Creativa de Vogue no le gusta que el mundo exterior sepa de qué va exactamente la fiesta. Por esa razón mantiene un secretismo absoluto sobre lo que ocurrirá cada año en el evento, e impide que sus invitados hagan crónicas en redes sociales de lo que pasa dentro del salón. Los asistentes saben que sacar selfies implica correr el riesgo de no ser invitados a futuras ediciones de la gala, por lo que los pocos que lo han hecho siempre lo intentaron en grupo, y en lugares fuera de la mirada de censores, como el baño.
7- La indignación por los fumadores
En la fiesta, que tiene lugar dentro de uno de los museos más prestigiosos del mundo, hay una regla fundamental que todos deben respetar: no está permitido fumar. La razón es obvia, ya que dentro del edificio se encuentran obras y reliquias invaluables que deben ser preservadas a todo costo. Sin embargo, en la última edición muchas celebridades fueron vistas encendiendo cigarrillos, no sólo dentro del baño del evento (donde aparentemente los famosos se relajan y muestran tal cual son) sino en muchos otros recintos. Frente a las fotos que surgieron en redes sociales, los donantes y miembros del comité del museo pegaron el grito en el cielo y pidieron sanciones, lo que llevó a Wintour y su equipo a afirmar que en la edición 2018 habrá muchísimo más control sobre las celebridades y sus vicios.
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