Fin de fiesta
Fue un piletazo. No por lo improvisado de la decisión sino porque pese a los años que llevo trabajando en redacciones nunca había escrito en primera persona más que algunas crónicas, que estaban atravesadas por el "yo" pero no me exponían en lo más mínimo. Podía funcionar bien o podía no sentirme cómoda y terminar en una sumatoria de escritos periodísticos.
La idea de sumergirme en un blog llevaba varios meses dándome vueltas en la cabeza, pero ningún tema me convencía. Sabía que tenía que elegir un tópico que me gustara para investigar, que me divirtiera para escribir cada semana, que me genere algún tipo de incomodidad (de ahí el desafío, porque de recetas de cocina escribe cualquiera) y que me haga "arder" como bien dijo Leo. Si el tema no me apasionaba sabía de ante mano que no iba a poder, que no iba a funcionar.
Y a fines de julio, cuando me enteré que estaba embarazada, el tema se hizo luz sin mucho esfuerzo: iba a escribir sobre la previa de la maternidad con el compromiso de hacerlo de forma no edulcorada. Si el embarazo era fantástico eso iba a contar pero si resultaba una pesadilla también. La clave sería "sin forzarlo". Porque si bien la web está llena de blogs sobre maternidad y padres primerizos sabía que la singularidad de este espacio tenía que estar dada por la sinceridad de los textos. Incluso, cuando dudé sobre alguna columna (porque la sentí muy periodística, porque me aburrí escribiéndola, porque le sobró rigidez o le faltó carisma) volví la vista sobre el papel que pegue en el monitor el día que empecé con esta aventura: SIN FORZARLO.
Y en el medio, claro, aparecieron las dudas: ¿Debía contarles que el obstetra me indicó reposo porque Juli era muy chiquita o podía asustar a las otras primerizas?, ¿Estaba bien confesarles que al final no daba más y que necesitaba que la beba nazca o iba a enloquecer? ¿Contarles sobre mis ganas de hacer colecho y mi visión sobre la crianza con apego o el "duérmete niño"? Y ahí volvía una vez más al "sin forzarlo" al compromiso de compartir con ustedes esta especie de teleserie en vivo en formato de entregas semanales.
Familiares y amigos también se sorprendieron al leerme en otro rol, alejada de las notas de denuncias, entrevistas o investigaciones.
Para las que me preguntaron si las voy a acompañar en el puerperio ya advertirán que la respuesta es no. Y acá los sentimientos son encontrados. Por un lado el compromiso siempre fue "la previa". Incluso, el mail que cree para comunicarme con ustedes fue "panza llena" y ya no hay previa (solo maternidad) ni panza llena (o si pero de kilos y excesos). Pero al mismo tiempo siento que preparé una flor de cena, les conté el menú y a la hora de comer las dejé con las ganas. Lo que pasa es que hasta ahora los post fueron sobre una mujer embarazada pero la ecuación cambió.¿Y si ella el día de mañana no quiere que su vida esté publicada en Internet? Y sería imposible hablarles de mi como madre sin hablarles de ella. Porque yo soy gracias a ella. Ella es la que me dota de la condición de madre. Por eso esta sección llega a su fin.
Fueron cinco meses de aprendizaje y diálogo (con ustedes y conmigo misma). Empieza una nueva etapa, que demanda más intimidad y menos exposición. Por ella y para ella. Sin la mirada de los otros sobre nosotros, sin juicios de valor y sin exponer dudas ni contradicciones. Es momento de anidar los tres para volar más alto.
Sin dudas el saldo es recontra positivo. Gracias a este espacio, entrevisté a una puericultora, me interioricé sobre el parto humanizado, me permití pensar (y expresar) qué clase de obstetra quiero y me conecté con el embarazo con un nivel de intensidad que creo que no hubiera alcanzado de otra forma.
Releyendo a la distancia mis preferidos fueron: Oda a mi mama, 50 cosas que quiero enseñarte, Embarazo y crianza en tribu, Pensamientos en voz alta, Cada padre con su estilo y, obvio, A flor de piel.
En Twitter, como siempre, voy a seguir mechando pensamientos sobre la maternidad. Las puertas de Ohlala! también quedaron abiertas para seguir generando contenidos y dialogando con ustedes así que de acá a un tiempito (bánquenme unas semanas/meses de adaptación con la peque) nos volveremos a encontrar en algún otro espacio, hablando y debatiendo sobre otros temas aunque ya atravesada por la maternidad.
Por último agradecerle a Fer, marido tímido de perfil bajo y fobia a la exposición, que me dejó retratar estos meses de Juli en la panza y hasta colar alguna foto con él de tanto en tanto.
Siguiendo con la analogía de las series que planteó Leo y contestándole a algunas lectoras con pocas semanas de embarazo que sienten que las dejé en banda, sepan que todas las notas son atemporales y se pueden leer en cualquier momento. De hecho, yo soy de las que espera que una serie avance bastante antes de arrancar para tener varios capítulos disponibles y verlos de corrido.
Sepan que voy a extrañar nuestros diálogos.
Las despido con la pequeña en brazos. La previa terminó con la satisfacción de haberlo logrado.
(Les dejo mi otro mail para seguir en contacto: deborahmaniowicz@gmail.com)
Deb
NOTITA: A las primerizas: paciencia con la lactancia, la primer semana es (muy) complicada pero después todo se acomoda y se empieza a disfrutar. Mañana Juli cumple tres semanas. ¡Pasa tan rápido el tiempo! Disfruten cada momento y tomen nota que son tantas las emociones que después una se olvida. Nosotras de a poquito nos vamos entendiendo y conociendo más. Yo ando enamorada qué les puedo decir... ¿No es preciosa? Objetivamente, digo. Je.
FIN
Otras noticias de Sexo y pareja
- 1
Por qué los mayores de 60 años no deberían tomar vitamina D
- 2
John Goodman, el actor de Los Picapiedra, luce irreconocible tras su gran cambio físico
- 3
Una “cueva” y dos cuentas: así fue la trama que llevó al juez Lijo a sobreseer a Andrés Vázquez, actual director de la DGI
- 4
Mi Burrito Sabanero: la historia del niño venezolano que popularizó el villancico y no recibió “ni un bolívar partido por la mitad”