Felices programas para todos
Que la ciudad balnearia es un clásico en vacaciones, nadie lo duda. Es cierto que la gran costa con sus playas y el mar invita a largas jornadas al sol matizadas con chapuzones. Pero la ciudad ha sumado cada vez más programas de cultura y deportes, un perfil bienvenido para aquellos que buscan algo más que sol y playa.
Deportes
Mar del Plata ha sido desde siempre cultora de deportes varios. Los nostalgiosos recordarán haber patinado en el skating del Royal Hotel y en las pistas del Piso de los Deportes, o los largos paseos en bicicleta por la costa, infaltables programas para los más jóvenes allá por los años 50.
El rugby es casi un deporte popular marplatense desde siempre, y el polo tiene en las canchas de Camet un lugar obligado para torneos todo el año.
Hoy, la oferta deportiva de la ciudad se amplía con la posibilidad de cabalgar las olas en tablas de surf, sobrevolar el mar y las sierras en parapente, practicar buceo o galopar a orillas del mar. Pero los amantes de la pesca continuarán poblando las escolleras y los muelles, día y noche, y seguirán pacientemente los movimientos de sus cañas, o podrán contratar uno de los paseos embarcados cercanos a la costa, a no más de 30 minutos de navegación, donde es posible capturar corvinas, cazones, congrios y anchoas de banco, por ejemplo.
Más emocionantes aún son las excursiones de pesca de altura en barcos especiales que cuentan con equipos electrónicos de última generación homologados por la Prefectura Naval Argentina. Navegar hasta que Mar del Plata se pierda a lo lejos y llegar a los bancos de 30 a 60 metros de profundidad, donde habita gran cantidad de besugos, salmones de mar, meros, bonitos y hasta tiburones, para capturar una buena pieza y después de una testimonial fotografía devolverla al mar, su hábitat, en una inolvidable experiencia.
Para aquellos fanáticos del golf, que suman siempre la bolsa de palos a su equipaje, Mar del Plata brinda cinco clubes donde se puede hacer un tour golfístico con diferentes paisajes. Ya en 1890 se practicaban unos tiros en los médanos de Playa Grande, mientras comenzaba a aparecer el proyecto del Mar del Plata Golf Club, el más aristocrático de la ciudad y uno de los más antiguos de América. Cuenta con dos sitios y el magnífico Club House, estilo Tudor, inaugurado en 1926, que domina la ondulada cancha vieja con amplias vistas al mar. A cinco kilómetros está la cancha nueva tipo parque, también con 18 hoyos. Mas allá del Faro de Punta Mogotes se encuentra el Golf de Los Acantilados, con bella forestación, 27 hoyos y largos fairways.
Sobre la misma ruta aparece más adelante el exclusivo Marayuí Country Club, con una cancha estilo americano de 9 hoyos de doble green, y en un bucólico paisaje serrano está el Sierra de los Padres Golf Club, con 18 hoyos dentro de los planos inclinados de su diseño, un interesante desafío para cualquier jugador.
Turismo rural
La ciudad balnearia es una impagable combinación de mar y sierras, pero en sus alrededores, donde se encuentran ejemplos de las más bellas estancias de la provincia, está la rica pampa bonaerense.
La estancia Laguna La Brava, acondicionada para alojar en su casco de 1877 hasta 15 pasajeros, recibe también a visitantes para disfrutar de programas de cabalgatas y deportes náuticos en la cercana laguna, y de asados criollos y buena gastronomía casera.
Ituzaingó, construida en 1862 por Eusebio Zubiaurre, guarda todo el encanto de las estancias de la época con su galpón lanero y un bello parque con cancha de tenis. Buen lugar para degustar cocina típica criolla, y en el casco de La Trinidad, que data de 1826, gozar de jornadas campestres, paseos en coches antiguos, cabalgatas y un famoso té con pastelería casera. Los domingos se disfruta de un almuerzo criollo pleno de especialidades de la casa, programa muy apreciado por los marplatenses de buen paladar.
El toque gourmet
Parte de cualquier programa en La Feliz es su gastronomía, donde reinan los pescados, las pastas y la pastelería. Hay para elegir en una amplísima oferta acorde con cualquier bolsillo. Para los espíritus gourmet, un nuevo lugar, muy recomendado por los habitantes de la ciudad que prefieren descubrir nuevos sabores, es Sarasanegro. Fuera del circuito turístico, es un sitio de agradable decoración en el que se luce la cocina de Patricio Nero, su chef-propietario, junto con Fernanda Sarasa, su mujer. Allí es posible deleitarse con un logrado menú degustación de seis pasos, incluyendo vieiras marinadas con cuscús de tomate, sopa de lentejas con virutas de bonito y mollejas caramelizadas.
Muy cerca está la Pescadería Victoria, imperdible lugar para encontrar la mejor selección de pesca fresca de la ciudad. En su amplio local hay todo lo imaginable en pescados y mariscos, selección de congelados, y hasta ostras vivas. Miguel Lanza, su propietario, aconseja sobre sus productos y brinda recetas.
Y, como siempre, vale la pena una vuelta por los locales gourmet de Cabrales para encontrar de todo, nacional e importado, ahora con una selección de quesos propios made in Tandil .
Patrimonio cultural
No siempre brilla el sol en Mar del Plata, y cuando el programa de playa falla la ciudad cuenta con una serie de museos. Entre otros, Villa Victoria, que fue la casa de verano de Victoria Ocampo, o Villa Ortiz Basualdo, que encierra el Museo Carlos Castagnino, ambos en edificios paradigmáticos de la ciudad, que cuenta con los testimonios de su esplendor inicial en una arquitectura típica de espectaculares chalets de principios del siglo pasado.