Eva de Dominici: "Soy libre con mi cuerpo"
Descubrimos a una mujer que aprendió a conectarse con su costado más vulnerable y salvaje
Eva llega corriendo y con un guión de su próximo proyecto en la mano. Cuando se sienta y pide un café con leche, nos saluda a plena sonrisa y se disculpa por la afonía. “Me quedé sin voz ayer, que estuve 9 horas seguidas haciendo el doblaje de la película”.
Es lógico que esté tan a mil: aterrizó hace apenas unos días de un viaje a Madrid –donde, además de cuestiones laborales, visitó a su novio, Joaquín Furriel–; el próximo mes estrena No dormirás, la película de terror que la tiene como heroína; y cuando termine nuestra charla se irá –otra vez corriendo– a un ensayo de su próximo proyecto, Sangre blanca, donde interpretará a la hija de Alejandro Awada.
A pesar de nuestra charla en voz baja –para no forzar su garganta–, nos encontramos con una mujer de energía contagiosa, sensibilidad a flor de piel y una madurez que hace que, a sus 22 años, piense, sienta y viva plenamente.
Tu personaje en No dormirás es medio border. ¿Por qué aceptaste protagonizar una peli de terror?
Porque era un desafío, algo que no había hecho nunca. Últimamente, vengo interpretando mujeres muy fuertes y este personaje está completamente corrido de eso. Además, tenía ganas de hacer ese tipo de género. Es el primer thriller psicológico latinoamericano. Y el tema de la locura es algo que a mí siempre me llamó mucho la atención y me atrae.
¿Qué te atrae de la locura?
Me pregunto: “¿Qué hay ahí adentro? ¿Qué mundos hay?”. Una persona que está internada en un psiquiátrico, ¿por qué está ahí? ¿Qué es lo que nos diferencia? Yo creo que hay un borde, y habla de eso la película: de estar de un lado o del otro. Es algo que nos suele pasar a todos, porque los miedos que están resonando todo el tiempo en la cabeza en algún momento aparecen.
¿Te pasa eso con tus propios desafíos, que te dan miedo pero no podés dejar de enfrentarlos?
La zona de confort es algo muy lindo, pero a mí siempre me gustó salir de ahí, porque siento que no me quiero quedar con lo establecido, de brazos cruzados. Tiene más que ver con lo que supuestamente está destinado para mí: “Vos naciste acá, tenés que tener esto, tu rol de mujer es ser mamá”. Bueno, no. Tal vez sea salir de ahí y saber que, aunque me cueste más, voy a tratar de conquistar otra cosa.
Te ves muy segura, y sin embargo contaste que antes eras súper tímida y hasta sufriste bullying. ¿Cómo se dio ese cambio?
Yo era muy tímida, todo me daba vergüenza, pero a los ocho años empecé a estudiar teatro y siento que eso me cambió la vida. Sigo siendo así, lo que pasa es que aprendí a enfrentarme a mis miedos. “¿Tengo miedo? Bueno, lo voy a hacer igual, con miedo y todo lo hago igual”.
¿Cómo resurgís de tus bajones?
Trato de reconvertir eso que me pasa. No es casualidad que haya elegido ser actriz desde tan chiquita. Fue una forma de sacar el dolor, de escaparme de cierta realidad. Y también creo que es una forma de entender más a la gente. Todo el mundo busca respuestas a preguntas que no nos podemos responder, y yo por mucho tiempo traté de evadir mis dolores, pero después entendí que, para realmente salir de eso, tenés que volver a entrar, tenés que ir hasta el fondo. Sigo teniendo dolor por muchas cosas que me pasaron, pero aprendí a llevarlo y no dejo que eso se convierta en tristeza. Si tengo dolor, trato de usarlo a mi favor y de sacarlo a través de la actuación, de las cosas que me hacen bien, convirtiendo eso en emoción y no en depresión. Aprendí a enfrentarme con mis propios miedos y dolores y a decir: “Bueno, sí, esto me duele, no soy una mujer recontra fuerte, también soy vulnerable y lo acepto, y está buenísimo”. Yo antes lloraba y no sabía por qué; hoy en día sé por qué lloro y eso es importante. Por ejemplo, mis papás se separaron cuando yo tenía 12 años y lo empecé a entender y a sacar recién hoy, a los 22. Diez años después.
¿Lo viviste muy traumáticamente eso?
Yo pensaba que a mí no me dolía, y decía: “No, está perfecto que estén separados”, y en realidad sí me dolía. Yo antes era una persona muy cerrada, no contaba lo que me pasaba, pero después entendí, cuando empecé a abrirme, que hay mucha gente que te ayuda, mucha gente que es muy generosa, porque estamos todos en la misma.
Eso lo dice Brené Brown, que nos conectamos con otros en la medida en que nos abrimos al dolor...
Es verdad. Hasta el odio o la enemistad tienen que ver con el dolor; la violencia tiene que ver con el dolor; todo tiene que ver con el dolor, pero el tema es qué hacemos con eso. Nos convertimos en unos hijos de puta o lo transformamos y decimos: “Bueno, voy a salir adelante”.
¿Qué les agradecés a tus viejos de haberte criado como te criaron?
Mis papás siempre me enseñaron a ser agradecida, a trabajar. Y les agradezco que me hayan acompañado en mi profesión, porque al principio ellos no estaban de acuerdo, pero cuando vieron que yo tenía tantas ganas y que era tan insistente, me acompañaron increíblemente. No sé si hubiera sido posible de otra forma, sobre todo si no tenés a alguien que te esté recordando todo el tiempo que la fama es algo pasajero.
Cuando tenés un millón de seguidores en redes, la fama se te viene encima y también te expone a no gustarles a todos...
Lo que pasa es que es lo que yo elegí. No elegí ser actriz de teatro under, elegí ser actriz de televisión y de cine, y eso tiene otra exposición. Entonces, vos sabés que la prensa va a estar siempre y que le debés muchas cosas, pero de repente los mismos que un día están hablando de tu carrera de manera súper positiva después comparten que estás deprimida o anoréxica o lo que sea. Son las reglas del juego y tenés que tratar de que no te afecte tanto. A veces veo cosas que me indignan, sobre todo a mujeres agrediendo a otras mujeres por su cuerpo, criticando.
Y contestás.
A veces contesto. Yo no bloqueo los comentarios. Siento que si le comparto cosas a la gente, le tengo que dar también el derecho a opinar. También me dan ganas de bloquearlos, porque se convierte en algo súper agresivo. De repente se arman discusiones y las quiero frenar, porque, como es mi cuenta de Instagram, pienso: “No puedo dejar que mis seguidores piensen que estoy de acuerdo con esto”.
Como cuando las mujeres critican el cuerpo de otras...
Un día subo una foto en la que estoy más gordita y me ponen: “Ay, esta chica no era tan flaca como creíamos”. Otro día subo un video en donde estoy más flaca y ya ponen que soy un mal ejemplo para la gente. Y me hablan de anorexia. ¿Yo, anoréxica? Eso es algo grave, hay chicas que la están pasando mal con los problemas alimenticios, y por ahí no se dan cuenta, pero están criticando por criticar, no son constructivos. Lo escucho con gente que conozco, que habla de los cuerpos de las minas como si eso dijera algo de mí o de vos, ¿qué sabés de mí por mi cuerpo?
Tal cual. Cambiando de tema: ¿Están conviviendo ya con Joaquín?
Convivimos, lo que pasa es que viajamos mucho los dos. Pero compartimos mucho tiempo juntos, incluso a la distancia.
Hay algo de la convivencia que está bueno, pero es difícil, que es ir descubriendo el lado oscuro del otro...
No es fácil abrirlo o mostrarlo, entonces yo valoro mucho eso. Cuando una persona me muestra su dolor, yo siento gratitud, porque no es fácil sacarlo afuera. Y creo que es un lindo mensaje para el día de hoy, entender que de verdad estamos todos en la misma, estamos tratando todos de superar nuestros dolores y haciendo lo que podemos.
Y que el amor se puede construir desde ahí también.
Por supuesto. Yo creo que si uno está teniendo una relación que no suma, es momento de separarse. Todas las relaciones, para mí, tienen que sumar, uno tiene que sumarle al otro. De eso estoy segura.
¿Y Joaquín en qué te suma?
En todo. Con su experiencia, por supuesto, porque siento que aprendo mucho de él, a todo nivel. Él no se mete en mis proyectos, y yo tampoco en los de él. Somos dos personas autónomas, muy independientes. Él además es muy pensante, muy amoroso, está lleno de amor, es compañero, es leal. ¿Cómo no me va a sumar una persona así? Además, hay cosas que pasan o no pasan. Yo no tengo idea de por qué uno se enamora o por qué no, te pasa o no te pasa. Hay algo medio mágico.
¿Y la diferencia de edad la sentís?
Sé que él tiene más experiencia, por los años vividos. Lo que pasa es que yo no creo en la diferencia... porque yo también tengo mi experiencia.
¿Sos celosa con él?
Con su trabajo jamás. Soy celosa afuera, con todo el mundo. Soy taurina y posesiva, tengo todos los defectos.
Para algunos, es que el otro te importa...
Sí, no sé. La macana de los celos es que los sufre una misma. De repente, te encontrás diciendo algo y no te habías dado cuenta de que estabas recontra celosa, por situaciones que no podés evitar. No sé de dónde vendrán los celos. Puede ser alguna inseguridad... Igual, no vuelvo loca a la otra persona, los sufro yo.
¿Hay proyecto de armar familia propia? ¿Te pinta la Susanita...?
Sí, yo creo en la familia, y más con mi profesión, que siento muy irregular, muy inconstante, y eso te desequilibra un poco. Me parece que si una sale de toda esa locura y entra en una casa que tiene armonía, esa es la combinación perfecta: la locura en el trabajo y la armonía en casa. Creo mucho en la unión, en el casamiento, en todas esas cosas. Ojalá que el día de mañana pueda formar una familia hermosa y me sienta orgullosa de eso. Sé que eso va a ser siempre lo más importante, porque, parece una frase cliché, pero la familia es lo más importante.
¿Y la relación con tu hermana cómo es?
La admiro y creo que ella siente lo mismo por mí. Ella es muy libre, tiene una cabeza más abierta que yo en muchas cosas. Aprendo mucho de ella. Tiene cinco años menos y se nota que es de otra generación.
¿En qué cosas concretas lo notás?
Ella me enseñó a no juzgar, a detenerme en ciertos comentarios machistas o cosas que están instaladas en la sociedad, que uno ni registra, y que estoy completamente segura de que tiene que ver con la generación en la que uno nació. Mi hermana, por ejemplo, tiene 17 años y tiene novia, desde hace un año y medio. Y siempre lo vivió con total libertad, algo que para mí es sumamente normal, pero que para algunas personas no.
Cuando te lo contó, ¿vos también lo tomaste con naturalidad?
Sí, obvio. Yo estoy muy orgullosa de ella porque siento que puede ser un ejemplo para muchos chicos que la pasan mal, que no se animan. Todavía existen esos casos. Lo más terrible es que tu familia no lo acepte.
¿Sentís que las mujeres nos empoderamos en muchos aspectos pero todavía en lo sexual no terminamos de alzar la voz?
Es muy difícil generalizar, porque está dividido. Yo creo que hay mujeres que son hiperrecontralibres y que no les importa nada y hay otras que, quizá por lo que les inculcaron, son un poco más esclavas de su cuerpo, no lo pueden disfrutar como deberían.
Y vos, ¿de qué lado estás?
Yo soy una persona libre con mi cuerpo.
¿Te considerás una mujer sensual?
Sí, me considero sensual, pero me cuesta menos hacer una escena hot que ponerme una bikini en la playa. No sé, la situación de la playa, de día, y de ver a todos en bolas y que te pase un culo por adelante, me causa gracia. No me molesta, pero ahí me siento más incómoda que...
... Que con cámaras, técnicos, Sbaraglia y luces que muestran todo...
Sí, pero, de todas formas, estas dos últimas películas, no sé si tendrá que ver o no, pero las elegí no exponiendo mi cuerpo.
¿Porque no querés caer en un estereotipo?
No, no, pero tenía ganas de conectarme con otra cosa.
¿Bajás un cambio en algún momento?¿Llegás a aburrirte?
El otro día no sé quién me dijo: “Te das cuenta de que sos adulto cuando ya no te aburrís”. Y viste que los nenes están siempre aburridos, no saben qué hacer, les piden a los padres que les creen planes para divertirse. Yo no me aburro nunca, entonces ahí digo: “Bueno, ya estoy grande”.
Nuestro título de tapa es “Dale un cierre”. ¿Querés cerrar algo en 2017?
No siento que tenga algo para cerrar. Siento que aprendí mucho, que crecí un montón, y para 2018 me gustaría estar abierta a nuevos desafíos y tratar de sorprenderme a mí misma. Sacarme los restos de cobardía que me quedan y convertirme en una persona 0% cobarde, una persona valiente. Eso les deseo a todos: sacarse los miedos y surfear la ola. •
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Peinó Leticia Chirieleison para Mala Peluquería. Maquilló Paula Cigliutti para Frumboli Estudio con productos Lancôme. Agradecemos Al Hotel Sofitel La Reserva Cardales, Roma Lopreste De Lobo y Cecilia Daniela Gil por su colaboración en esta nota.
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