¿Estás en fecha y todavía no nació? Seguro te sentís identificada con estas cosas
¡Hola tribu! Hoy cumplo 40 semanas de embarazo y por lo visto Camilo no recibió la orden de desalojo. Sigue instaladísimo en su all inclusive y yo con muchas ganas de conocerlo.
Les comparto las cosas que me están pasando estos días, a ver si alguna más se siente identificada con esta lista.
1. Tus amigas, las amigas de ellas y tu vecina que tenían fecha para después que vos ya parieron. “¿En serio nació el hijo de Fulanita que tenía para fin de noviembre?” te encontrás diciendo entre envidiosa y asombrada.
2. Todos los días metés algo en el bolso. Un saquito por si refresca, unas bombachas mágicas que te recomendaron para el posparto, una mantita finita por si el día del alta hace calor, otra gruesa por si hace frío. Si tu hijo sigue sin nacer en cualquier momento cambiás el bolso por una valija de 32 kilos.
3. Como sentís que en unos días (¿o serán horas?) se te acaba el mundo te ponés quichicientas actividades. Lunes, cine; martes, mates con amigas; miércoles, escribir nota para Ohlala!; jueves, día de exclusividad con hija; viernes, almuerzo con tu mamá. Y a la noche quedás sin energías rogando que no se desencadene el trabajo de parto justo hoy porque no tenés ni fuerzas de levantarte del sillón.
4. Estás obsesionada con el orden de la casa. Ya cambiaste los muebles de lugar, guardaste la ropa de invierno, lavaste a mano cada prenda que tenés de tu nuevo hijo (aunque sea para usar cuando tenga 12 meses) y hasta separaste cinco bolsas para regalar.
5. Rogás que a la noche no haya tormenta o luna llena porque sabés que al otro día tenés que contestar un millón de whatsapp de amigos y familiares que apostaron su aguinaldo a que esa noche nacía tu hijo.
6. No sé si será que mi mamá es una Idishe Mame pero me llama unas tres veces por día con excusas poco creíbles que se traducen en un “¿Cómo te sentís?" "¿Necesitás algo?” "¿Tenés contracciones?" y si no contestás te manda un whatsapp por las dudas…
7. Te para la gente en la calle, en la cola del supermercado, en el jardín de tu hija o en la verdulería y te pregunta para cuándo tenés fecha. Cuando le decís “para dentro de tres días” o “mañana” ponen cara de pánico y te preguntan “¿Qué hacés acá?” Señores: si me quedo en casa me vuelvo loca y ya bastante cortas tengo las uñas.
8. Te peleás con tu marido porque querés poner el aire en 23 y él quiere negociar dormir con el aire apagado y abrir la ventana. Para colmo, hacés colecho y como obviamente ganaste vos la disputa del aire, tu hija se levanta con tos y mocos y te sentís la peor madre del universo.
9. Toda tu ropa te incomoda. Las calzas de embarazada, que hace unos meses amabas, ahora te molestan (además, ya caminan solas) y los vestidos te quedan todos cortos. Lo peor: todavía faltan muchos meses para que vuelvas a usar tu ropa pre panza.
10. Tenés mucho tiempo libre y querés aprovechar para ver series (pero a los cinco minutos de estar acostada necesitás cambiar de posición), ver amigas (pero todas trabajan) y comer cosas ricas (pero te acordás de la acidez y pesadez que te provocan los dulces y las harinas). En fin: Necesitás que nazca.
¡Nos encontramos la semana que viene! Espero para ese entonces ser Mamá x 2.
UNA LINDA NOTICIA: Desde la semana que viene se suman a Crianza en Tribu nuevas mamás para compartir sus relatos y experiencias. Además, nuevas notas de crianza y maternidad. Seguramente, los primeros meses de Camilo yo escriba algo más espaciado, pero prometo ir manteniéndolas al tanto de todo y en unos días subir el relato del nacimiento completo, como hice cuando nació Julieta.
¡Qué tengan un lindo fin de semana!
Debbie
Instagram: @Upalalaok
FanPage: /Upalalaok
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