Enfermedad de implantes mamarios: Dos mujeres cuentan cómo afectó su calidad de vida
Asociados con la búsqueda por sentirnos más a gusto con la imagen o corregir algo, pueden traernos problemas impensados. A qué estar atentas y cuándo es necesario extirparlos.
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Todas sabemos que las redes son una fuente inagotable de consulta, contacto y relaciones con otras personas que, sea cual sea nuestra situación, están pasando por algo similar. Reels, videos de IGTV, artículos y posteos nos acercan a realidades parecidas a las nuestras. Por eso, no resulta llamativo que con solo tipear “enfermedad de los implantes mamarios” en Google aparezcan 523 mil resultados.
Pero ¿puede enfermarnos algo que en la mayoría de los casos se hace voluntariamente? La respuesta es “sí”. Por eso queremos contarte cómo los implantes mamarios pueden estar enfermándote, a qué estar atentas y cuándo sería recomendable realizar una extirpación. Te compartimos 2 testimonios de mujeres a quienes les afectó significativamente su calidad de vida.
“Mi calidad de vida se había deteriorado”
Por Valentina Godfrid (@valentinagod).
A los 5 años de haberme puesto los implantes empecé a sufrir dolores articulares, pinchazos en los músculos, sequedad de ojos... Me decían que debía estar nerviosa, pero se me empezaron a inflamar los codos, las manos se volvieron blancas y violetas, estaban siempre frías y tenía muchos dolores de cabeza. Me diagnosticaron fibromialgia. Se sumó, después, mucho dolor cervical y no podía dormir a la noche porque tenía febrículas... Ahí me diagnosticaron síndrome de Raynaud (otra enfermedad autoinmune) y supuestos ataques de pánico. Yo conozco mi cuerpo y sabía que lo que me decían no era lo que me pasaba. Mi calidad de vida se había deteriorado. Terminé internada pensando que tenía un ACV (porque tenía la mitad de la cara dormida y se me dormían los brazos cada vez que manejaba...). Me agregaron, en ese momento, intolerancia al gluten y colon irritable, porque se me hinchaba la panza de una manera impresionante.
A todo esto, tenía unas palpitaciones que me moría. Soy deportista de alto rendimiento (jugué al hockey profesional) y de golpe tuve que dejar de jugar por el cansancio de los músculos y dolores articulares. Habré visto entre 12 y 14 médicos y ninguno mencionó las prótesis.
En 2017, la mejor amiga de Sofi (Elliot, su esposa) me preguntó si había escuchado sobre la enfermedad de los implantes mamarios. Mi respuesta fue: “No es lo que me pasa a mí”. Porque todo el mundo se lo hacía y a nadie le pasaba nada. Sabía que se podían encapsular o infectar, pero eso no me pasó. Para mí, mi cuerpo no los había rechazado.
Hace cuatro meses descubrí el video de Angie (Monasterio) y me di cuenta de que eso era lo que tenía yo. Escribí a @enfermedaddeimplantesmamarios y ahí llegaron las respuestas que no me había dado ningún médico, después de seis años de buscar una explicación.
Me explanté en marzo y me cambió la vida: ya no tengo palpitaciones, me volvió el color de la cara y de las manos y me siento energéticamente mejor. Para mí, es importante que se les informe a quienes se vayan a operar todo lo que les puede suceder, para que tomen una decisión consciente.
“Al día de explantarme me sentía distinta”
Por Angie Monasterio (@angiemonasterio).
A los 5 años de haberme puesto los implantes, empecé con infecciones urinarias crónicas. Ese fue el primer síntoma, pero jamás lo vinculé. La sospecha apareció recién a los 15 años de tenerlos, cuando ya tenía más de 35 síntomas: fibromialgia diagnosticada, artritis reumatoide, celiaquía, fatiga crónica, amenorrea, problemas digestivos... Me hicieron todo tipo de estudios porque tenían miedo de que fuera la punta de algún tumor, pero no: era el sistema linfático que ya no daba más. El cuerpo resiste, pero el daño es acumulativo y progresivo. A los síntomas del síndrome de ASIA se los llama “síndromes sistémicos”, porque afectan a diferentes sistemas: el digestivo, el reproductivo, el glandular, el endócrino, por eso es tan difícil de diagnosticar.
Yo vivía con cistitis permanente y el dolor crónico te trae malhumor, depresión; es una cadena de cosas. Me habían diagnosticado hipotiroidismo y amanecía todos los días con 9/6 de presión, mis pulsaciones en 43/45 y la temperatura en 35,5/36. Tenía el sistema glandular y hormonal afectado.
Intenté de todo para revertirlo: cambié la dieta, tomé vitaminas, hice miles de terapias... Como nada funcionaba, me empecé a tratar con un naturópata y, al entender cómo funciona el cuerpo humano y el nivel de intoxicación que tenía, me di cuenta de que quizá los implantes no eran muy buenos para mí. Terminé llegando a un grupo de Facebook de enfermas por los implantes mamarios, que tenía ¡50.000 mujeres! Cuando leí la lista de síntomas, entendí que ahí estaba la clave. De todos los médicos que vi, no hubo uno solo que sospechara de los implantes.
Me los saqué hace 3 años y la respuesta fue inmediata. Viví casi 10 años con enfermedades crónicas y al otro día de explantarme ya me sentía distinta. Estaba desinflamada, se me habían aclarado los ojos (los tenía completamente enrojecidos) y al mes ya no tenía nada, estaba sin dolor y sin padecer. El 90% de las mujeres que tuvimos estos síntomas recuperamos nuestra salud cuando nos los sacamos. A mí me cambió la energía, la forma de descansar, de dormir..., todo.
ESCUCHARNOS
Te pusiste implantes quizá con mucha ilusión, porque, en muchos casos, las mujeres llegamos a ellos después de mucho pensarlo y con toda la intención de corregir o cambiar algo que no nos hace sentir cómodas o nos genera inseguridad, insatisfacción o infelicidad.
Sin embargo, al tiempo –pueden ser apenas semanas o años– empezás a notar, ya sea de golpe o progresivamente, que algo no anda bien. Ese “algo” es bastante confuso porque los síntomas son de lo más variados, tanto en tipología como en intensidad, pero además, en general, son atribuibles a muchas otras cosas, por ejemplo, el estrés, la falta de descanso, la alimentación, etc. Las señales del síndrome de ASIA (el término correcto en medicina) son tan diversas que difícilmente relacionamos la sintomatología con los implantes. De hecho, esta es una de las razones por las cuales, pese a que son miles las mujeres que sufren esta enfermedad en el mundo, está subdiagnosticada y los síntomas son, muchas veces, naturalizados por los profesionales de la salud.
¿Qué quiere decir esto? Que las molestias, el hormigueo, el dolor de cabeza, las náuseas, las cefaleas, la menorrea, el dolor de ojos o el sangrado nasal, entre muchos otros síntomas, no necesariamente van a ser asociados al hecho de que tengas colocados implantes.
Por eso, hay mujeres que tardan años en explantarlos e incluso peregrinan por muchos médicos que descreen de la sintomatología o, tras realizarles muchos estudios de todo tipo, la relacionan con cualquier otra cosa.
Lo cierto es que el denominador común tanto en los casos más graves como en los más leves es la mejoría posextir pación, incluso en “tiempo récord” (a los días poscirugía). Entonces, ¿debemos asociar estos síntomas solo al hecho de tener implantes?
Según las especialistas –y, de nuevo, dado que la enfermedad no está descripta como tal–, lo que tenemos que saber es que, si bien la condición existe y sucede cada vez más, esto no implica que todos los implantes deban extirparse.
Por otro lado, aun suponiendo que tengas implantes colocados y estés teniendo alguno o más de los síntomas que enumeramos en esta nota, tampoco una situación tiene que obedecer 100 por 100 a la otra. Cada caso es diferente y cada una de nosotras tiene que ocuparse de consultar primero con su médico, que es la persona indicada para realizar los estudios necesarios, y luego con especialistas (que son pocos) en esta enfermedad, que están listados en la cuenta de Instagram @enfermedaddeimplantesmamarios.
La claves está en informarse. O sea, si estás por operarte, no necesariamente va a pasarte y tampoco estamos diciendo que si ya tenés implantes colocados vayas corriendo a sacártelos. Pero, para poder protegerte y cuidarte, es importante que tengas en cuenta varias cuestiones.
PREVENCIÓN
La operación de implantes es para muchas el punto de llegada de un largo camino. Sin embargo, es importante que en esa búsqueda no te pierdas. Es importante buscar y buscar hasta dar con un profesional que esté en el listado de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER), y si está referenciado por alguien conocido, mejor.
También es clave que en las consultas previas a la operación te dediquen tiempo y te pregunten todo (antecedentes de enfermedades, medicaciones, intervenciones quirúrgicas, internaciones, antecedentes familiares...).
Todo es relevante porque la operación de mamas es una intervención quirúrgica con la misma importancia que cualquier otra, que no debe ser tomada a la ligera, que debe realizarse en un quirófano y con el debido equipo médico; asegurándote, además, de contar con los estudios previos y el apto que corresponde, así como las adecuadas condiciones para la operación y el seguimiento posterior.
Por supuesto, tenés que informarte y saber qué tipo de implantes te van a colocar, con qué técnica y la medida que te van a poner. Y ahí es donde vuelve a ser importante la elección del médico, porque, más allá de cuál sea tu deseo, el profesional es quien debe decirte si tu cuerpo puede o no recibir eso.
Tené en cuenta que la enfermedad de los implantes mamarios es autoinmune: tu cuerpo reacciona de la forma más diversa para avisarte y defenderse de un cuerpo extraño. De ahí que los antecedentes sean tan relevantes. Incluso, hay profesionales que recomiendan que, en presencia de determinadas enfermedades previas, como la artritis reumatoidea o el lupus, no se coloquen implantes.
Este procedimiento va a requerir un seguimiento posterior, controles periódicos en paralelo a los mamarios y, debido a los cambios naturales de cada organismo, puede ser necesaria una reintervención. Porque cuanto más tiempo tengas los implantes, mayores serán las posibilidades de desarrollar complicaciones que deriven en cirugías adicionales. •
Expertas consultadas: Dra. Paula Qualina. Especialista en patología mamaria y miembro de la Sociedad Argentina de Mastología. Dra. Norma Elisa Fernández. Especialista en cirugía plástica y reparadora. Dra. María Cecilia San Martín. Especialista en cirugía general, mastóloga. Dra. Rita Grande. Especialista en cirugía plástica y miembro de Cirujanas Argentinas.
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