Emprendedores: los cambios que trae la ley de economía del conocimiento
En el año 2019 se reglamentó la Ley de Economía del Conocimiento que tenía como objetivo incentivar la creación de nuevos emprendimientos y empleos en el sector de conocimiento. Un año más tarde, esta ley tiene algunas modificaciones. Luciano Pizarro, Licenciado en Economía y Doctorando en Dirección de Empresas y Cofundador de Branding Agency, nos pone al tanto de cómo nos afecta.
La Economía del Conocimiento otorga beneficios a emprendimientos o empresas que trabajan en algunas actividades particulares. El sector involucrado es: software, biotecnología, industria aeroespacial y satelital, audiovisual, servicios geológicos, electrónica y comunicación, exportación de servicios profesionales, investigación, desarrollo de nanotecnología y nanociencia y la fabricación de bienes 4.0. Si tu emprendimiento se enmarca en alguna de estas actividades, podés gozar de algunos beneficios, principalmente fiscales.
La economía del conocimiento es una realidad y es una industria que crece a pasos agigantados, no solo en Argentina, sino en el mundo. Estos sectores, que los podemos enmarcar, desde un punto de vista económico, en el sector terciario suelen ser servicios con alto valor agregado y sobre todo con mucho potencial para ser exportados. Es cierto que muchas veces cuando se habla de esta industria se suele pensar en los grandes unicornios, como Mercado Libre o Globant, pero la verdad es que existen miles de empresas PYMES y emprendimientos que nacen y crecen dentro de estos sectores.
Para tener una noción de la importancia que tiene y tendrá estas industrias, según el Ministerio de Producción de la Nación, las actividades vinculadas a la Economía del Conocimiento entre 2007 y 2017 generaron un 65% más de empleo que el resto de las actividades y sus operaciones crecieron, en el mismo periodo, un 70% frente a un crecimiento general del 12%. Asimismo, los salarios son un 35% más elevados que en el resto de los sectores.
Los argentinos hemos sabido demostrar al mundo que tenemos un alma emprendedora irrefutable, gracias a la creación de proyectos y empresas con alto impacto a nivel mundial.
La Ley de Economía del Conocimiento promulgada en 2019, reduce los costos laborales para el sector y otorga un bono de crédito fiscal equivalente a 1,6 veces las contribuciones que deben abonarse. Este beneficio, puede utilizarse para cancelar impuestos nacionales, como IVA o ganancias. Además, contempla una alícuota del Impuesto a las Ganancias del 15%. Por el otro lado, para aquellas empresas que exportan estos tipos de bienes o servicios y abonen o se les haya retenido impuestos similares al impuesto a las ganancias en el país destino de la exportación, podían deducir lo pagado contra el impuesto a las ganancias. En adición, la normativa implica una mayor estabilidad fiscal para sus beneficiarios ya que no podían ver aumentada su carga tributaria total nacional, incluyendo los derechos de exportación.
A partir del 2020, con la nueva administración en el Ministerio de Producción está ley tuvo algunas modificaciones. Uno de los motivos fundamentales por el cual se decidió avanzar con los cambios es para establecer medidas de equidad, en cuanto a lo que son las grandes empresas de la industria del conocimiento y las pequeñas y medianas empresas. En otras palabras, se pretende que las PYMES se vean más beneficiadas por la Ley, sin perjudicar a los unicornios. Los principales diez puntos de la Ley en los cuales se trabajó son:
1. Estabilidad Fiscal: la Ley original establecía el no aumento de impuestos nacionales por un plazo de 10 años, ahora se pretende bajar el plazo a 5 años y que vaya en concordancia con la nueva Ley de Emergencia.
2. Reducción de cargas sociales: la normativa original establecía un mínimo no imponible de $17.000 por empleado, pero a través de la Ley de Solidaridad se establece el mínimo en $7.000.
3. Capacitación: se apunta a crear una Dirección de Capital Humano para promover programas que incentiven la capacitación y formación de profesionales de las industrias de la economía del conocimiento.
4. Nivel de conocimiento: la Ley original del 2019 estipula que una empresa debe dedicar el 70% de su actividad total a los rubros promovidos para enmarcarse en la Ley y tener los beneficios de la normativa. Muchas veces sucede que las PYMES no llegan a ese porcentaje y, por este motivo, se pretende estudiar cada caso en particular e introducir el concepto de progresividad, es decir, que vaya aumentando el porcentaje de su actividad en la economía del conocimiento de forma progresiva.
5. Escalas impositivas: el objetivo es dividir en dos grupos: grandes empresas y PYMES para brindar beneficios diferenciales. El objetivo es generar más impacto en las pequeñas y medianas empresas donde posiblemente necesiten un mayor incentivo, sobre todo al inicio, ya que en general se tratan de industrias que tienen una de aprendizaje larga, como la de bio o nanotecnología.
6. Empleo y exportaciones: la Ley original planteaba que para encuadrarse dentro de la normativa, era necesario mantener la cantidad de empleados o las exportaciones, sin embargo, ahora se exigirá el incremento de estos dos ítems entre un 2% y un 5% cada dos años para poder mantenerse en el régimen.
7. Fondo: creación del Fondo del Conocimiento, para invertirlo principalmente en la promoción de programas y acciones de las Secretaría de Economía del Conocimiento.
8. Federalización: se darán incentivos para aquellas empresas que abran sucursales o filiales fuera de los grandes centros urbanos como Capital y Gran Buenos Aires, de modo de diversificar la matriz productiva de la industria.
9. Doble imposición: se mantendrá el incentivo de crédito fiscal para los impuestos análogos que se paguen en el exterior, como el IVA o el impuesto a las ganancias.
10. Limite de beneficios: la normativa original planteaba un límite de beneficios para cada una de las empresas. Actualmente se modifica a un cupo fiscal general, segmentado para grandes empresas y PYMES.
La Ley de Economía del Conocimiento original fue votada por unanimidad en el Congreso, sin embargo, a algunos meses de su promulgación ya fue modificada. Esperemos que estos cambios tengan un impacto positivo en el mundo emprendedor y PYME en particular, y en el mundo empresario en general y cumpla con los objetivos iniciales de esta ley: la creación de empleo de calidad y agregar valor a los productos y servicios creados en Argentina para el mundo.
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