Elegidos para escapadas campestres
Salimos de día de campo con la nueva Toyota RAV4, con una premisa: descubrir lugares que nos trasporten al verde, sin manejar más de una hora
En apenas una hora podés dejar la jungla de cemento atrás y escaparte al campo para recuperar energías y despejar la cabeza. Salimos de Capital con la nueva RAV4 que nos permitió rescatar algunas joyitas a no más de 100 kilómetros de Buenos Aires. Para comer, conseguir artículos de deco o simplemente hacer una pausa, elegimos estos puntos que vale la pena conocer sola, o de a dos.
En Maschwitz
A 47 Kilómetros de Buenos Aires, por la ruta 9 y con bajada en Del Viso, está la localidad de Maschwitz. Su mercado y avenida principal son un clásico. Por esa zona, hicimos paradas en algunos rincones que vale la pena marcar con corazón en el GPS.
Lulú Pastelería. En el mercado más famoso de la zona, la Pastelería Lulú te va a estar esperando con un delicioso Orange Pie con brownie, naranja y merengue, que hará que el mini trip ya valga la pena. Está ubicado a poquitos metros del jardín, lo que lo vuelve ideal para esta época del año.
727. A pocos metros, justo enfrente, vas a encontrar una de las casas de decoración estilo Sabby Chic más adorable que hayas conocido. Vende cristales, almohadones, elementos de decoración de mimbre pero su fuerte es la herrería. Su patio trasero de hecho, cuenta con un enorme jaulón que auspicia de quincho tapizado con enredaderas. De este espacio, te vas a ir cargada de buenas ideas.
314 deco. Se encuentra justo frente al mercado sobre Mendoza y es una tienda especializada en objetos de decoración pop. Cuenta con enormes mapa mundis de diseños fantasioso, con vinilos especiales para paredes y papelería ideal para las que aman escribir.
De a dos
El bodegón del Ingeniero. Es ideal para celebrar una ocasión especial o simplemente reconectarse después de días estresantes. Cuenta con una de las mejores vinotecas de la zona y una ambientación tan casera como romántica. Está en la entrada principal del mercado.
Yapa para él. Las mejores cervecerías artesanales de la zona, como El Andén, están justo sobre la calle Mendoza. Por ese lado, la propuesta gastronómica afloja con lo orgánico y ofrece hamburguesas y piadinas, algo así como tacos italianos.
En Tigre
También por Ruta nueve, pero con bajada en Ramal Tigre, podés encontrar un espacio ideal para sentirte fuera de la ciudad. El Puerto de Frutos es un clásico atemporal que mejora con el correr de los años.
Cinderella. Este local, el número tres, que se especializa en elementos de iluminación. Ofrece desde pequeñas lamparitas a grandes arañas y candelabros. Aunque la versatilidad estética del espacio es un gran punto a favor lo mejor, y más asombroso, son su precios. Podés llevarte algo precioso por menos de mil pesos.
Bio Viveros. El local 208 del mercado es uno de los Viveros más completos que vas a conocer. Tiene desde plantas carnívoras a sofisticados rosales, sin olvidarse de ofrecer hermosas regaderas y hasta enanos de jardín. Está abierto hasta las 19. Prepará el baúl para todo lo que vas a terminar llevándote.
Frog. En este bazar ubicado en Sarmiento 21, tranquilamente podés pasar la tarde. Es precioso, cómodo y tiene novedades en materia de vajilla y deco que seguramente no viste en otro lado. Si te gusta la cocina, no te sacan más.
De a dos
Picnic. Anímense a explorar caminos aledaños y hagan un off road para un picnic. En esta época del año, los senderos están repletos de flores. En dirección hacia Villa La Ñata encontrás los más pintorescos.
Yapa para él
Tigre ofrece la posibilidad de realizar deportes náuticos como remo, kayak, wakeboard y paddle surf. Las salidas parten desde Tigre Centro, Villa La Ñata o en el mismo Delta y son siempre acompañadas por profesores especializados.
En San Antonio de Areco
Queda a aproximadamente 100 kilómetros por la Panamericana y la Ruta Nacional 8 y conserva un verdadero espíritu rural preparado para recibir visitantes.
Habemus pastelería. Apenas llegues a San Antonio de Areco, tenés un deber: probar las tortas de Julio Bazán y su hija Ayelén, conocidos en el pueblo simplemente como “Los Bazán”, una familia cuyos lazos con la pastelería bien pueden conmoverte hasta las lágrimas, mientras probás el tiramisú cuya receta no revelan. Son lo únicos que ofrecen macarrons artesanales en Areco y pronto estarán viajando a París para importar ideas que ampliarán el menú. Es parada obligatoria frente a la plaza principal, para ser más precisas, en Alsina 130.
Los principios. Si entrás a esta almacén, antes que nada, saludá a Américo. Es una leyenda del pueblo, uno de sus legendarios habitantes, algo refunfuñón, pero adorable que seguramente te va a contar que está cansado de que todo el mundo vaya a hacer fotos a sus Despensa. Lo cierto es que es inevitable. El espacio, los avisos publicitarios vintage, las latas de galletitas y hasta su adorable gata son irresistibles a la cámara.
De a dos:
Lo Bessonart. El local tiene más de 200 años y durante las últimas décadas fue un Almacén de Ramos Generales. Aún hoy está atendido por la misma familia, los Besonart y es el lugar favorito de los vecinos “de siempre” que se juntan a tomar vermouthcito y a hablar de política, sin grieta, con mucho humor y picada mediante. En Zapiola y Segundo Sombra pueden unirse a ellos para un mediodía insólito.
Yapa para él. En Camino Ricardo Güiraldes (sin número), está uno de los Museo Gauchezcos más completos de Buenos Aires que ofrece visitas guiadas y shows especiales en su campo de doma.
Antes de volver, rebatimos los asientos, cargamos todo lo que compramos, programos el GPS, push start button y de vuelta a casa en la nueva Toyota Rav 4.
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