El amor después del amor: a 30 años, por qué este disco de Fito Páez es inolvidable
El disco El amor después del amor fue el más vendido en la historia del rock nacional; Fito Páez lo celebrará con la grabación de nuevas versiones de sus canciones y con una gira internacional; por qué este disco nos gustó tanto
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El amor después del amor, el disco más vendido de la historia del rock nacional, cumplió 30 años. Fito Páez y todos lo celebramos.
Los que lo seguían desde siempre no entendían nada. El pibe de pelo descuidado y sonrisa fragmentada que sobrevivía a la timidez extrema arriba del escenario escondido detrás de los teclados, el chico con aires de trovador melancólico que en sus seis discos anteriores había destilado una poesía tan compleja como madura para un veinteañero, de repente era… otro.
Eso de “Giros, existe un cielo y un estado de coma”, o de “Son las tres; tres agujas tengo en mi cabeza” y el odio estrepitoso de “Ciudad de pobres corazones” (escrita después del asesinato de su tía y su abuela), no estaba más. Era 1992 y en lugar de caos y desvelos había margaritas sobre manteles. Fito Páez había perdido la furia. Fito Páez estaba enamorado. Enamorado de nuevo, al menos; enamorado ‘distinto’.
Había salido del asfalto rosarino y había viajado, se había metido en fiestas en Punta del Este y en Madrid, había cambiado los rulos negligentes por unos bucles espesos que caían perfectos, como cascada, sobre sus hombros; se había comprado mucha ropa nueva y sentía que al fin tenía todo, hasta su propia ‘chica Almodóvar’. Y todo eso lo convirtió en música.
El 1º de junio de 1992, los 14 temas (sí, ¡14!) de El amor después del amor empezaron a sonar y nunca más pararon de hacerlo. El séptimo hijo sonoro de Páez sorprendió a sus fans más puristas, sedujo a todo el resto, vendió más que ningún otro álbum de rock nacional -1.100.000 de unidades (en la época en la que necesitábamos ir a una disquería a comprar)- y se convirtió en la banda de sonido imparable de ese invierno, que después fue primavera y verano, y El Amor después del amor siguió siempre ahí. Hasta hoy, exactamente a 30 años de su salida, y con el anuncio de una inminente regrabación y nuevo tour en camino.
Hits y joyas
Por empezar, sí, están los temas que todos conocemos más que de memoria. Desde la apertura, con el track que bautiza al disco, y la continuación con el homenaje a Thelma y Louise de “Dos días en la vida”, pasando por el sonido súper beatlesco de “La rueda mágica” (“Uuuhhh, yo extraño esa fascinación…”, se escucha cantar a Charly García, uno de los muchos invitados que participaron) hasta el desenlace para el revoleo febril de la camiseta con “A rodar mi vida”.
Y aunque el álbum entero se inclina hacia lo luminoso -una ‘novedad’ en la lírica de Fito Páez, en ese momento- y tiene el sello de ese idilio que unió al autor con la actriz Cecilia Roth, su pareja por 11 años (hay que darle a la Roth el lugar de musa que se merece en toda esta historia), en El Amor Después… afloran también canciones más climáticas, cinematográficas (“La balada de Donna Helena”, “La Verónica”), de una inmensa belleza y muy alejadas de los coros aptos para estadios, que son el verdadero oro de este trabajo y que lo volvieron tanto un parteaguas en su carrera como una obra trascendental de la música para la Argentina y Latinoamérica.
Además de la superbanda que armó el rosarino para entrar a estudios (Tweety González en teclados y programación, Ulises Butrón en guitarras, Daniel Colombres en batería y Guillermo Vadalá en bajo), a la aventura de 1992 de Rodolfito Páez se sumaron un montón de otros iluminados: Luis Alberto Spinetta (que tocó guitarras y puso voces en “Pétalo de sal”), Claudia Puyó y su tremenda voz (en “El amor después del amor”), Andrés Calamaro (en “La rueda mágica” y “Brillante sobre el mic”), Mercedes Sosa y el folklorista Chango Farías Gómez (en “Muro de los lamentos”), y Fabi Cantilo -o el amor ‘antes’ del amor’-, que cantó en “Dos días en la vida” y “Brillante sobre el mic”. Mientras el álbum seguía cortando singles y no paraba de sonar en todas las radios, empezó una gran gira de presentaciones en vivo que terminó en abril del año siguiente en Buenos Aires, ahí donde todo había empezado, con Fito corriendo por un megaescenario montado en el estadio Vélez Sársfield (¿qué era eso de la timidez escondida detrás de un teclado?). Más de 85.000 personas vieron los dos shows con los que el músico coronó su álbum más vendido y más elogiado hasta hoy.
Cuando El Amor Después del Amor cumplió dos décadas, el festejo fue un show en el Planetario capitalino. Ahora, para los 30, Fito Páez prevé regrabarlo íntegramente en Los Ángeles, con artistas invitados que incluirían unos cuantos de las nuevas generaciones (Nathy Peluso, Ca7riel, Bizarrap) y otros que bien podrían ser un dream team de las reversiones: David Byrne, Caetano Veloso y Elvis Costello -con quien Fito ya trabajó el año pasado-. También se anunció un tour por la Argentina, Latinoamérica y algunos países de Europa.
Mientras que hoy apenas recordamos cómo se llaman esos nuevos tracks que vamos agregando a nuestras discotecas vía plataformas de streaming, los 14 temas de El Amor Después del Amor siguen teniendo nombre propio. Parece que, por suerte, también hay canciones que no vamos a olvidar.
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Para agendar: el tour “El Amor 30 años Después del Amor Tour” ya tiene sus primeros destinos en la Argentina: comenzará la segunda quincena de setiembre en La Plaza de La Música de la ciudad de Córdoba, después lo espera el escenario del Movistar Arena en Buenos Aires. Posteriormente, la gira continuará por Iberoamérica: recorrerá Uruguay, Chile, Perú, Paraguay, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Santo Domingo, Estados Unidos y España.
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