Editorial de diciembre: 2019, allá vamos
Si tuvieras que elegir un equipo: ¿sos más del Team Soltar o del Team Agarrar? Pensalo...Podés ser una persona a la que le cuesta el compromiso, más bien libre (quizás un poco fóbica), muy free spirit, que si te dicen "soltá, no te aferres", suena lindo y tranquilizador, pero convengamos en que no es difícil para vos. En cambio, también podrías ser muy apegada, de esas que se quedan hasta las últimas consecuencias, estoicas y abnegadas, que si te recomiendan "quedate, bancá la parada", más que un desafío, es seguir profundizando en el patrón.
Viste que toda sabiduría tiene su contracara, y muchas veces suena contradictoria, porque las verdades están hechas a medida, no se pueden estandarizar. Por eso, me pregunto: ¿qué conocimiento estás sumando a tu vida que realmente haga sonar una fibra diferente? A veces es conociendo personas distintas, porque, en general, la adultez tiende a radicalizarnos; por el poco tiempo que tenemos, nuestro círculo se vuelve más específico y eficiente. Y sin darte cuenta, de pronto te rodean clones.
Me gustan los amores que te traen diversidad. Cuando alguien te dice: "No coincido", ¡ay, qué belleza! Después de que mi ego se retuerce durante un rato, recupero el ritmo de la respiración y me animo: "¿Por qué?, decime qué pensás vos", la respuesta es aire fresco. Nos vamos enfrascando en opiniones y certezas, en "me gusta", "no me gusta", y quedamos ahí sin poder ver qué hay más allá de nuestras propias narices. Es por eso que "las verdades" son miles y personales, pero muchas veces estamos consumiendo, leyendo, escuchando a los que reafirman solo nuestra idea.
¿Qué hay en las afueras de lo que tenemos claro?... Más allá de nuestros prejuicios. Rascá un poco para ver. Es la mejor raspadita: ver qué hay detrás de cada ser humano. No solo de los otros, sino de nosotras, esas historias que nos trajeron hasta acá y que explican tantas cosas. Y según eso: ¿qué complementar?, ¿es soltar o agarrar? Pienso en esto porque ya es fin de año y no es lo mismo "dejá atrás", que "atesorá bien fuerte". Requiere cierta habilidad zen de separar la paja del trigo, y darte cuenta de que no todo es un cierre, también hay que saber qué queremos mantener. Incluso eso que tengamos para soltar, porque cumplió un ciclo y ya no nos suma, igual le digo "gracias", porque todo fue puesto por alguna razón. Mientras, aprovecho para reconocer qué es lo que capitalicé en este 2018 que se va, eso que nos sigue nutriendo y por eso lo llevamos puesto.
"Soltar" y "agarrar" son caras de la misma moneda, sin embargo, está bueno reforzar la que tengas más floja. Quizá sea hora de entregarte por completo a este nuevo amor, tomar esa responsabilidad a la que le venías huyendo o dejar pasar esas "excusas perfectas" que siempre fueron vía de escape para no ver qué había más allá; o quizá sea quedarte un poco quieta, porque el foco no llega cuando te estás moviendo. O tal vez no. Quizá tu 2019 tenga que ver con dejar de sostener, con decir que "no", con cuidarte más vos; quizás este año sea para moverte hacia tus propios sueños sin mirar atrás. Ya sea que te toque agarrar o soltar, creé en vos. Pero no en el sentido más obvio, todo lo contrario, aunque suene paradójico: ponete en duda. Enriquecé lo que sentís que te falta, sacate el casete y escuchá nueva música. Eso es creer en vos hasta las entrañas, confiar tanto en tu fuerza y verdad que no temés poner en riesgo el statu quo, porque sabés que lo que nos separa está en la cáscara y que, al final, todos somos lo mismo, todos estamos agarrando y soltando en busca de más amor y libertad. Te deseo un año más consciente y amoroso. Gracias por tu compañía (aunque estés del otro lado), se siente.
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