Día de la Tierra: 4 decisiones simples que ayudan a reducir la huella de carbono
La forma en que elegimos viajar es también una de las mayores decisiones climáticas que tomamos cotidianamente. ¿Qué podemos hacer para aportar nuestro granito de arena?
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Ya no es novedad que el planeta está en peligro y que cada uno de nosotros tiene responsabilidad sobre los efectos de sus acciones y decisiones cotidianas. El consumo de energía, la basura, la ropa y hasta la movilidad, son algunas de las causas del aumento de la huella de carbono.
Las tareas diarias que forman parte de la rutina contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), que son aquellos que incrementan la temperatura de la Tierra. Por ello, el aumento de la emisión de GEI tiene una relación directa con el calentamiento global. Según el informe de gases de efecto invernadero de 2019, en promedio, un auto a nafta produce el equivalente a 180g de CO2 por kilómetro, mientras que un taxi normal emite mucho más carbono equivalente a 210g de CO2 por kilómetro.
Los hechos están a la vista. Tenemos que involucrarnos. De acuerdo a un monitoreo satelital analizado por Greenpeace durante 2020, la contaminación del aire de la Ciudad de Buenos Aires disminuyó aproximadamente un 50% durante el mes de mayo, si se lo compara con el mismo período de 2019.
En números
Si de América Latina se trata, el transporte compartido y los autos eléctricos resultan una necesidad si pensamos que la región registra más de 650 millones de personas, de las cuales un 83% vive en zonas urbanas. Para 2050, esta cifra podría ascender al 90%, según las previsiones de UN-Habitat. No solo eso, sino que en la próxima década se estima que la población urbana total aumentará a 711 millones.
Un dato no menor relacionado con el uso de los autos particulares es que casi el 30% del tráfico de las grandes ciudades se debe a los conductores que deambulan en busca de un lugar para estacionar. En la Ciudad de México, una de las ciudades más congestionadas del mundo, un trayecto al trabajo lleva un 66% más de tiempo que el promedio en otras ciudades, y el tráfico añade 227 horas de viaje a la vida anual de un viajero típico.
Con respecto a la electromovilidad en la región, los datos revelan una oportunidad única. En 2018, solo se registraron 23.000 autos eléctricos híbridos y se comercializaron 3.700 vehículos eléctricos de batería. Para 2025, se espera que el mercado de la movilidad eléctrica alcance las 114.700 unidades, con una tasa de crecimiento anual del 25%.
Según un informe del Sistema de Información Online del Mercado Automotor (SIOMMA), durante el 2020, en Argentina, se vendieron casi 2.400 autos eléctricos. Es decir que durante el año pasado, el patentamiento de este tipo de vehículos (híbridos y eléctricos), creció un 53,9% al alcanzar las 2.383 unidades vendidas.
4 hábitos que podemos incorporar
- Autos eléctricos: la movilidad saludable es la nueva tendencia emergente. La pandemia brindó una mirada de lo que podría ser un mundo con poco tráfico y aire puro. El 2021 parece ser el año en que la movilidad eléctrica toma el protagonismo, ya que el número de coches eléctricos vendidos en 2020 aumentó un 45% de un año a otro, y la intención de las personas que utilizan este tipo de transporte aumentó un 35%, según Deloitte. Por ejemplo, en la ciudad de México, bajo el nombre de Beat Tesla, ya funciona una flota totalmente eléctrica que convierte a cada uno de los pasajeros en responsables de lograr una ciudad un poco más limpia.
- Carpooling: es una tendencia internacional que busca reducir el tráfico con el fin de cuidar el ambiente. El simple hecho de coordinar con compañeros de trabajo o amigos para ir a un mismo destino permite que viajen entre 3 y 4 personas en un mismo auto, y esto no solo reduce la huella de carbono, sino que además disminuye los costos de combustible, peaje y estacionamiento. Un nuevo estudio del MIT sugiere que el uso de los servicios de transporte compartido podría reducir al triple el número de vehículos en la calle sin afectar significativamente el tiempo de viaje. El transporte privado es una de las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero y aumentan cada día. Pero la pregunta del millón es si podemos y estamos dispuestos a reducir nuestra huella de carbono diaria.
- Detalles que marcan la diferencia: hay aspectos técnicos del auto que son importantes de revisar y controlar. Una de ellas es cuidar la actividad del motor y los neumáticos, ya que una presión baja disminuye el rendimiento del combustible, lo mismo se ve afectado cuando el auto está sobrecargado o con el el aire acondicionado encendido cuando realmente no es necesario. Estas son algunas rutinas a las que si todos prestamos atención marcarán la diferencia a gran escala.
- Elegir apps de movilidad para algunos recorridos: tener un auto no significa que no podamos trasladarnos con otros medios. La realidad es que hay distancias y zonas que por el tráfico y falta de espacio para estacionar resultan problemáticas. Usar las apps de movilidad permiten optimizar el tiempo de uno además de contribuir a disminuir la huella de carbono porque no hay que buscar un lugar para estacionar -se pierden varios minutos para encontrar ese espacio ideal-, al mismo tiempo que implica un ahorro ya que no se gasta dinero en combustible ni en las horas del estacionamiento privado.
Experta consultada: Patricia Jebsen, Gerente General de Beat en Argentina.
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