Día de la mujer: ¡Aguante nosotras!
Ser mujeres es aprender a disfrutar de lo que nos hace únicas. ¡No lo olvidemos!
En el mes de la mujer, ando con ganas de decir cosas. Porque soy fan del género. Aunque a veces siento que mi lucha feminista está casi perdida. Lo siento cuando una "botinera" es tapa de revista por el auto que le regaló su marido o cuando una chica que no aceptó casi ningún rasgo de su cara ni de su cuerpo –porque está toda "cirugeada"– es ícono de belleza. Incluso cuando voy a alguna casa a comer y veo que las mujeres se desesperan por levantar y limpiar los platos, mientras los hombres se quedan sentados lo más panchos como si todo fuera de lo más normal… ¡Y es tan injusto!
Desde que nací no paro de escuchar comentarios del tipo "no queda bien que una mujer haga eso", "queda grosero en una chica" o "no es femenino que hables así"… Y es notable que esas frases no las dicen exclusivamente los hombres.
Tengo amigas –muy amigas– que me han retado por reírme diciéndome: "¡Nena, se te van a hacer patas de gallo si te reís así!". O peor: tengo amigas que me han aconsejado no dar tanto la teta… ¡porque se me iban a hacer pelota! Son esas mismas amigas que, cuando entran a una pileta, se mojan tristemente los brazos pero ni locas meten la cabeza en el agua para no arruinarse el pelo. Y en algún punto las entiendo, porque hay un aluvión de mensajes todo el tiempo que nos presionan para estar espléndidas siempre. Aunque en el fondo todas sepamos que eso es imposible.
Porque a mí también me encantaría tener el pelo más lindo (¡aunque ni loca me pierdo de zambullirme en una pileta!), la piel más cuidada o tirante (aunque jamás dejaría de reírme por las patas de gallo) o la delantera más turgente (aunque ni mamada dejaría de darle la teta a un hijo por ese motivo). Creo que las mujeres somos mucho más que seres bellos y delicados. Y que ser mujeres es aprender a disfrutar de lo que nos hace únicas. En definitiva, aceptarse. ¡Entre todas podemos!
Dato útil: dicen que para tener mejor el pelo hay que poner pastillas anticonceptivas en el champú. Eso sí: tratá de que no sean las tuyas, ¡así evitás sorpresas!
Las mujeres usamos sólo un 13% de los corpiños que tenemos en el cajón. El resto nos ajusta o no nos agarra bien, o nos queda grande o es demasiado colorido, o tiene tanto uso que está todo estirado o los breteles no te sostienen bien, o simplemente no nos hace buenas gomas. En fin...
Yo recomiendo: chequeá los cubículos antes de hacer fila para ir a un baño público. A veces, hacemos colas infinitas y de repente una "valiente" toca la puerta para ver qué pasa. Y, ¡ay, el baño estaba libre! ¡Típico nuestro!
Twitter: a las mamis de hoy nos aconsejan: "crialo con apego" y, al mismo tiempo, "nunca pierdas tu independencia". #EnQuéQuedamos
PERFIL: la de las manos recién hechas. Vuelve loca a la manicura: "¿Me atendés el celu?", "¿Me pasás la hoja de la revista?". ¡Pará, dejala vivir!
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