¡Despegá fuerte!
Con nuestra agenda 2017, te proponemos aprovechar el descanso para tomar envión y planificar un año para que tus proyectos se concreten.
La propuesta es tomar esta oportunidad de frenar que te da el verano para preguntarte: “¿Qué me hace realmente feliz?”. “¿Qué quiero concretar este año? ”.
La palabra “proyecto” a veces asusta y hasta nos aleja. Nos es más fácil hablar de un sueño o de un deseo que de un plan concreto para alcanzarlo. ¿Cuántas veces postergamos nuestros proyectos porque quedamos paralizadas por lo inmenso e inabarcable que parece, sin darnos cuenta de que lo estamos creando a cada instante?
Por eso, desde OHLALÁ!, generamos el Project Plannercomo una herramienta concreta para que te acompañe durante todo este año, casi como si fuera un diario íntimo para que puedas ir bajando a tierra tus ideas, para que plasmes diariamente tus sensaciones, intuiciones y emociones y casi que funcione como una bitácora de tus procesos personales (¿sabías que la mayoría de los grandes líderes e innovadores llevan un diario íntimo?).
Esta es una guía para despegar fuerte: completas, con los recursos que necesitamos. No nos vamos en un cohete a otro planeta, sino que vamos a pilotear nuestro deseo hacia donde queramos llegar, con un ojo puesto en el trayecto y otro allá en el destino; donde exista la posibilidad de recargar pilas, de hacer escalas, de evaluar lo que resultó y lo que no, de darnos descansos y de recalcular la ruta cuando sea necesario.
Así que 2017..., ¡agarrate, que ahí vamos!
8 PLATAFORMAS PARA PREPARAR EL DESPEGUE
1. Pará (¡y bancate el bajón!)
La consigna es ir desacelerando de a poco, algo muy difícil en la práctica. Nuestra mente va a buscar problemas porque necesita la química cerebral con la que venía funcionando. Por eso es probable que cuando llegues a una playa divina te encabrones porque las medialunas del desayuno no son las que a vos más te gustan. Dialogá con esa necesidad recurrente de buscar conflictos:
El estrés te ponía en un túnel. Bastante cómodo, porque, al estar enfocadas en lo que debemos hacer, no tenemos que preguntarnos qué queremos hacer. Para lidiar con esa especie de “vacío”, algunas se tiran panza arriba a tomar licuados y tragos (y suelen entrar en shock cuando vuelven las obligaciones). Otras “ocupan” las vacaciones haciendo compras, cocinando innecesariamente, poniéndose tareas absolutamente postergables. Pero que no te asuste el vacío, no lo tapes. Porque ese “¿y ahora qué?” que sentimos postdiciembre es sano. Como dicen los orientales: “Para poder llenar, primero hay que vaciar”. La clave en este punto es ampliar tu mirada, saber distinguir lo importante de lo urgente, lo deseado de lo inmediato.
EN EL PROJECT PLANNER: en el apartado “Conectate con vos” hay ideas para escucharte; por ejemplo, meditar en un lugar tranquilo; ir a un templo o espacio sagrado, donde el silencio invita al balance; caminar al aire libre; rodearte de personas que te hagan bien; hablar con vos misma o con Dios... o lo que a vos te funcione para sentirte confiada con el año que ya empezó.
2. Alineate
¿Repasaste tu último año? ¿Lo recorriste en serio, desde enero hasta diciembre? ¿Reparaste en cada logro, por minúsculo que fuera? Al anotar los hitos –pequeños, medianos y grandes– de tu 2016, vas a percibir cómo mucho de lo que te dio satisfacción no tuvo que ver con grandes concreciones ni con cuestiones netamente laborales.
La idea es que no permitas que lo que se puede “contar” o “contabilizar” oscurezca lo que se puede “vivir” y saborear. Tenemos una tendencia a medirnos solo por el producto o el resultado de nuestras acciones, y muchas veces se nos olvida que el camino está lleno de disfrute y que parte de la magia es que en ese recorrido no todo depende de nosotras. Otra cosa interesante que puede resultar de tu balance es encontrarte con aspectos que pospusiste, como la relación con tus amigas, la recreación, tu creatividad.
EN EL PROJECT PLANNER: respondé el cuestionario del apartado “Balance personal”, para ayudarte a registrar tus recursos para un mejor despegue. Por ejemplo: ¿qué hiciste que nunca habías hecho? ¿Cuál fue la mejor “persona nueva”? ¿Qué te entusiasmó mucho? ¿Qué te hubiese gustado hacer más? ¿Y hacer menos?
3. Limpiá, ordená, vaciá
¿Se hizo el silencio? ¿De repente empezaste a reparar en instantes de belleza que antes ni siquiera registrabas? ¿Podés desconectarte por un ratito del WhatsApp, del Facebook y del Instagram? ¿Lográs concentrarte en un libro? ¡Vamos bien!
La tarea en esta etapa consiste en apagar dos voces muy fuertes: la ajena y la de tu propia mente, que muchas veces te tiende trampas.
Por eso, trabajá fuerte en oírte a vos misma para que lo que no te pertenece no te encorsete a la hora de decidir, de elegir, de desear, de proyectar. Los ejercicios del punto anterior pueden ser de gran ayuda. Ahora, cuando te empezás a escuchar, te encontrás con un montón de interferencia, ¿o no? Y es casi peor que lo que puedan decir nuestros padres, amigos o pareja, porque... ¡sale de nosotras mismas y no se calla más! Pasa que mucho de lo que hoy somos o hacemos tiene que ver con versiones antiguas de nuestro propio yo, con hábitos o conductas que ya no nos representan o con mandatos que hicimos propios de los que ahora queremos deshacernos.
EN EL PROJECT PLANNER: dice May Groppo que, para alinearte con tu propósito, primero es necesario soltar todo lo que te aleje de él. “Aprender a eliminar, a decir que no, a quitar de nuestra vida todo aquello que nos debilita, requiere coraje y tal vez sea parte de lo que diferencia a aquellas personas que van por sus sueños: no pierden el foco”. Hacé un acto psicomágico: anotá todo lo que ya no va: “Mi inseguridad”, “mi desconfianza”, “mi miedo a la pérdida”, “mi pereza”..., ¡lo que quieras! Después, tirá el papel al fuego y decile un amoroso “chau” a todo eso.
4. Elegí el destino
Recomienda nuestra psico Inés Dates no asociar automáticamente “proyecto” con lucro. (“¡Que el dinero no nos robe la vida!”, fueron sus palabras). Así que después de hacer silencio y sintonizar con tu frecuencia, es probable que aparezcan imágenes de lo que querés. Pueden ser más o menos precisas.
Así que..., ¿qué foco le querés poner a 2017? La respuesta es 100% personal: puede ser un proyecto laboral –apostar a un negocio propio–, familiar –jugar más con tus hijos o iniciar una convivencia–, de crecimiento en alguna área de tu vida –estudiar algo nuevo, desarrollar un hobby y convertirlo en profesión, hacer un máster– o incluso más personal –viajar más, ser más tolerante con los otros, expandir tu espiritualidad–. Para desear no hay límites. No hay malo ni bueno, mejor ni peor. Examinate bien para ver qué te hace vibrar más profundamente. Porque, si bien el deseo es infinito, la energía vital no es ilimitada: nadie puede con todo, así que elegir un foco no solo es inteligente, sino fundamental. Si tenés una segunda meta en vista, asegurate de que “maride” bien con la primera. Para quitarle angustia a la elección, sabé que, muchas veces, aquellas cosas que no podés elegir hoy no son renuncias definitivas.
EN EL PROJECT PLANNER: una muy buena idea para visualizar tu proyecto puede ser armar un collage. Agarrá tijera, revistas (¡usar las OHLALÁ! está permitido!), lápices, marcadores ¡y manos a la obra! Puede que las propias imágenes que vayas encontrando inspiren aún más tus ganas. Creer es crear, decían los mayas. Si podemos imaginarlo, en algún plano eso ya existe. Decí lo que querés en voz alta. Y enfocá lo que sí querés, porque el universo no conoce la palabra NO.
5. Armá el itinerario de tu año
¿Te acordás de las líneas de tiempo que hacíamos en la escuela? Bueno, armate una de esas para este 2017, llenándola con los acontecimientos de tu propia vida. Una suerte de “columna vertebral” del año que estamos arrancando. La idea es tener una visión macro que organice tu día a día y, sobre todo, te ancle. Al saber que va a existir un momento para cada cosa, evitás la fuga hacia delante. Un recurso antiimpulsividad y antiansiedad.
Considerá eventos que ya sabés que van a ocurrir, te tengan o no como protagonista –por ejemplo, nacimientos, casamientos, operaciones–, así estipulás de antemano el tiempo adecuado para cada uno de ellos. También incluí todo lo que podés recibir, como un premio, una fiesta, un descanso. Y estate atenta a las estaciones y cómo te llevás con ellas (¿sos más pilas en otoño o en primavera?, ¿el invierno te pincha?). Además, por supuesto, ubicá en la línea de tiempo tu “proyecto-foco” del año y presupuestá cuánto tiempo de planificación y acción requiere. Ponerlo en el mapa te ayuda a visualizarlo y organizarte mejor.
EN EL PROJECT PLANNER: incluimos un line up de 2017 de dos páginas donde podés identificar cada evento destacable y, obviamente, tus proyectos. También consultá el astro planning que armó nuestra astróloga, Ana Bilsky, y señalá los momentos clave para manifestar tus logros, según la energía planetaria.
6. Dividí en tramos
Olvidate de la idea de que tu proyecto está allá y vos acá. Hay que reeducar a nuestra conciencia lineal. Ella, formateada por el lenguaje y la acción, registra lo que “falta” para una meta en perpetuo alejamiento. Cuando nos preocupamos, por lo general, nos enredamos. De hecho, pensá en la palabra: pre-ocuparse. Aún no tenemos ni un panorama de la situación completo ni las herramientas. La idea es sumar recursos.
¿Cómo? Poniéndonos en modo “fractal”. De esa manera nuestro proyecto se vuelve expansivo. ¿Cómo? Pensándolo desde lo más chiquito de tu día a día hasta la concreción al 100%. Entonces, en vez de imaginar tu proyecto como una recta hacia el infinito, imaginá círculos concéntricos. Partís desde un círculo pequeñito que se expande por etapas hasta ser eso que imaginaste.
EN EL PROJECT PLANNER: hacé el ejercicio del apartado “La física cuántica de tu proyecto”, que te va a permitir fragmentar tu deseo hasta la mínima expresión –una miniacción o minipensamiento diario– y así poder distribuirlo en tu día a día, hasta llegar al año.
7. Soltá el control y compartí
Si estás de vacaciones, es porque alguien cuida de tus mascotas, de tus plantas, de tu casa. Si vas a trabajar en paz, es porque alguien se ocupa de tus hijos mientras tanto... Tu ropa la hizo alguien, tus alimentos los produjo alguien. La autosuficiencia no existe. Así es que cualquier proyecto que emprendas debe ser con la certeza de la interdependencia en tu cabeza.
¿Y qué rol juegan los demás en nuestros proyectos? Unos cuantos. Si no son partícipes directos –socios, asistentes–, lo son en forma indirecta. Por ejemplo, tu pareja cuando necesites que alguien se ocupe de la casa por vos, tu mamá cuando necesites dejar a los chicos con alguien, una amiga cuando necesites desahogarte o un contador para que ordene tus finanzas.
Un buen recurso es pedir feedback. Compartí tu proyecto (aunque esté en una fase muy inicial) con alguien. No necesariamente un experto en la materia, sino alguien en quien confíes, que sientas que puede aportarte más conciencia sobre vos. Preguntale: “¿Qué habilidades que vos creas que son necesarias para lograr mi proyecto ya tengo?”. Un mentor o un buen acompañante que pueda mostrarte una foto panorámica de la situación de vez en cuando es clave en el proceso de emprender un proyecto.
EN EL PROJECT PLANNER: hay una dinámica que –con algunas preguntas– te guía para armar tu dream team o equipo de los sueños: una red que te contenga e inspire. La confianza es fundamental. Cuando digas: “OK, no puedo” o cuando necesites ausentarte, va a ser tu equipo el que te haga el aguante.
8. Usá el corazón como GPS
Esto es casi una obviedad, pero no por eso menos importante. En todo este proceso, no te olvides de que nuestras decisiones son más fáciles de sostener si sabemos a dónde vamos y por qué, pero no solo desde el lado racional, sino también desde nuestras emociones y ese canal que tenemos abierto con el universo, la intuición. Esto es clave para no solo entender, sino “sentir” la importancia de la meta. Tu mente es genial para planificar, analizar y medir. Pero guiate también por tus sensaciones y percepciones. Lo que muchos llaman “corazonadas”.
Y lo importante es que cuando sucedan, cuando las sientas, las bajes al papel. Lo ideal es que cuando retomes tu project planner en diciembre de 2017 tengas no solo un proyecto concretado, sino también un pantallazo vivo de tu propio diálogo con vos misma, porque esa es una herramienta muy poderosa de conexión y de inspiración para seguir soñando. •
¿Ya sabés en que vas a focalizarte este año? ¿Ya tenés tu Project Planner? También:¿Ya empezaste a planear tu 2017?yHoróscopo para él: ¿cómo viene enero?
Peinó y maquilló Mariu Coscia Collins para Sebastián Correa Estudio. Agradecemos a Quiero June su colaboración en esta nota.
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