"Dejamos todo y nos fuimos a recorrer el mundo"
Para esta pareja, viajar es la espina dorsal de su amor.
Victoria Spirito (28) y Gonzalo Gaviña (29) llevan visitados 30 países y más de 150 ciudades en 300 días y lo registran en su cuenta @gavito_travelling.
“La magia arrancó mientras trabajábamos”.
Nos conocimos en una empresa de alimentos para la que ambos trabajábamos. Yo laburaba en Marketing y Gonza, en Ventas. Generamos una locura casi inmediata de querer hacer cosas juntos. Nos pusimos de novios en septiembre de 2013 y, a los dos meses, sin conocernos demasiado, compramos pasajes a Brasil para febrero de 2014, para pasar unas vacaciones juntos. “Esto tiene que seguir”, pensamos cuando volvimos, y en abril de ese mismo año sacamos otro pasaje para irnos a Europa por tres meses. A mí me daba mucho miedo el cambio, me encantaba la idea de viajar, pero no quería dejar mi profesión y sentir que abandonaba todo. Lo charlamos mucho con Gon hasta que decidí soltar el miedo y darle para adelante. Él siempre me ayuda a tomar coraje.
Gonzalo: “En cada viaje aparece un destello de locura”
Finalmente, ambos renunciamos a nuestros trabajos y lo partimos. Ninguno de los dos había vivido la experiencia de un viaje largo pero yo estaba confiado y no tuve miedos, a mí solo me faltaba una compañera que quisiera sumarse al desafío de viajar. Y la encontré en Vicky. Para nosotros, el compañerismo y la diversión son clave. Somos como un termómetro y los dos estamos en el mismo grado Fahrenheit. Juntos aparece una figura más grande, no es Gon ni es Vicky, es la pareja, es el “nosotros”. Somos de disfrutar la naturaleza y de encontrarle sentido al día a día, estemos en la ciudad del mundo en la que estemos. No hace falta ir a un megarrecital o estar de viaje, sino crear momentos chiquitos: armar la mochila y la viandita e ir al río. Y también darle lugar a lo que surja en cada momento: por ejemplo, cuando terminamos de recorrer el este de Europa, nos dieron ganas de de irnos un mes a México. Desde una zapatería en Sorrento, le pedimos el teléfono a una tana para cambiar los pasajes. En cada viaje aparecía un destello de locura. Cuando conocés al otro por completo y comprás todo el combo, la relación se potencia. Los dos somos personas distintas pero a la vez complementarias, sin dejar de ser cada uno lo que es, con nuestras pasiones, defectos y virtudes. Por ejemplo, cuando el viaje a Europa se estaba terminando, Vicky quería volverse y yo quería quedarme un año más, en ese momento estábamos eligiendo caminos contradictorios. Aceptar, ceder y comprar “la del otro” es tener huevos porque estás dejando de lado cosas que vos querés hacer. Hay una clara intención de que el otro sea lo más feliz posible, tanto en forma individual como juntos. El amor es también disfrutar de lo que el otro hace.
Vicky: “Siempre nos gusta tener un pasaje en la mano”
Recorrimos en total 30 países y 150 ciudades en 300 días. Nuestro vuelo más exótico fue de 40 horas: Buenos Aires / San Pablo / Doha / Bangkok / Calcuta / Delhi. En la gira Asia-Oceanía de 113 días que hicimos el año pasado conocimos 9 países, 59 ciudades, tuvimos 28 despegues en 26 aeropuertos. Volamos los Himalayas; recorrimos en camioneta toda Nueva Zelanda; nadamos con tortugas en Akumal, México; hicimos un safari en el desierto del Thar, India; navegamos el Ganges en las orillas sagradas de Varanasí. Conocimos todo tipo de geografías, todo tipo de transportes. Vimos todas las bandas de música que soñamos y conocimos los grandes monumentos del mundo. Como souvenir, guardamos los mapas de los lugares que visitamos, así como también los billetes y las banderitas de cada país. Coleccionamos arenas de cada playa donde estuvimos, ¡ya tenemos más de 50! En casa, la heladera está repleta de imanes, y pinchamos con alfileres en un mapamundi los países recorridos, los inminentes y los que nos faltan.
Gonzalo: “El dinero lo invertimos en experiencias”
No venimos de familia de dinero. No tenemos casa propia ni auto. Trabajamos desde los 18 años y solo tenemos a favor saber organizarnos y tomar riesgos. Si ponés la cabeza desde la planificación y el corazón desde la pasión, no falla. A la vez, tenés que estar un poco loco, ser un poco salvaje. Nuestra “vuelta al mundo” va a durar toda la vida porque tenemos esos recuerdos: cuando lloramos de emoción frente a la naturaleza de Nueva Zelanda, cuando dormimos en el desierto, cuando conocimos la Muralla China y paseamos con elefantes en Nepal. Llorábamos de gratitud. Somos unos convencidos de que hay que invertir el dinero en experiencias, en recuerdos y en emociones.
Gonzalo: “¿Otra vez van a renunciar?”
El 22 de febrero de 2017 emprendimos otro viaje largo: Nepal, India, Malasia, Hong Kong, China, Japón, Filipinas, Vietnam, Nueva Zelanda y otros países de Oceanía. Los dos pedimos licencia en nuestros trabajos y no salió, y entonces... ¡volvimos a renunciar! “¿No tienen miedo de no volver a conseguir trabajo? Los de Recursos Humanos se van a dar cuenta de que cada dos años renuncian y no los van a tomar en ningún lado...”. No saben la cantidad de veces que mucha gente –incluso familiares o amigos– nos dice este tipo de cosas. Pero aprendimos que hay que poner un paragolpes frente a las ideas ajenas, si no, terminás viviendo la vida que quieren los demás. Nosotros confiábamos en que todo iba a estar bien. Queríamos que nuestra cabeza diera la vuelta al mundo, y nuestro corazón también. El universo es como vos lo querés ver, la magia la ponés vos. No la comprás, no se vende. Algo adicional sucede más allá de lo que podamos ver y creer. Solo hay que estar despiertos y dialogar con el universo.
Vicky: “La vuelta es difícil”
El primer mes que volvés es inestable, porque, además, viene el replanteo profesional en un combo. “¿Soy emprendedora o vuelvo a trabajar en relación de dependencia?”. Por ejemplo, volvimos de los 4 meses por Asia y Oceanía sin saber cómo seguir, estábamos nostálgicos. Esa sensación de no saber exactamente si estás contenta o triste. Nos quedaba poco dinero, pero, sin embargo, decidí apostar y empezar un curso de Marketing Digital y seguir confiando. Por suerte, a los pocos meses, empecé a trabajar en una universidad, en el sector de Marketing. No hay que escuchar a los que te dicen “ay, pero ¿qué van a hacer cuando vuelvan?”. Porque si tenés confianza, todo es posible; de hecho, hoy los dos tenemos un trabajo formal. A Gon lo volvieron a tomar en el mismo banco al que había renunciado y yo sigo en la universidad.
Gonzalo: “La intensidad es nuestra marca registrada”
Para nuestro alrededor todo parecía mucho, para nosotros no. Toda esta etapa de viajar, movernos, cambiar todo el tiempo, es un ancla para que cuando venga una mala racha no nos desestabilice. Somos muy agradecidos de cómo llegan las olas, porque todo nos fortalece y nos construye para mañana. Las parejas deben sostener la mística en cada etapa. La nuestra es una filosofía de vida, y el desafío es mantenerla. Queremos tener hijos y transmitirles que vivan seguros y apasionados y que sepan que cuentan con nuestro amor. Así como quisimos hacer los viajes, en algún momento vamos a querer ser padres.
Vicky: “En los viajes, se hizo tangible nuestro amor”
Tenés que ser un soñador de verdad. Tomártelo en serio, sentir eso que querés vivir. Averiguar, estudiar, hablar con gente que ya lo hizo. Empezar a imaginarlo. Masajearlo, acercarte a ese sueño. No dejarlo solo en palabras. Nuestra intención de viajar surgió por la necesidad de conocer otros universos, y así también ampliar el nuestro. Hay partes de nosotros por el mundo y las queríamos conocer. Somos de Acassuso, pero, al pasar por Japón, también somos de Japón. Cada lugar nos transforma.
Los viajes son los momentos mano a mano más jugosos que tiene la vida. Desafiás la mente y el corazón. Viajar es una construcción, un camino de introspección. Cada vivencia nos ayudó a construirnos y a saber más de nosotros, tanto individualmente como pareja. Y sin darnos cuenta, en los viajes se hizo tangible nuestro amor. •
¿Dejarías todo para irte de viaje en pareja? ¿Qué proyectos locos realizaste sin pensarlo demasiado? También leé: Cómo evitar la angustia de mirar vidas ajenas en las redes y Quién es la argentina que puede aguantar 5 minutos y medio sin respirar abajo del agua
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