De película. Te contamos todo sobre la historia de amor de Roberto Benigni y Nicoletta Braschi
El actor y director italiano encantó al público con unas palabras que le dedicó a su esposa al momento de recibir el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia.
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Nicoletta y Roberto han trabajado juntos en películas inolvidables y aclamadas por la crítica: Me molesta (1983), Bajo el peso de la ley (1986), Soy el pequeño diablo (1988), Johnny Palillo (1991), El monstruo (1994), La vida es bella (1997), Pinocchio (2002) y El tigre y la nieve (2005); pero la actriz y el actor cautivaron al público no solo con su talento sino también con su vínculo amoroso que perdura con el paso del tiempo como si estuvieran unidos con el hilo rojo.
Su amor nació de una amistad y desde entonces han sido inseparables. Se conocieron en Roma a principios de los años ochenta a donde ella, de Cesena, se había trasladado para inscribirse en la Academia de Arte Dramático. Después de 8 años de compromiso se casaron en secreto, el 26 de diciembre de 1991, en una iglesia de clausura en la ciudad natal de ella con algunos familiares como testigos.
En innumerables entrevistas los intérpretes han demostraron el cariño mutuo que se tienen, pero nunca había sido de una forma tan telenovelesca -y viral- como la de Roberto en la apertura del 78º Festival de Cine de Venecia. Al dar su discurso, luego de recibir el León de Oro, Benigni nos regaló una escena que podría haber sido extraída de una película romántica pero que en realidad fueron palabras reales de amor y agradecimiento para su esposa, Nicoletta Braschi.
Y acá, para que bajes la expectativa, es necesario aclarar que fue un gesto romántico digno de un actor y director con una larga trayectoria cinematográfica en su haber. Con esta nota no queremos reforzar la idea del amor que tenemos como sociedad -heredado de novelas, cuentos y guiones- muchas veces, imposible de alcanzar; muchas veces, peligroso para la mujer.
Un premio con dedicatoria
Ahora, entendiendo este punto, podemos volver a Benigni y al discurso que cautivó a los presentes. “Quiero dedicar unas palabras a una persona que está en el cima de mis pensamientos o, como dijo Dante (Alighieri) en Divina Comedia a aquella que ‘mi mente emparaísa’ y que está en la sala esta noche”, dijo el italiano desde el escenario con su mirada puesta en Nicoletta. Y continuó: “Mi actriz preferida a quien ni siquiera puedo dedicarle este premio porque este premio es suyo. Te pertenece, lo sabés. Y por eso se lo podés dedicar a quien vos quieras. Es tu premio”.
Nicoletta Braschi ha conquistado el mundo del cine con su talento y diversidad para asumir distintos roles. La suya es una carrera magnífica. La última vez que Nicoletta Braschi estuvo en la gran pantalla se remonta al 2018 cuando participó en la película Lazzaro Felice por la que fue nominada al David di Donatello como mejor actriz de reparto.
“Lo hemos hecho todo juntos durante 40 años: producciones, interpretaciones, películas. 25, 30, 40 años ininterrumpidos de trabajo. Nicoletta, solo conozco una forma de medir el tiempo: contigo y sin ti. Esta es mi forma de medir el tiempo. Siempre lo ha sido”, siguió Benigni aunque esta vez no resaltó que la frase salió de la pluma del argentino Jorge Luis Borges en el poema “El Amenazado”.
Después propuso a su esposa compartir el galardón: “Desafortunadamente no te puedo regalar este premio pero lo podemos dividir. Yo me quedo con la cola para manifestar mi gloria, digamos para mostrar mi alegría, y el resto es tuyo”. Acto seguido aclaró por qué le dejó las alas: “Son tuyas porque si alguna vez en los trabajos han tomado vuelo ha sido gracias a tí. A tu talento, a tu misterio, a tu encanto, a tu belleza. A tu talento como actriz, a tu feminidad, al solo hecho de ser mujer. ¡Cuánto he aprendido al verte actuar!”.
“Como se sabe las mujeres tienen algo que los hombres no comprendemos, un verdadero misterio sin fin. Groucho Marx tenía razón cuando decía, ‘los hombres son mujeres que no lo han logrado’. Él estaba en lo cierto. Es la verdad, es así... nunca podría ser como tú, Nicoletta”, completó el actor y para entonces el público estaba a sus pies
“Si algo bueno o hermoso he hecho en mi vida siempre ha sido atravesado por tu luz. Todo gracias a tu luz. ¡Cuánta luz emanas! La primera vez que te vi recuerdo que emanabas tanta luz que pensé que nuestro Señor al hacerte nacer, quería adornar el cielo con otro sol. Ese día ocurrió exactamente lo que llaman amor a primera vista, de hecho, a última vista, o mejor, a vista eterna”, concluyó Roberto y en este punto fue ovacionado con fuerza y criticado también en redes sociales porque el italiano omitió -por segunda vez- nombrar al verdadero autor de la frase. “Amor a primera vista, a última vista, a vista eterna” se trata de la declaración que escribió Vladímir Nabokov para que el profesor Humbert le dijera a Lolita.
Lo cierto es que citar la fuente es una obligación moral y ética que no quita mérito al gesto romántico del actor. Si Benigni decidió refugiarse en palabras ya conocidas para declararle su amor, admiración y respeto a Nicoletta es porque encajaron a la perfección con lo que él siente y eso fue lo que finalmente traspasó la pantalla.
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