De paseo por la Cinque Terre

Noventa kilómetros al sur de Génova, en la provincia italiana de La Spezia, se encuentra el Parco Nazionale delle Cinque Terre, uno de los principales destinos de la ribera ligure.

Las Cinque Terre comprenden cinco pueblos cercanos entre sí que fueron edificados sobre un grupo de montañas que se hunden abruptamente en el mar de Liguria.

De Norte a Sur son Monterosso al Mare, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. Cada pueblo tiene características particulares, pero comparten entre sí una arquitectura similar: coloridos edificios de pocos pisos alternan con iglesias y fortificaciones medievales, conformando pequeños centros urbanos surcados por callecitas y escaleras de piedra que se asientan en las laderas montañosas.

Como en gran parte de la costa europea sobre el Mediterráneo, las playas del área son breves, rocosas y con escasa arena, aunque el mar turquesa es límpido, sin olas y con una temperatura que invita a zambullirse. El pueblo más aconsejable para disfrutar unas horas en la playa es Monterosso al Mare.

Este parque nacional no depende para su economía únicamente del fuerte influjo de turistas en la época estival, sino que cuenta con cultivos en terrazas de vides, olivos y hortalizas que se suceden desde lo alto de la montaña hasta la rocosa orilla del mar. Es así que la cocina en Cinque Terre se nutre de una variedad de vegetales locales con los que se elaboran las típicas e incomparables focaccias de distintos sabores, frescos frutos de mar y el vino blanco.

La mejor manera de visitar los pueblitos por tierra es en tren. Usualmente los visitantes utilizan el ferrocarril de la ruta Pisa-Genova para acceder a la región.

Una excelente alternativa es el servicio de barcos que comunican los centros urbanos de toda la región.

Los cinco pueblos pueden ser visitados en un mismo día si no se dispone de más tiempo.