¿Cuál es el juguete sexual más vendido del mundo?
Creado por un ingeniero de 70 años, la historia cuenta que lo envío a un club swinger para tener feedback de su nueva creación
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“Me lo muestras. ¿A dónde está?”. Durante mi tiempo trabajando como vendedora en una tienda erótica en el barrio de Malasaña (Madrid) ví esta escena una y otra vez. La razón por la que las mujeres se veían arrastradas hacia la tienda era la intriga de conocerlo en persona. Todas querían tener cerca al famoso succionador de clitorís del que estaba hablando toda Europa.
“Ahí lo tienes”, le indicábamos a las curiosas. Ellas se quedaban petrificadas ante su presencia. No era para menos: la fama de que un juguete podría darte los mejores orgasmos de tu vida resultaba ser más intimidante que conocer al mismísimo Casanova. Luego, bastaba con ofrecerles colocar la yema del dedo en el pequeño orificio para que lancen suspiros, improperios y algún que otro alarido. Era fácil imaginarse cómo se podía sentir.
Nueve de cada diez mujeres que protagonizaban la escena terminaban por llevarse el juguete en el momento o por volver por él más tarde. La mayoría, a los pocos días, mandaba a sus amigas. Así fue sucediendo en miles de tiendas alrededor del continente y de Estados Unidos. De esta forma, en cuestión de meses, Satisfyer, el succionador de clitorís más famoso, batió todos los récords conocidos por la industria de los sex toys.
¿Cómo comenzó la historia del succionador de clitoris?
En 2014, un juguete de patente alemana llamado Womanizer irrumpió en la industria. Fue la primera vez que el universo de los sex toys escuchó el término “succionador de clitoris”. El invento era genial: un aparato del tamaño de una mano, parecido a un joystick, con un pequeño orificio que prometía bombear la zona más sensible del cuerpo femenino y llevar a las mujeres al orgasmo en apenas un par de minutos. El juguete cumplió y sobrepasó su promesa con creces. Tanto que, en apenas meses, la data de su existencia se volvió viral. Aún así, sus ventas no se dispararon. ¿El problema? El precio: el Womanizer costaba alrededor de 200 euros.
Otra marca alemana detectó entonces el deseo y la insatisfacción e hizo algo usual en la industria tecnológica: plagió la patente y descubrió la forma de volver al juguete más barato. Satisfyer simplificó un poco las cosas y logró sacar a la venta una versión por 30 euros, es decir, al mismo precio que una cena en un barrio europeo de moda. Luego, se abocó a promocionarlo. ¿Cómo lo hizo? A través de decenas de influencers y micro influencers a quienes alcanzó con enviarselos gratis. En pocos meses ¡bum! las ventas se dispararon. Solo en 2019, Satisfyer vendió 2 millones de unidades ante los ojos atónitos de Michael Lenke, el inventor que había patentado el Womanizer.
Una tecnología inspirada en las peceras
No era la primera vez que Michael Lenke inventaba algo efectivo. Este ingeniero de 70 años que vive en Baviera ya había presentado patentes para un sistema de alerta de terremotos, una máquina que combate la fiebre del heno y un método para cultivar plantas domésticas enanas sin ingeniería genética. Durante algunos meses, él había estado probando sistemas para disparar, inequívoca y universalmente, orgasmos femeninos.
La tecnología de la que se valió para crear Womanizer, la misma que llevó al éxito a Satisfyer, no fue tan sofisticada como la gente cree. En realidad, se le ocurrió mientras utilizaba un tubito para succionar la mugre del fondo de su pecera. Luego de este momento “eureka”, Michael simplemente se dedicó a perfeccionar la intensidad de succión y a combinarla con algo de vibración. Y probó el experimento con su esposa.
Cuando su mujer Briggite le dió la bendición, se comunicó con un club swinger de su ciudad para llevar 5 decenas de juguetes para testear en voluntarias esa misma noche. Cuenta que la leyenda todas, absolutamente todas las mujeres que lo probaron, lo adoraron. Esa misma semana, Michael decidió patentarlo.
Guerra de patentes
Gracias a esa patente, durante el 2020, cuando Satisfyer vendió 4 millones de copia, Michael, logró llegar a un acuerdo extra judicial para recibir una compensación por el invento. Pero aunque muchos pensaron que se trataba del momento definitivo de acuerdo entre Womanizer y Satisfyer, la guerra volvió a emerger cada vez que Satisfyer lanzó un nuevo modelo y alegó que ya no usaba la patente.
Actualmente, el Satisfyer sigue representando el mayor porcentaje de ventas en las tiendas eróticas europeas y aunque la marca ha intentado introducir otras innovaciones, como mandos a distancia y funciones extras como vibración, es ese pequeño orificio pulsante lo que las mujeres vienen a buscar. Es este producto lo que llena de risas y complicidad las tiendas eróticas que se han convertido en un verdadero espacio de encuentro entre amigas. Tal fue la aceptación que marcas como Carrefour y Fnac, tiendas aptas para todo público, lo exhiben en sus vitrinas.
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