Creatividad: 10 propuestas para inspirarte más
Se dice que la creatividad es un músculo que se entrena y que la inspiración artística se puede ejercitar todos los días; acá te compartimos 10 propuestas bien diferentes para inspirarte más y arrancar el día con la creatividad a flor de piel
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Muchas veces nos encontramos diciendo: “No estoy inspirada”, “Me falta creatividad”. Como si la inspiración fuese algo exterior que viene a visitarnos de vez en cuando. Todas las personas pueden tener una buena idea o una gran imaginación: es cuestión de práctica. En esta nota te compartiremos propuestas para entrenar tu creatividad y sentirte inspirada todos los días.
Crecimos pensando que “la inspiración” es una suerte de estado “mágico” accesible solo para algunos pocos. En la antigüedad, se solía hablar de la “visita de las musas”, y siempre estaba referido al universo artístico. Todavía hoy se suele creer que la creatividad pertenece a los artistas, escritores, pintores o publicistas. Pero, ¿es así? ¿Qué es la creatividad?
¿Por qué no pensar que la inspiración es algo que vive dentro de cualquier persona? Estar en un mood creativo tiene que ver con sentirse motivada, entusiasmada. Desde pintar un cuadro, decorar nuestra casa hasta preparar una reunión de trabajo u organizar nuestra agenda. La creatividad está presente en el arte, pero también en las tareas domésticas y el trabajo.
Suele ser un estado de apertura, de poder integrar nuevas ideas o vislumbrar conexiones que antes no veíamos. Como dijo Steve Jobs: “La creatividad es simplemente conectar cosas”.
Otra forma de entender nuestra naturaleza creativa puede ser volver a la raíz de la palabra inspiración. “Inspirar” es llevar el aire fresco a nuestros pulmones. En el plano de las ideas, sucede lo mismo, para conectar con nuestra creatividad hay que tomar aire, hay que llevar “algo nuevo” hacia adentro. Hacer circular las ideas, oxigenar la imaginación.
Acá, 10 propuestas que pueden funcionar como bocanadas de aire fresco para arrancar el día más inspirada y con la creatividad a flor de piel. Algunas pertenecen a libros que tratan este tema, como El Camino del Artista de Julia Cameron (Editorial Estaciones, 2015) y Ser Creativo de Michael Atavar (Blume, 2019).
1- Ambiente creativo
Una clave para sentirte más inspirada es que el espacio donde vas a trabajar te guste y te estimule. ¿Es un lugar elegido, deseado? ¿Tiene buena luz? A veces, con un pequeño cambio un lugar se transforma por completo. Una planta, un tapiz, una alfombra colorida o un almohadón pueden oxigenar el ambiente. ¿Pensaste alguna vez reemplazar el escritorio expandiendo tus hojas en el piso, o por un día trabajar en el balcón? A veces, elegir otro lugar de la casa para trabajar o ir a un café e instalarte en una linda mesa contra la ventana puede generarte nuevas ideas, darte otra perspectiva y estimular tu creatividad. Tomate un tiempo para diseñar ese lugar en el que vas a estar. Si hace falta, ordená, cambiá los muebles de lugar, sumá algo nuevo. Lo que se ordena afuera, repercute adentro.
2 - Desconectar el wifi, para conectar con vos
Para que nuestra cabeza funcione creativamente necesita no sobrecargarse de estímulos y hacer foco. Un desafío interesante puede ser guardar el celu en un cajón y volver al modo analógico: lápiz y papel. Hacer listas, dibujos, cuadros sinópticos. Bajar tareas o ideas a un papel de a una, escribiéndolas a mano nos permite hacer foco en lo importante, conectar con nuestra imaginación y evitar distracciones.
3 - Regalate una cita
En El Camino del Artista, la autora, Julia Cameron propone herramientas para que una se ponga en contacto con la artista que habita en su interior. Una de esas técnicas es “la cita con el artista”. Esta consiste en reservarte un tiempo a la semana para nutrir tu creatividad a través de un paseo que te divierta. Esto podría ser llevarte al cine o sumergirte en una librería o ir a recorrer un museo o un parque de tu ciudad. La idea es que al menos un rato a la semana te regales una excursión o una experiencia que abra tu imaginación, despabile tus sentidos y te traiga estímulos del afuera. Si no sos de hacer planes sola, tomalo como un experimento y registrá qué te sucede. Todo es material para tu creatividad.
4 - El cajón de la memoria
La memoria puede ser un baúl cargado de información creativa. Nuestras experiencias están llenas de colores, sonidos, sensaciones, imágenes que pueden despertar nuestra creatividad. Basta con abrir el álbum de nuestros recuerdos, y buscar ese amanecer en el campo, ese bicho exótico que encontramos abajo de un tronco, nuestro primer paseo en bicicleta … “Las prisas por dar con la gran idea nos hacen pasar por alto a menudo lo que ya tenemos”, dice Michael Atavar en Ser Creativo. También podés recordar esas veces en las que sí te sentiste inspirada. Quizás al volver a ese momento y registrar qué encendió tu llama creativa, puedas volver a replicarlo. Lo que es seguro: no es afuera, es adentro. Y es infinito.
5 - Perfecta imperfección
Otra propuesta para conectar con tu creatividad es bajarle el volumen a la exigencia y al perfeccionismo. A veces, el bloqueo viene por el miedo a fracasar o hacerlo “mal”. Como dice Michael Atavar en Ser Creativo, la creatividad es un proceso en el que cada error o intento fallido, nos hace avanzar, nos da información y vuelve a nuestro proceso más propio y único. Hacer la prueba y plantearse: “Si no tuviera que hacerlo a la perfección haría…” y ver qué sale.
6 - Movimiento genera más movimiento
Se dice que la creatividad es un músculo que se entrena y que inspirarse es una acción que requiere práctica. Por eso te recomendamos estar activa, como dice Pablo Picasso, “para que la inspiración te encuentre trabajando”. En El Camino del Artista, Julia Cameron advierte que “el ejercicio físico a menudo nos saca del estancamiento y nos lleva a la inspiración, a la solución del problema”. Podés hacer unos minutos de yoga, salir a correr o a andar en bici. Como dice el dicho: “El movimiento genera más movimiento”. Poner el cuerpo en acción, pondrá en acción tus ideas.
7 - Rituales domésticos
Como en los rituales, que a través de elementos simples y cotidianos se pueden convocar “fuerzas invisibles”, acá la propuesta es buscar alguna acción doméstica que te guste e intentar hacerla con especial atención para convocar la creatividad. Darte un baño de inmersión, prender un sahumerio y ordenar tu biblioteca o cocinar algo rico pueden ser buenas opciones para esos momentos en los que sentís que no podés cerrar un trabajo, un texto, una tarea. Cocinar, por ejemplo, tiene algo de ritual creativo: combinar colores, sabores, formas. Y además puede ser una linda forma de serenarnos, de volver a nuestro eje y registrar qué nos está pasando por dentro: si nos ponemos ansiosas, si somos capaces de tener paciencia y seguir una receta paso a paso, si queremos improvisar, probar combinaciones nuevas, etc. Consejo: poné una música que te guste de fondo, despejá tu mesada y, ¡manos a la obra!
8 - Escritura libre
Otra de las herramientas claves de El Camino del Artista son “Las páginas matutinas”. Esta propuesta consiste en “tres páginas manuscritas que expresan literalmente lo que fluye por tu mente en ese momento”. La idea de este ejercicio es no buscar escribir “bien” o “lindo”, sino simplemente usar la escritura como un canal de descarga, de catarsis. Por más que tus notas sean negativas o fragmentarias, o repetitivas o infantiles, vas a ver cómo al volver a tu rutina te vas a sentir más liberada y creativa.
9 - Inmersión en la naturaleza
La naturaleza nos regala sensaciones frescas y estimulantes. Por ejemplo, lo que sucede cuando miramos a los ojos a un perro o un gato, o cuando posamos nuestra atención en el canto de un pájaro o el sonido del mar. Entrar en contacto con la naturaleza nos enjuaga la mirada, nos devuelve la capacidad de sorpresa y, a veces, nos regala metáforas preciosas para comprender nuestro mundo. Si vivís en la ciudad, podés arrancar el día regando las plantas de tu balcón o jugando un rato con tu mascota o salir a dar una vuelta y centrar tu atención en los árboles de tu barrio o el cielo.
10 - Los demás
A veces, un otro nos trae una bocanada de aire fresco, una historia diferente, una nueva perspectiva. Las personas que nos rodean pueden ser una gran fuente de creatividad e inspiración. Cuando nos sentimos muy monotemáticas o demasiado embotadas en nuestros asuntos, una idea divertida es salir a buscar una conversación con otra persona. Puede ser una amiga, un vecino, una compañera de trabajo. Ni hablar si es un desconocido, mucho mejor. En la antigüedad los desconocidos eran considerado dioses a los que se recibía en la casa como un huésped de honor. Porque aquella persona que llegaba de lejos y nadie sabía su historia, traía otras costumbres y sabores, nuevas maneras y formas de hablar; en definitiva, gracias al desconocido se expandía el propio mundo imaginario.
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