Copenhague: sorpresas gigantes de paseo por los parques
Como en una gran búsqueda del tesoro, seis grandes esculturas en madera esperan ocultas e incentivan a explorar los espacios verdes de la capital de Dinamarca
Hace poco escuché a un turista que después de visitar Copenhague comentó: "Esta ciudad no tiene verde, es puro cemento". Le faltó dar el portazo y agregar: "No vuelvo más". Sería el colmo de una capital feliz: que sus visitantes se vayan amargados.
Pero hay que contar la historia completa, la visita de este turista duró dos días. Tiempo para conocer la peatonal Strøget de punta a punta, desde el Ayuntamiento, parar ante el Parlamento de Christiansborg, llegar a Nyhavn (el puerto de las casas de colores) y sacarse una foto en la plaza empedrada del Palacio Real de Amalienborg. Si eso fue lo que vio, se fue sin conocerla.
La capital danesa no es solo la peatonal más larga de Europa. Así sea por un viaje corto, Kastellet, Frederiksberg Have o Kongens Have son parques que se pueden visitar en el centro; y si se pone un pie fuera del mapa turístico están los bosques, donde van los locales, donde los niños del jardín de infantes visitan a su árbol amigo y la gente sale a correr después del trabajo.
Desde 2016 los bosques de la ciudad tienen una atracción extra. El artista danés Thomas Dambo realizó el proyecto Los Gigantes Olvidados. La propuesta se presenta como una búsqueda del tesoro: a partir de un mapa poco preciso, hay que descubrir seis esculturas, una por cada comuna, bajo de colina, puentes y arboledas.
Louis, Trine, Oscar, Tilde, Thomas y Freddy son obras hechas en madera reciclada, bien al estilo nórdico. Cada una tiene a sus pies una placa con un poema que sirve de pista para encontrar a la siguiente. Según Dambo, le tomó varios paseos en bicicleta confeccionar la travesía, pero consiguió diseñar una ruta con el objetivo de luchar contra el estrés de la ciudad y recordar la importancia del contacto diario con la naturaleza.
Hoy ya nadie sale a buscar Pokemones por las calles. En cambio, en Copenhague son muchos los que emprenden la excursión para cazar troles. El recorrido toma alrededor de medio día, si se tienen el itinerario y los traslados estudiados con anticipación. Hay un mapa oficial que propone una secuencia y empieza en la comuna de Rødovre. El truco está en caminar, meterse entre los abedules y mirar alrededor de las lomas. Son enormes, pero no se dejan ver con facilidad.
Louis durmiente, en Rødovre
En la zona hay un camping y un circuito para ejercicio físico. Pasan grupos en bicicleta y algunas parejas al trote. A 300 metros de la entrada, sobre la izquierda hay una elevación de tierra y plantas. Después de una lluvia fuerte el barro llega a los tobillos. A fuerza de resbalones una chica sube para descubrir a Louis que duerme reparado por los árboles.
El lugar ideal para echarse una siesta. Con señas avisa a los que pasan por debajo que ahí descansa Louis. Recordatorio para el momento de preparar la excursión: llevar calzado todo terreno.
Trine, en Hvidovre
Los pelos de paja asoman detrás de una loma, si uno va atento lo ve enseguida. Este gigante está al lado de otro monstruo de la cinematografía danesa: Zentropa. Donde termina Filmbyen, la zona que concentra a la productora de Lars von Trier, junto a otras oficinas dedicadas a la industria del cine, empieza una granja y por ahí es el camino.
Aunque parezca un campo sin nada para ver, hay que seguir hasta detrás de la colina, donde se concentran los pájaros y Trine se recuesta sobre el prado.
Oscar bajo el puente, en Ishøj
Los títulos de cada escultura son en sí una pista. En el caso de la tercera búsqueda la atención se concentra en puentes y en especial por debajo de estos. Todo el paseo bordea un lago y hay varios cruces antes de llegar al que sostiene Oscar, sentado en el agua con los brazos en alto, como para que el puente no se caiga.
Por la zona está el Museo de Arte Moderno, Arken, para tener en cuenta. Una de las muestras que se espera con expectativa este año es la de Vincent van Gogh, que empieza el 1° de septiembre.
Tilde y Thomas en Albertslund
El que quería verde, acá lo tiene. En un área amplia, hay lugar suficiente para que ambas obras estén separadas y no sea fácil encontrarlas. A pocos pasos de la caminata, una línea de banderas danesas forma un rectángulo. Un límite que pareciera decir: con invitación entras, sino seguí. Las banderas danesas de papel se usan para indicar que alguien cumple años y usar los espacios verdes como salones de fiesta es una práctica muy común.
Entre los chicos que juegan a los embolsados y los padres que sirven bebidas, un señor mayor señala un pequeño monte a lo lejos. Thomas está allá arriba. El sendero se forma por los pasos de los que ya subieron a verlo. Thomas es una reciente victima de vandalismo. Hace unos meses su cara apareció pintada con aerosol. Después de una primera reacción de bronca, Dambo hizo público su pedido para que aparezca el responsable, a quien ofreció un taller gratuito y personalizado sobre técnicas de arte callejero. Por el momento nadie dio la cara.
Para llegar a Trine hay que caminar entre 20 y 30 minutos –o pedalear–, cruzar un bosque de abedules, y cuando parece que la sombra de los árboles se termina, la vista se abre a un lago donde está Trine en la orilla, junto a dos chicos que corren a abrazarla.
Teddy, en Høje Tåstrup
El último grandulón está cerca de una sucursal de Ikea. A veinte minutos de camino desde la estación de tren, o cinco minutos en bici. Desde que empieza la senda, hasta la zona del lago, es todo campo abierto. Por la cruz marcada en el mapa, Teddy está sobre el agua. Un cisne desplumado indica que los zorros andan activos por acá. Con suerte se pueden ver ciervos, si se llega temprano y todavía no hay mucha gente. Tres grupos de familias siguen la marca del pasto pisado. Esta búsqueda es fácil porque son varios los ojos atentos. Aunque de lejos parece un árbol, es Teddy, pelado, con barba, y una mano apoyada sobre el barro. Piedra libre para todos.
Después de completar el mapa y haber atravesado tanta naturaleza en plena ciudad, nadie puede irse de Copenhague acusándola de gris. Los gigantes olvidados son un juego, un paseo y también una excusa Al menos así lo explica Dambo: "La intención de este proyecto es experimentar el contacto con los bosques, y tener presente que lo que importa no es el destino, sino el viaje".
Datos útiles
Trasnporte
Lo ideal es moverse con auto, sino combinar tren y bicicleta. Los escondites de los gigantes suelen estar cerca de una estación de tren. Hay un boleto de transporte válido por 24 horas que se puede comprar en las máquinas expendedoras de cada estación. Abarca todas las zonas y vale 130 DKK (alrededor de 17 euros). El ramal se llama S-Tog. Al viajar con bicicleta no hay cargo extra.
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