Cómo es la tendencia fantasidelic
Brillantina, juguetes noventosos y arcoíris se alían en la nueva movida de consumo que impone íconos mágicos para colorear la realidad.
De repente, empezás a ver en los Instagram de blogueras, de amigas que siempre están en lo último y de celebrities el regreso de los “Pequeños Pony” y pensás que es una movida de prensa. Puede ser..., pero también es parte de una corriente que llamamos fantasidelic, y en ella la fantasía vuelve con todo. Brillo por todos lados, juguetes de los 90 como los Trolls (peli incluida), colas de sirena, la genia de Jem con su estilo a lo David Bowie pero rosa (también con película), Hello Kitty, los inflables de donas y flamencos, unicornios hechos pines, estampados en remeras y hasta el ícono fashionizado del tercer ojo son parte de este boom fantasy que mezcla lo psicodélico, lo mágico y los colores pasteles para poner el arcoíris como epicentro.
En las campañas de las marcas de moda, en los desfiles de las Fashion Weeks más importantes, en vestuarios de recitales y hasta en las letras de canciones. Hay un aire fantástico que, bajo la bandera “nada es imposible”, propone un mundo alegre y lleno de frases positivas.
Como toda tendencia, el fantasidelic fue antes un fenómeno de nicho (hasta hay tribus urbanas extremas como los bronies obsesivos de esta estética que se disfrazan de Pequeño Pony) que logró traspasar sus propios límites por ciertos elementos que hacen match con la época, sumado a celebrities como Miley Cyrus, Nicki Minaj o Katy Perry –con su nuevo video, “Chained to the Rhythm”, o la campaña navideña que hizo para H&M–, que adoptaron la fantasía en alguna de sus variantes y la popularizan (sobre todo) en el segmento sub-25 que se manifiesta a favor del optimismo, la alegría y la felicidad, aunque sea de manera virtual.
¿Otros referentes? La siempre colorida Ágatha Ruiz de la Prada y el nuevo fenómeno Jeremy Scott con sus propuestas fashion súper pop, así como las blogueres Tavi Gevinson y su Rookie Mag o Susie Bubble. En la Argentina, marcas como Monoblock, con su fanatismo por los arcoíris; los suéteres fantasy de Agustina Saquer o firmas más comerciales que no dudan en subirse a la tendencia con colecciones místicas, coloridas y con detalles pop.
DEL NICHO A LA MODA
¿Por qué de repente “pega” y se convierte en trendy? Los sociólogos sostienen que la moda tiene ciclos que responden a cambios alternativos en los que lo “viejo” vuelve a surgir, pero modificado en alguno de sus tres componentes: forma, color o textura. El fantasidelic sería la tendencia que supondría una vanguardia anticipatoria, y luego la moda establece una relación con lo masivo e industrial del fenómeno.
En este caso, además de todo lo lindo y positivo que tienen los elementos del fantasidelic, es interesante ver cómo aparece un retorno al mundo infantil, que no solo toman adolescentes, sino también jóvenes y adultos. Esta tendencia envuelve un “volver a la infancia”, una nostalgia rosa que apela a cierta inocencia como un guiño al niño que todos llevamos dentro.
Y esta vanguardia que pone en relevancia esos elementos tiernos y puros de la infancia comenzó hace algunos años tanto en la música como en el mundo digital y la moda mediante ciertos “focos fantasidelic”.
En la música, el género vaporware apareció en 2010 para mezclar lo indie con estilos de fines de los años 70 y 80, buscando ser una crítica a la sociedad de consumo. Pero lo muy llamativo y que re pegó es su estética que mezcla paisajes, arte e imágenes con muchos filtros y efectos coloridos que distorsionan la imagen. Más allá de este género que no pasó a las grandes ligas o a ser pop, muchos festivales fueron tomando esta estética. Su Woodstock actual es el festival Nocturnal Wonderland, donde, durante tres días, la música es uno más de los condimentos sensoriales que generan un mundo alucinógeno: efectos de luces, ambientes coloridos, shows simultáneos, performers por doquier, brillos en la oscuridad y mucho, mucho LED lo hacen la meca del fantasidelic.
El mundo digital también fue adoptando ciertos elementos de la tendencia, como los filtros celestiales, los collages que invaden Instagram mezclando universos de lo mágico y lo espiritual y las aplicaciones como Fabby, en la que te ponés un fondo de colores re canchero con animalitos bailando. Y aunque Snapchat ya bajó de la cresta de la ola, no podemos olvidar que fue el pionero en popularizar y facilitar estos fondos divertidos y súper arriba y los tuneos onda princesa y hawaiana como filtros que traspasaron esa red social y capitalizaron esta tendencia.
De la mano de la música y lo digital, en la moda el mundo fantasy aparece fusionado con la estética noventosa que hoy vemos en el regreso de los pins, de los tatuajes en colores pasteles, en las estampas o patchworks de unicornios o dibujos grandes aniñados en prendas XXL y en las zapatillas con luces.
Acompaña lo beauty (¡si hasta hay brochas y pinceles inspirados en el cuerno del unicornio!) con maquillajes que, al extremo, proponen tres tendencias que luego bajan a una estética para todos los días y no tan arty: el unicorn beauty trend, que usa colores translúcidos, metálicos, con mucha iluminación y colores pasteles en uñas, ojos y, sobre todo, pelo; los mermaid lips, que proponen bocas con mucho glitter y colores fusionados; y los mermaid eyes con un súper delineado cat eye, pero con los colores que evocan a las sirenas (mirá nuestra nota de make up rainbow para ver de qué estamos hablando).
¿POR QUÉ AHORA?
Según los expertos, aparece en este presente tan repleto de problemas (de muros, enfrentamientos, crisis laboral mundial para los más jóvenes y muchos etcéteras) como una respuesta positiva o como una negación a racionalizarse como personas en un mundo no tan “feliz para siempre”. Los condimentos de fantasía y magia parecen rescatar a los jóvenes de una realidad desencantada, rigiendo la imaginación, una curiosidad sin jerarquías, donde todo es posible.
A simple vista, no solemos poder ver toda esta cronología que narra y explica de dónde viene el boom de la estampa del unicornio en una remera porque la industria de la moda vacía de contenido para transformar este concepto en mercancía. Por eso, es más que interesante poder extender la mirada y ver el inicio de esta tendencia que ya se está transformando en moda.
ESTÉTICA TOKIOTA
Japón es EL país de referencia, pero sobre todo Tokio como la megalópolis con su mezcla de lo occidental y lo oriental, el animé y el barrio más fantasy del mundo: Shibuya. (¿Se acuerdan de Shoshanna, de la serie Girls, viajando a Japón y haciéndose fan del estilo pink Hello Kitty?).
Si vamos a las profundidades de esta sociedad oriental, podemos enlazar esta estética con la necesidad histórica japonesa de dar rienda suelta a su costado infantil como un modo de contraponerse a una larga tradición de costumbres con estrictos códigos que rigen el mundo adulto. El estilo kawaii, que significa “lindo” o “tierno”, se extendió al gusto en adolescentes y personas adultas, y lo que sucede en Japón es un fenómeno que se transpola a nivel global •
¿Te va esta onda? ¿Cuál es tu fetiche fantasidelic preferido? También leé: La historia del pantalóny Lip art, la última tendencia para resaltar los labios
Expertos consultados: Gisela Laboureau, socióloga y coordinadora de la Carrera de Especialización en Sociología del Diseño (DISO-FADU-UBA); Catalina Meza Ingaramo, socióloga y directora de estudios cualitativos en Imaginaria Market Research.
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