Claves para armar un cuarto de escape (emocional)
Espacios para relajar, para practicar un hobby o para conectarse con esa emoción que te invade; te traemos cuatro propuestas, pero solo como inspiración, porque cada una armará el suyo a su medida
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Con la pandemia sentimos, más que nunca, que nuestro hogar es nuestro templo; ese espacio que nos da seguridad y bienestar, donde podemos ser nosotras, sin la mirada del otro. Llegar a casa, darse un baño calentito, preparar un té y hornear algo rico que llene de perfume cada rincón: cada una sabrá qué es lo que le gusta y le hace bien, eso que la limpia del mundo exterior y regala tranquilidad puertas adentro.
¿Qué más nos gusta de estar en casa? En ese sentido, Pinterest adelanta que este año los cuartos de escape emocional serán tendencia. Se trata de espacios o rincones específicos dentro de nuestros refugios personales donde encontrar paz, practicar una actividad que amamos o, simplemente, cambiar el mood en esos días heavies.
Diseñá tu mundo interior
La clave es mimar los sentidos. Sumergirse en el mundo interior y darse el tiempo, sin pensar en el afuera. Nada fácil, pero posible. La deco, como gran aliada, propone rodearse de cosas que hacen bien, como materiales nobles, piezas hechas a mano que cuentan historias, objetos de viajes, colores que inspiran y orden porque, recordemos, el orden visual regala orden mental.
Cada época del año, además, dirá hacia adónde ir: en verano la deco se enfocará en la frescura; y en los meses de frío buscará abrigo. La idea es generar atmósferas que inviten a disfrutar y a dejar las preocupaciones fuera de casa. La deco invita a sentirse bien, pero, para lograrlo, la actitud también es fundamental: ¡hay que aprender a desconectarse! Apagá el celu por un rato, encendé una vela o perfumá la casa, rodeate de naturaleza o practicá esa actividad que te llena el alma y, sobre todo, aprendé a desconectarte para conectarte.
Te traemos cuatro propuestas, pero solo como inspiración, porque la idea es que cada una busque eso que le hace bien y haga de su refugio.
1. Zona creativa
Desde pintar hasta tejer o tocar un instrumento: hacer algo con las manos conecta con las emociones, estimula la creatividad y favorece el autoconocimiento. Por eso, tener un espacio exclusivo puede incentivar su ejercicio y activar la voluntad. Además, permite organizarse y mantener todo en un mismo lugar.
Vía libre. Este ambiente invita a crear y a rodearse de objetos que motivan. Por eso, en cuanto a deco, ¡todo vale! Lo importante es elegir un diseño que facilite la concentración y active los sentidos.
Elementos claves. Pensá en superficies de trabajo cómodas, muebles de guardado para estimular el orden, buena luz y ventilación.
Tu mundo, tus colores. Elegí esos que te hagan sentir bien. El blanco, por ejemplo, es pureza y estimula la lucidez mental; el amarillo facilita la concentración y da alegría; el verde transmite paz y frescura.
2. Espacio verde
La naturaleza sana y conecta con lo más puro y natural: el verde aporta energía, depura el ambiente y purifica el aire. Además, cuidar plantas nos cultiva la paciencia. Durante años se creyó que nos quitaban el oxígeno y hoy se sabe que, por el contrario, colaboran con nuestra salud física y mental. Dedicarles tiempo puede resultar muy terapéutico y, si bien cada ambiente de la casa puede tener su spot verde, generar un espacio exclusivo para nuestras plantas puede servir de escape.
A las plantas les gusta estar en compañía. Este es un punto clave para diseñar un espacio lleno de verde natural. Podés agruparlas por formas o gamas de color.
Dales luz. Las plantas de hojas claras necesitan más luz que las de un verde intenso. Tip: la luz artificial –aunque no es lo mismo– también las ayuda en su desarrollo.
Estimulá su crecimiento. A todas les gustan los suelos húmedos y ricos en nutrientes. Regarlas con agua de lluvia y agregar material orgánico ayuda para que crezcan más fuertes.
3. Rincón de lectura
Crear la atmósfera adecuada para la lectura colabora con esa conexión entre una y el libro. Leer nos permite disfrutar del silencio y la quietud, mientras la mente se sumerge en historias. Para lograrlo, lo ideal es elegir un ambiente tranquilo, alejado de los ruidos de la casa y del exterior.
Hacelo propio. Equipá este espacio con algunos elementos claves, como una silla que puede ser mecedora o un sillón cómodo. Podés sumar almohadones mullidos que se adapten a una buena postura, una manta suave al tacto que sume calidez.
Buenos aliados. Una biblioteca para organizar los libros y una mesita auxiliar como superficie de apoyo también son claves. Si tenés poco espacio, los canastos y revisteros son una alternativa atractiva para mantener el orden.
La luz correcta. La iluminación es un punto fundamental. Siempre que sea posible, conviene armar el espacio cerca de una ventana para aprovechar la luz natural y sumar iluminación artificial. Si no fuera posible, las lámparas de pie con brazo articulado son una buena opción para direccionar la luz sin que genere brillos ni sombras incómodas.
4. Cuarto zen
Está demostrado que treinta minutos diarios de meditación modifican nuestra respuesta habitual a los problemas diarios y nos llevan a relajarnos y reducir el estrés.
Espacio de calma. Es muy importante crear una atmósfera de paz que nos permita hacer ese viaje a nuestro mundo interior. Apostá a diseños orgánicos que conecten con lo natural, colores tierra, buena circulación de aire, plantas que purifiquen y puntos de luz tenue.
Materiales nobles. Al momento de diseñar, conviene optar por la madera, lámparas de fibras naturales, textiles livianos como el lino o el algodón, velas aromáticas y pocas piezas de deco, pero bien pensadas.
“Pensemos en diferentes espacios de pausa”, por la Lic. Denise Espiño, psicóloga
Generar espacios de rescate emocional permite reconectarnos con esos escenarios que vivimos en nuestra primera infancia. En el jardín de infantes, jugar en los diferentes rincones nos daba la posibilidad de desplegar nuestra personalidad en escenarios diversos y desafiarnos también ante la mirada del otro. En la vida adulta, estos nuevos espacios nos dan la oportunidad de redescubrir rincones poco explorados en la infancia o, incluso, redefinir lugares de nuestra persona.
Pensemos en diferentes espacios de pausa, en los cuales animarnos a experimentar sensaciones, dándonos el tiempo para que surja o, simplemente, que nos reconforte estar ahí. Lo importante es identificar lo que nos hace bien y nos genera comodidad. Nuestra casa, nuestro lugar y nuestra intimidad son espacios suficientes para experimentar la paciencia, la tolerancia, los tiempos y las nuevas propuestas de búsqueda personal.
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