Cien años de soledad
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo."... Estamos frente a uno de los mejores comienzos de literarios de la historia, solo superado quizás por el de la Biblia: "En el principio creo Dios el cielo y la tierra".
Por si no lo reconocieron, así es como empieza Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Marquez, considerada una obra clave del boom de la literatura hispanoamericana de los años 60, un fenómeno editorial que puso a los narradores del continente en la escena mundial.
Es, también, la pieza más perfecta del género "realismo mágico", un tipo de relato en que lo cotidiano se entremezcla con hechos maravillosos que los personajes viven como natural.
Cien años de soledad, fue considerada por la Real Academia Española y por la Asociación de Academias de la Lengua Española como una de las novelas imprescindibles del siglo XX; es la mejor de la historia de las letras hispánicas después de Don Quijote de la Mancha.
García Marquez recibió el Nobel de Literatura en 1982 y como periodista creó la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano que organiza talleres y seminarios de formación e intercambio entre periodistas, premios y otras instancias de estímulo al desarrollo profesional.
Dicho esto, paso a contarles que mi intención es que leamos juntos Cien años de soledad en las próximas dos semanas.
La leí hace mucho y tengo imágenes guardadas en mi memoria. No recuerdo sucesos, sólo buscando referencias podré adelantarles algo de la trama, pero sí conservo la sensación, ciertas palabras que resuenan en mi mente y juraría que tienen poderes.
Un punteo, un mapa de ruta, para perderse en Cien años de soledad
Quisiera dejarles una guía de lectura, alguna lista de los motivos por los que hay que leer esta novela, alguna reseña que les anticipe con qué se van a encontrar (quienes no la leyeron) pero sería terriblemente deshonesta. Me resultaría imposible una lectura lineal, una explicación fría, todo lo que decantó de la lectura hace veinte años por lo menos, son esas emociones que les comenté y, como si fuera un viaje, el recuerdo de unos sitios y personajes que espero revisitar.
Los Buendía. La novela narra la historia de siete generaciones de la familia Buendía y aunque el autor lo hace con maestría es fácil que como lectores nos dispersemos entre tantos Aurelianos, Josés y Arcadios que combinados entre sí dan nombres a los hijos, los nietos y los tataranietos. Un truquito para no perderse es anotar los nombres en un cuaderno o armar un árbol genealógico (hay muchos en google).
" Años después, en su lecho de agonía, Aureliano Segundo había de recordar la lluviosa tarde de junio en que entró en el dormitorio a conocer a su primer hijo. Aunque era lánguido y llorón, sin ningún rasgo de un Buendía, no tuvo que pensar dos veces para ponerle nombre. -Se llamará José Arcadio -dijo. Fernanda del Carpio, la hermosa mujer con quien se había casado el año anterior, estuvo de acuerdo. En cambio Úrsula no pudo ocultar un vago sentimiento de zozobra. En la larga historia de la familia, la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones que le parecían terminantes. Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un signo trágico. Los únicos casos de clasificación imposible eran los de José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo. Fueron tan parecidos y traviesos durante la infancia que ni la propia Santa Sofía de la Piedad podía distinguirlos. El día del bautismo, Amaranta les puso esclavas con sus respectivos nombres y los vistió con ropas de colores distintos marcadas con las iniciales de cada uno, pero cuando empezaron a asistir a la escuela optaron por cambiarse la ropa y las esclavas y por llamarse ellos mismos con los nombres cruzados."
Macondo. El pueblo imaginario donde transcurren los cien años de la historia de los Buendía, sus fundadores.
"Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo" .
Elementos bíblicos. Hay un diluvio que deja al pueblo en ruinas, una profecía, el tabú del incesto, un apocalipsis. Todo esto atravesado por el relato de la vida cotidiana cargada de sucesos mágicos, todos presentados como parte de una realidad absolutamente verosímil que ningún lector osaría discutir.
"- Es qué uno se puede casar con una tía? - preguntó asombrado.- No solo se puede – contestó el soldado, - sino que estamos haciendo esta guerra contra los curas para que uno se pueda casar con su propia madre. Quince días después desertó. Halló a Amaranta más ajada que el recuerdo, pero mas febril que nunca en las tinieblas del dormitorio, más desafiante en la agresividad de su resistencia. - Eres un bruto – decía Amaranta, - no es cierto que se pueda hacer esto con una pobre tía, como no sea con una despensa especial del Papa. Aureliano prometía ir a Roma, prometía recorre Europa de rodillas y besar las sandalias del Sumo Pontífice, solo para que ella aceptara.- No es solo eso – decía ella.- Es que nacen los hijos con cola de puerco. - Aunque nazcan armadillos – suplicaba."
Latinoamérica. El carácter y la situación del continente en relación al mundo atraviesa todo el relato. Hay una compañía bananera que se instala en el pueblo y es fuente de trabajo como de corrupción. Es la parte de realidad en el realismo mágico de la novela.
"José Arcadio Segundo y los dirigentes sindicales que habían permanecido hasta entonces en la clandestinidad, aparecieron intempestivamente un fin de semana y promovieron manifestaciones en los pueblos de la zona bananera. La policía se conformó con vigilar el orden. Pero en la noche del lunes los dirigentes fueron sacados de sus casas y mandados con grillos de cinco kilos en los pies, a la cárcel de la capital provincial. Entre ellos se llevaron a José Arcadio Segundo y a Lorenzo Gavilán, un coronel de la revolución mexicana, exilado en Macondo, que decía haber sido testigo del heroísmo de su compadre Artemio Cruz. Sin embargo, antes de tres meses estaban en libertad, porque el gobierno y la compañía bananera no pudieron ponerse de acuerdo sobre quién debía alimentarlos en la cárcel. La inconformidad de los trabajadores se fundaba esta vez en la insalubridad de las viviendas, el engaño de los servicios médicos y la iniquidad de las condiciones de trabajo."
Melquíades y sus pergaminos. Es la parte más mágica del género. El gitano, amigo de la familia visita Macondo cada año, trae inventos y novedades del mundo exterior. Un año no lo reconocen y es porque el pueblo fue afectado por la epidemia del olvido. Además, explica que aunque murió en uno de sus viajes, decidió volver porque no aguantaba la soledad. A su regreso del mundo de los muertos compone una serie de manuscritos que resultan predecir toda la historia de la familia Buendía.
"Aureliano no pudo moverse. No porque lo hubiera paralizado el estupor, sino porque en aquel instante prodigioso se le revelaron las claves definitivas de Melquíades, y vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y espacio de los hombres… Aureliano no había sido más lúcido en ningún acto de su vida… porque entonces sabía que en los pergaminos de Melquíades estaba escrito su destino. Era la historia de la familia, escrita por Melquíades hasta en sus detalles más triviales, con cien años de anticipación. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra."
Próximo encuentro jueves 2 de marzo
Espero que les haya gustado la idea de leer juntos Cien años de soledad. Espero de acá a la semana próxima sus comentarios sobre esta y otras obras de Gabriel García Márquez, sobre el género realismo mágico, autores, músicas, películas, anécdotas, interpretaciones, todo lo que nos enriquezca y nos aliente a compartir esta obra.
Cariños,
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