Boston, un diez en historia
En la Costa Este, la tierra de los Patriots, campeones del Super Bowl, invita a viajar al pasado, revivir los tiempos de la independencia y conocer las mejores universidades
Desde el momento en que llegué a Boston rompí con la premisa que me había propuesto: no compararla con Nueva York. Me habían anticipado que los bostonianos odian la comparación, siempre sintiéndose en la obligación de probar que su ciudad no es inferior a Manhattan.
Pero la cercanía no ayuda. En poco más de cuatro horas, diversas frecuencias diarias de micro, con tarifas desde US$ 15, unen la ruta Nueva York-Boston hasta South Station, el hub de transporte más grande de la ciudad, en pleno centro. Es posible pasar de una metrópoli a otra en apenas una siesta.
Boston no es para nada parecida a Nueva York. La ciudad más grande de la zona de New England es compacta, limpia y se deja andar fácilmente. Con un población de sólo 600.000 habitantes (¡13 veces menor que Manhattan!, última comparación, prometo), se aprecia como una pequeña ciudad con una población hipereducada.
Las callecitas angostas y construcciones de ladrillos le dan un aire distintivo europeo. También tiene toques modernos. Esa combinación armónica entre edificios altos y espejados con otros en cemento antiguo y calles empedradas le forjan su personalidad inigualable.
El invierno es frío, muy frío, como en tantas otras ciudades del noreste, y es preferible evitarlo. No sólo porque es una ciudad para caminarla con tranquilidad, sino porque las otras estaciones se disfrutan a pleno. Otoño y primavera son coloridas, y el verano no es sofocante. La máxima no suele pasar de los 27 grados.
Sendero de la Libertad
El Freedom Trail (Sendero de la Libertad) es el paseo más turístico que tiene Boston. A lo largo de cuatro kilómetros esta caminata pasa por 16 sitios, muchos históricos relacionados con la época de la revolución. Puede tomar un tour guiado con hombres disfrazados de época, con gorros de tres puntas, o bajar su propio mapa de la aplicación Freedom Tour, o Freedom Walk, y seguir su itinerario. En el camino se encontrará también con el centro y su peatonal, justo donde Winter St cambia de nombre a Summer St y la estación del subte se llama Downtown crossing, o cruce céntrico. Además de pasar por la librería más antigua del país; la iglesia más añosa de la ciudad; la casa del patriota Paul Revere, que es la estructura más vieja del centro de Boston; o la Old State House, desde donde se realizó la primera lectura pública de la declaración de independencia el 18 de julio de 1776; también se puede combinar con el paseo de compras en Faneuil Hall, que abarca los edificios South Market, North Market y Quincy Market. Se trata de una zona peatonal empedrada, que agrupa a estos galpones antiguos de ladrillo a la vista. En el North y South Market se alojan más de cien marcas, desde Abercrombie & Fitch o Uniqlo, hasta carritos callejeros. El Quincy Market Place parece por fuera un templo romano, con gordas columnas circulares, pero es un patio de comidas con 50 lugares para elegir y un piano en el centro, abierto a quien quiera tocarlo.
La punta norte del sendero o north end, donde está Little Italy, es la parte más pintoresca del Freedom Trail. El cruce del río Charles otorga una vista abierta y desde la US Constitution, una antigua fragata de guerra con más de 200 años y última parada del circuito, se obtiene una foto fascinante del centro de Boston.
Pero en esta ciudad hay mucho más que historia. El T (como se le llama aquí al subte, abreviación de MBTA, Massachusetts Bay Transportation Authority) me traslada a Back Bay, donde además de admirar la librería, un edificio emblemático e imponente de esta ciudad, conduce también a Newbury Street, una callecita de casitas pintorescas convertidas en negocios.
De estilo victoriano, estas construcciones tienen unos pocos escalones desde la vereda hacia arriba y abajo, con sus ventanas salientes. Por eso, los locales se enciman de a dos unos sobre otros. Arriba puede haber una vidriera con elegante indumentaria, pero debajo de nuestros pies se recluye un pintoresco café en estos semisubsuelos.
No son más de siete cuadras, pero vale la pena caminarlas a todas. En una punta, rozando Massachusetts Ave, hay casas regulares como Urban Outfitters, Forever 21 o Uniqlo. Mientras se circula hacia el Este hay negocios de mayor nivel, hasta llegar a Arlington Street y la imponente construcción que alberga la casa de decoración Restoration Hardware, y también marcas como Chanel o Burberry.
Dos cuadras al norte de allí está Commonwealth Avenue, un área residencial, por cierto bien costosa para vivir en Boston. Frente al bulevard, donde ahora una parejita pasea a su yorkshire, están las suntuosas casas victorianas. Muchas hoy son condominios, pero algunas permanecen como casas particulares.
Cinco cuadras más al Norte se encuentra el río Charles, que nos separa de Cambridge. Es una buena oportunidad para acercarse y caminar por la costanera, en la llamada Esplanada. Se trata de un espacio verde estrecho que se extiende por 4,8 kilómetros de río, desde el Museo de Ciencias hasta el puente de la Boston University. Además de vistas y paisajes naturales entrecruzados por senderos para caminar, correr o andar en bicicleta (se ofrecen en alquiler), el parque regala conciertos en los meses de verano en el Hatch Shell, y películas al aire libre cuando cae la noche. Se imparten clases de gimnasia tres veces por semana, desde zumba y yoga hasta crossfit, y por una pequeña tarifa también se puede pasear en góndola veneciana, con el timonel en su traje característico, por el río Charles. Recuerde venir con buen clima, incluso los baños del parque cierran en invierno.
Harvard, una ciudad aparte
La influencia de cerca de 100 universidades y comunidades de emprendedores en Boston sobrepasa el pequeño tamaño de esta ciudad en el mapa. Harvard y MIT, dos de las principales universidades del mundo, residen aquí, en Cambridge.
El T nos lleva directamente a Harvard Station. Un enorme portón en hierro, sostenido por antiguas columnas de ladrillo oscuro muestran el límite de Harvard yard, el predio principal de la universidad más antigua de Estados Unidos. El turista puede pasar, pero un cartel de bienvenida informa algunas reglas fundamentales: el horario de visita es de 8 a 17, y se ruega respetar la privacidad de los alumnos sin tomar fotos hacia adentro de las clases ni en los edificios de viviendas. Algunos internos han manifestado sentirse los protagonistas de un zoológico. Discreción, y a usar la cámara con prudencia.
Si bien hay tours guiados gratuitos, también se puede recorrer bajando la aplicación Harvard Official Mobile Tour, para obtener información y algo de historia acerca de los edificios más emblemáticos.
Son muchos los curiosos que caminan por los jardines bajo los árboles ocres entre edificios de varios siglos. De golpe desaparece el ruido y el campus deja al descubierto su imponencia, con su extenso verde, la iglesia, la biblioteca universitaria más grande del mundo con 17 millones de libros, o museos como el Peabody de arqueología o el Sacker de arte. Pero Harvard no es sólo lo que acontece dentro de los portones de Harvard yard. La ciudad universitaria se extiende por cuadras y cuadras, e incluso cruza el río Charles para continuar con la escuela de negocios y el campo de deportes.
El pulso late en Harvard Square, la plazoleta donde se reúnen muchos cafés, restaurantes, librerías, y negocios. Donde los estudiantes dejan estacionadas sus bicicletas. Shake Jack es un mítico lugar de hamburguesas, pero cuando vienen los padres con billetera generosa suelen llevar a sus hijos a comer a Harvest. El paseo por Harvard puede tomar unas cuatro horas o más, trae lecciones de historia y también aporta datos curiosos sobre esta casa de estudios, que cuesta unos 63.000 dólares al año, si bien el 70% de su alumnado recibe ayuda financiera. No hará falta tomar nota. Afortunadamente todo lo que uno aprenda no tendrá que rendirlo en un examen.
Datos útiles
Cómo llegar. Desde Nueva York distintas compañías unen el tramo con Boston, depende el día de la semana y el horario el ticket por cada tramo va de US$ 15 a US$ 33. Algunas compañías son Megabus (us.megabus.com); Bolt Bus (www.boltbus.com); Greyhound (www.greyhound.com); Lucky star (http: /www.luckystarbus.com).
Cómo moverse. Por ser una ciudad pequeña y caminable, no hay necesidad de alquilar auto. La red de subte es bien amplia, se llama T (abreviación de MBTA, entidad que regula el transporte). Se debe adquirir un CharlieTicket y cargarle dinero ($2,75 cada tramo), o sacar un pase por el día $12; o US$ 21,25 por 7 días para viajes ilimitados en subte, bus, ferry o la primera zona de tren.
Dónde hospedarse. Boston es compacta y segura. El lugar donde parar no es crítico. No obstante, si el objetivo es estar cerca de los lugares históricos Omni Parker House suele tener buenas promociones (desde US$ 130 la noche más impuestos). Es un hotel histórico en un lujoso edificio sobre el Freedom Trail. www.omnihotels.com/hotels/boston-parker-house. Back Bay también es una zona popular para el turismo, si la idea es salir de noche y estar cerca de tiendas y restaurantes. Copley Square tiene una ubicación central con tarifas desde US$ 150 la noche más impuestos. www.copleysquarehotel.com
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