Arte colaborativo: se conocieron en un show e idearon una marca de moda

Con la cuarentena, y frente a la imposibilidad de seguir expandiendo su negocio de forma presencial, idearon un plan para darse a conocer que fue un éxito.

8 de abril de 2021
12:56
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Actualizado el 5 de marzo de 2023

Felicitas Ramallo y Jordi Bargo, los creadores de Somos Molde (PH: Sol Torres Zavaleta).

Felicitas Ramallo (28) -Felu- y Jordi Bargo (25) se conocieron en un show de la banda de Jordi. Fue el puntapié inicial para empezar a salir y, poco tiempo después, lanzar Somos Molde, una marca de indumentaria independiente, unisex, basada en el arte colaborativo.

“Empecé a hacerle prendas a Jordi: telas estampadas con diseños exlusivos. Cuando iba a tocar, todo el mundo nos quería encargar una. La demanda vino hacia nosotros. Además, hacía rato que me hacía ruido diseñar ropa solo para mujeres y quería hacer algo más inclusivo”, relata Felu, que trabaja en el rubro hace años. Con la cuarentena, esa chispa inicial se volvió un emprendimiento formal. El encierro les dio el tiempo para pensar el target, la comunicación y el plan de Somos Molde. Decidieron que sea una plataforma artística que se expresa desde la indumentaria. “Queremos que los clientes sean conscientes del trabajo que hay atrás de cada prenda. Nuestra ropa tiene etiquetas en las que aparecen todos los nombres de las personas que pasaron por el proceso para realizarla”, señala Jordi.

El arte a la calle

En plena pandemia, donde los museos y galerías estaban cerrados, las prendas de Somos Molde fueron pensadas como obras de arte portables. “No queríamos que simplemente fueran un trapo que se pone sobre el cuerpo, sino una obra que comunica”, explica Felicitas. Las prendas coloridas buscaban, además, traer algo de felicidad al ánimo gris que se vivía.

Hicieron una convocatoria a diferentes artistas y armaron una hoja de ruta pensando estratégicamente en las intervenciones que cada uno podía hacer. Enviaron un conjunto de prendas en una caja con una invitación muy simple: que cada uno sublimara su arte y la prenda pasara de mano en mano, previa sanitización. Dieciocho artistas de diferentes disciplinas participaron de la primera cápsula. Jordi asegura: “Queríamos que fuera una plataforma de difusión para todos, por eso pensamos en esta colaboración”.

La moda como plataforma de difusión

El gran desafío al comenzar en aislamiento fue que la gente no podía ver, tocar, ni probarse la ropa. Las redes sociales de cada uno de los artistas que participaban se volvió una avalancha de exposición. “Había ciertas normas dentro del circuito, donde el artista anterior etiquetaba al siguiente y así se generaba intercambio en redes. A medida que se abrían las restricciones, empezamos a ir empilchados a movidas de amigues”, cuenta Felu.

Tal fue la expansión de su marca, que muchos artistas les escribieron para formar parte. Pero era imposible incluir a todos. Así que decidieron abrirlo a votación y que el público eligiera qué artistas se incluían en el circuito. “Eso estuvo fantástico, porque el tráfico de Molde esos días se multiplicó por mil”, recuerda Felu y asegura: “También nos alertó de que claramente hay una necesidad de esta cuestión artística colaborativa. La gente se involucra mucho y puede ser muy gratificante”.

Los consejos de Felu y Jordi

“Sé muy responsable con tu proyecto. Emprender no es solo tener una idea y empujarla. Para que esa idea funcione hay que evaluar lo que implica. Escribir todo te simplifica un montón tomar decisiones”.
“El futuro es colaborativo. Mirá a las personas que tenés cerca, siempre hay alguien que tiene algo para dar. También sé lo suficientemente humilde para animarte a pedir ayuda, escuchar las críticas y construir a partir de eso”.
“No pongas tu ego en lo que creás. Está buenísimo armar proyectos en equipo. Cuando hay otras personas involucradas, el apoyo es mucho más grande y te sirve para sortear los días malos del emprendimiento”.
“Para emprender en pareja es necesario separar la relación profesional de la personal. Encontrar un espacio para cada una. La clave es la comunicación instantánea, no hay otra”.