Amor a distancia
Hola Cari!
¡Qué lindo tu último post contado sobre cómo pasaste tu cumple! Me imagino a todos celebrando tu día en distintas partes del mundo, y realmente me parece súper. No importan los husos horarios, ni nada. En lugares bastante distantes entre sí del globo, se celebraba tu cumple.
Para acompañar, esta canción genial de Sheryl Crow:
Hoy quiero abrir una nueva ventana en nuestras columnas y que charlemos un poco de algo. Me gustaría que charlemos sobre el amor de pareja a distancia. Un tema bastante particular y complejo la verdad, pero que creo, podemos sacar algo interesante los dos.
El texto que sigue, con sus detalles y omisiones, es una libre interpretación y mera deducción sobre hechos cercanos que he atestiguado el último mes en dos personas de mi entorno.
Roberto conoció a Annette en una librería. Ella estaba de vacaciones y buscaba un libro para leer en sus viajes y el buscando el nuevo disco de su banda favorita. Una sugerencia sobre el nuevo sonido de la banda predilecta de Roberto por parte de ella, desencadenó en dialogo. De a poco se fueron conociendo, y una noche se encontraron riéndose de sus experiencias y vivencias. Estaban cerca y sus hombros se tocaban. Incluso más de una vez, sus manos se encontraron buscando el mismo vaso de cerveza. Empezaba a haber química entre ambos y el amanecer los encontró por primera vez arrojados despreocupadamente sobre sábanas blancas mientras sus ojos cerrados se enfrentaban. Internamente se prometían mil cosas a sí mismos, intentando ponerle riendas y montura a algo que les picaba en el plexo y les inquietaba la boca.
No fue la única vez que la estrella más brillante de nuestro sistema los encontró asi. Fueron dejándose entrar y ser, con nervios y frescura, con sutileza y desmadre en 15 minutos. Roberto incluso se regocijó en sus entrañas de felicidad cuando Annette gustosamente no solo se mostró interesada por la invitación de el a verlo actuar en una obra de teatro independiente en la que participaba, sino que también fue a verlo y le trasmitió energía y sonrisas todo el tiempo. Entusiasmada y alegre, no ahorró palabras para contarle su parecer sobre la obra y la actuación personal de Roberto. Estaba fascinada y le encantaba poder hacerle llegar sensaciones de seguridad y confianza. Su apoyo era real y total.
Pasaron cerca de 5 semanas cuando ambos empezaron a ver que el ave que volaba lejos allá en el horizonte con un boleto de ida a Francia con el nombre de Annette comenzó a acercarse inminente hacia ellos. Sabían que el vuelo del ave era determinado, firme e ininterrumpible. Se avecinaba una distancia que temían e intentaban obviar todo el tiempo.
Una tarde Annette, mientras tomaba un rico té de hibiscos que Roberto le había preparado, le ofrecía a él, su pequeño amor vacacional, la oportunidad de irse con ella a Francia y ser parte de su restaurant bohemio de comida francesa para turistas. Roberto tenía todo en su país, su teatro, sus compañeros, sus alumnos eventuales, su familia. Pero sentía que correr detrás del corazón de ella valía la pena. El plan sin embargo, no era inmediato. Tenía que conseguir el dinero y cerrar muchas cosas de su vida de la manera más prolija y políticamente correcta antes de ir a perseguir mariposas. Y la gran sombra tiñó su mente por muchos días por venir. Se preguntaba si durante los meses que estuvieran si verse, no podría todo esfumarse. Si realmente era posible encarar una relación a distancia o no.
Este pequeño texto que escribí existe solo para intentar ponernos en situación nada más y pensar cuán posible es una relación a distancia. ¿Nos permitiríamos algo así? ¿Cuánto podríamos arriesgar nuestro ser? ¿Dejaríamos que algo similar nos sucediese?
Un beso
Muack
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