Son cada vez más las obras que se instalan en distintas terminales del mundo, ya sea para hacerlas más amigables como para paliar el malhumor de las esperas.
Andar a las corridas es lo más habitual en los aeropuertos, aunque hay algunos que merecen momentos de contemplación y tranquilidad.
Si bien la creciente presencia del arte en las terminales internacionales no es una novedad -ya en 1998 el Aeropuerto Internacional de Philadelphia inauguró su programa de exhibiciones-, sí hay que destacar los esfuerzos para mejorar la calidad, variedad y originalidad de las obras expuestas. Actualmente, algunas de las exposiciones más llamativas son:
Qatar. Inaugurado a pura pompa en mayo de 2014, el Aeropuerto Internacional de Doha es el hub más moderno del mundo. Desde una pileta cubierta de 25 metros de largo hasta barras de cafetería bañadas de oro, las obras de arte no podían faltar en este espacio de lujosa extravagancia.
Así, el hall principal está presidido por un impresionante oso de peluche de 7 metros de alto, una escultura del suizo Urs Fishcer donada por la jequesa de Qatar (adquirida por 6 millones de euros) y que, además, funciona como una lámpara. Eso sí: no es peluche, sino bronce pintado de un amarillo brillante.
Por su parte, el famoso escultor Tom Otterness diseñó un área de juego compuesta por gigantescas esculturas de bronce, mientras el holandés Tom Claassen hizo su aporte con otras 14 figuras, también en bronce, de los oryx, antílopes nativos de la Península Arábiga (están en la zona de arribos).
Houston. Dicen que casi todos los museos de esta vibrante ciudad texana fueron fundados por mujeres, en su mayoría esposas aburridas de ricos petroleros. Hay que decir que estas damas hicieron un trabajo excepcional, con 18 museos de las más diversas disciplinas sólo en el Museum District. La movida artística de la ciudad tiene una presencia tan relevante que parte de ella se ha trasladado a sus tres aeropuertos. Sólo en la flamante terminal internacional de William P. Hobby, inaugurada en octubre de 2015, se han incorporado siete nuevas esculturas a gran escala de arte contemporáneo (creadas por artistas locales, regionales e internacionales, entre ellos el brasileño Henrique Oliveira).
Con una colección de unas 200 obras entre pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones, los tres aeropuertos cuentan con una de las mayores colecciones de arte público en el estado de Texas.
Los Angeles. La idea del estudio canadiense Moment Factory fue recuperar la magia de viajar, engullida hace tiempo por los tediosos controles aeroportuarios, los vuelos atrasados, el equipaje perdido o la incomodidad en general . De esta manera, cubrió los pasillos, paredes y otras superficies del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) con enormes instalaciones 3D interactivas, el mayor sistema multimedia de cualquier terminal norteamericana. La atracción principal es la Time Tower o Torre del Tiempo, un cuadrilátero de 22 metros de alto que rodea los ascensores principales del aeropuerto. La torre está revestida con pantallas que cobran vida y adentran al viajero en paraísos tropicales, bailarinas, homenajes al cine mudo y ciudades atrapantes. También incluye una superficie interactiva que reacciona a los gestos de los pasajeros, cambiando los efectos visuales en forma constante.
Tokio. En el Aeropuerto Internacional de Narita, Toto (celebrado fabricante japonés de inodoros) ha creado una curiosa galería... dentro de los baños públicos de la Terminal 2. El estudio de arquitectos Klein Dytham se encargó del diseño, que incorpora unos paneles exteriores de neón con proyecciones de sombras bailando, murales del Monte Fuji (y otros paisajes icónicos del país), luces cambiantes o videos sobre temas como el agua. La idea detrás de la propuesta -que ha nadie deja indiferente- es demostrar a los pasajeros extranjeros las maravillas de los inodoros Toto, aquellos con luces, música, desodorizadores, asientos calefaccionados y un sinfín de lujos tecnológicos, hoy día tan propios de la cultura japonesa como el sushi o las geishas.
Recife. Si hay algo de lo que el pernambucano se enorgullece es de su gente y su cultura. Y nada mejor que el Aeropuerto Internacional de Recife Guararape para divulgar el arte de ese estado del nordeste brasileño, de la mano de artistas locales como João Câmara, José Cláudio, Gil Vicente, Pedro Frederico o Abelardo da Hora. También, del hijo dilecto de Pernambuco, Francisco Brennand, el consagrado artista de 88 años que también es conocido como "el Gaudí brasileño", de cuya autoría es el gran mural de cerámicos ubicado en la entrada de los salones de embarque.
Singapur. Kinetic Rain o Lluvia Cinética es el nombre de esta hipnótica instalación de la Terminal 1 del aeropuerto de Singapur, la mayor escultura cinética del mundo.
Las 608 gotas de aluminio flotan y bailan con gran precisión, unidas por un cable de acero a unos motores instalados en el techo que las coordina y mueve armoniosamente, como si se tratara de una especie de ballet metálico. En su gracioso baile adquieren diversas formas, una coreografía de cerca de 15 minutos que mantiene a los pasajeros encandilados, acaso la mejor forma de olvidarse por un rato de las fastidiosas demoras y reprogramaciones de vuelos.
Amsterdam. No todo es interactivo, 3D o llanamente insólito. El arte en sentido tradicional, el de un cuadro colgado en una pared, también está presente en más de un aeropuerto. En Amsterdam, por ejemplo, los pasajeros pueden contemplar algún Rembrandt, d'Honedecoeter o Van Gogh en la exposición permanente que el Rijksmuseum mantiene en el aeropuerto de Schipol. El museo es totalmente gratis, ofrece exposiciones actualizadas cada pocos meses y abre todos los días de 6 a 20. Inaugurado en 2002, fue el entonces secretario de Cultura, Rick van der Ploeg, quien propuso sacar a la luz obras que suelen languidecer durante años en los depósitos de los museos para colgarlas en espacios tan públicos como un aeropuerto.
Finlandia. En el aeropuerto Vantaa de Helsinki no sólo hay arte en el sentido tradicional, sino que la terminal cuenta también con exposiciones centradas en la fotografía y la moda. Es más: el próximo 26 de mayo, transformará su pista número 2 en una pasarela. Siete diseñadores top de China, Corea, Japón, Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Finlandia presentarán sus nuevas colecciones en el evento, cuyo fin es crear conciencia de las conexiones que existen ente Asia y Europa a través de Finnair.
Atlanta. El ex alcalde de la capital del estado de Georgia, Maynard H. Jackson, no sólo le dio el nombre al aeropuerto local, sino que insistió para que la terminal, finalizada en 1980, se situara a la vanguardia del arte contemporáneo en la región. De esta manera, con una inversión de 5 millones de dólares en esculturas, pinturas y hasta una araña de cristal de Swarovski, el aeropuerto se transformó así en motor de la vida cultural y artística de la ciudad.
Una gran instalación de la artista Amy Landesberg, valorada en un millón y medio de dólares y hecha con vetas de madera de 29 especies de árboles en peligro de extinción, acapara gran parte del protagonismo. No es la obra más cara: el título corresponderá a la todavía inconclusa Flight Paths, un bosque virtual con luces, cantos de pájaros y hasta una fina llovizna, que unirá las terminales A y B. El precio de esta relajante instalación será -por ahora- de 4 millones de dólares.
Buenos Aires. Pocos pasajeros saben que el mural "Eclipse" (2001) que los despide en el aeropuerto de Ezeiza es una creación de Rogelio Polesello, el genial artista argentino fallecido hace dos años. Una extensa línea cóncava de brillantes colores (marca registrada del autor), de 30 metros de largo y 2 de altura, se extiende de Este a Oeste en la terminal A.
Mucho antes, en 1974, Aerolíneas Argentinas le había encargado dos grandes murales a otro destacado artista argentino, Pérez Celis (murió en 2008), también para el Aeropuerto Ministro Pistarini. Llamados Vuelo Pampa, uno de ellos era de madera lustrada y el otro, de acero inoxidable, aunque lamentablemente fueron retirados de la terminal.