9 razones por las que Islandia es el mejor país para ser mujer
Nuestro primer contrincante en el Mundial –la isla de hielo, según su nombre literal, habitada por 330 mil personas- es conocida por sus días eternos en verano (y sus largas noches en invierno), por su diosa pop Björk, y en los últimos años por algo más: se convirtió en la tierra prometida para todas las mujeres del mundo.
No por nada, Islandia lleva tres años liderando el ranking de igualdad de género del Foro Económico Mundial y la revista Newsweek la marcó como el mejor país para ser mujer.
Te contamos nueve puntos que nos hacen querer armar las valijas y salir volando para allá.
1- Derechos parentales de avanzada
A la hora de dar a luz en Islandia quien está en el mando es la partera, no el médico. Esas profesionales, que hacen una carrera universitaria de siete años, van a la casa de la mujer si ella lo solicita. En el caso de que la madre quiera tener a su hijo en un hospital, puede elegir una cama matrimonial para que su marido la acompañe.
Pero además, las madres –y los padres- islandeses tienen derecho a un total de nueve meses de licencia: tres meses para ambos, más tres meses para la madre y otros tres a repartir entre los dos. Desde que la ley entró en vigor hace nueve años, fue todo un éxito: en el 2009 se beneficiaron más del 85 por ciento de los padres. Esto permite una división más igualitaria del trabajo del hogar, prerrequisito para la igualdad en el mercado laboral. El objetivo es que los hombres sean como las mujeres a la hora de ausentarse del trabajo. No sólo los primeros meses de vida de un hijo, también cuando se enferma o para salir pronto para buscarlos en el colegio.
¡Además hay una red de guarderías públicas! Antes sólo había para madres solteras. Era una urgencia, porque es clave para la participación de las mujeres en el mercado laboral.
2. Hay alta participación femenina en política
Ya en 1980, Vigdís Finnbogadóttir, una madre soltera, fue la primera jefa de Estado democráticamente elegida del mundo. Hoy, las mujeres representan el 43 por ciento en el Parlamento y el 40 por ciento en los gobiernos municipales. El Gobierno está liderado por Katrín Jakobsdóttir, una ambientalista feminista de 41 años que dirige un gabinete paritario. Consiguió unir a la derecha y la izquierda para formar una coalición bajo su mandato. Su campaña electoral se centró en varios puntos: acabar con la desigualdad de género, luchar contra el cambio climático, mejorar la sanidad, la educación y los derechos de la comunidad LGTB+. Su principal respaldo fueron las mujeres y los votantes más jóvenes, entre 18 y 29 años.
3. Se ilegalizó la compra de servicios sexuales
Comprar servicios sexuales está penalizado. La política, al igual que en Suecia y en Noruega, es castigar al cliente y no a la prostituta. También se prohíben la publicidad o el lucro de la prostitución.
En 2010, Islandia se convirtió en el primer país que prohíbe, por motivos no religiosos, los clubs de striptease, al considerarlos tapaderas de prostitución, trata de mujeres y otras actividades delictivas.
Mientras en la mayoría de los países sigue el debate sobre si la prostitución es una forma de opresión o un derecho femenino, la ilegalización apenas causó polémica en Islandia. No sólo entre las feministas: un 82 por ciento de las mujeres y un 57 por ciento de los hombres están a favor de prohibir la compra de sexo, y sólo un 8 por ciento de los islandeses se opone.
4. Hay niveles mínimos de violencia y crímenes
Según el informe global de homicidios de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), la tasa de homicidios en Islandia no supera los 1,8 por cada 100.000 habitantes. (Mientras que en los EE.UU, por ejemplo, es de 5,8 anuales por cada 100 mil habitantes). Una de las razones principales es que casi no hay diferencia entre la clase alta, la media y la baja. Con eso, la tensión económica prácticamente no existe.
Pero además, si hay situaciones de maltrato, la ley, inspirada en el modelo austriaco, obliga al agresor o agresora a abandonar el domicilio, en lugar de trasladar a la víctima a un refugio.
5. Las mujeres ganan lo mismo que los hombres
El Gobierno de Islandia aprobó una reforma legislativa que ya se puso en marcha y que obliga a las empresas a demostrar que no discriminan a las mujeres con menores salarios en el mismo puesto de trabajo.
Por eso, las empresas con más de 25 empleados tienen que certificar en sus cuentas anuales a la Administración que sus trabajadores cobran lo mismo desempeñando el mismo cargo. Islandia pasa así a ser el primer país del mundo en poner fin, por ley, a la brecha salarial de género. Según el Informe Global de Equidad de Género (2017) creado por el World Economic Forum (fundador del encuentro de Davos), el top ten de los países que más se acercan a la paridad salarial está encabezado por Islandia y le siguen: Noruega, Finlandia, Ruanda, Suecia, Nicaragua, Eslovenia, Irlanda, Nueva Zelanda y Filipinas, en el décimo puesto.
6. Existe (y se cumple) la ley de cupo laboral
Ya desde el 2008 había una ley de cupos en el sector público. En 2013 entró en vigencia otra que obliga a las empresas con más de 50 empleados a tener al menos un 40 por ciento de uno de los dos sexos en sus consejos de administración. Esto es importante porque Islandia tiene la tasa más elevada de mujeres en el mercado laboral entre los países escandinavos, con más del 77 por ciento.
7. Las mujeres hacen punta en la economía
No sólo hay una mujer al frente del Parlamento: también, y por primera vez una mujer preside un banco, el Islandsbanki. Y hay iniciativas sorprendentes, como Audur Capital, cofundado por la exdirectora de la Cámara de Comercio, un fondo de capital riesgo que reivindica "la incorporación en el mundo financiero de valores femeninos" como "conciencia de riesgo", "capital emocional" o "beneficios con principios".
8. La fuerza del movimiento feminista en Islandia es extraordinaria
La mujer islandesa es de derechos tomar. Su independencia y autoconfianza se forjaron durante siglos y siglos en los que los hombres pasaban largas temporadas en el mar mientras ellas tomaban las riendas en tierra. También en el interior de la isla, en una sociedad campesina que tenía que doblegar una naturaleza implacable, el trabajo femenino era fundamental. Pero no fue hasta los años 70 del pasado siglo, con la transformación de esta sociedad pobre de campesinos y pescadores en un país desarrollado y moderno, cuando emergió el feminismo. El 25 de octubre de 1975 se organizó el primer paro de mujeres, acatado por el 90 por ciento de las islandesas desde sus puestos de trabajo o su hogar.
Tienen un colectivo de rap feminista genial que se llama Reykjavíkurdætur, que significa las hijas de Reykjavík.
Se declaran embajadoras del feminismo y no se intimidan ante nada. En alguna ocasión en la televisión le cantaron al primer ministro "suck my pussy" y en los escenarios suelen desnudarse los torsos para dar el siguiente mensaje: "Esta canción va sobre salir desnuda si me da la gana y mantener mi derecho a no ser violada a pesar de ello".
9.Tienen un sistema feminista de educación
Desde 1980 empezaron a desarrollar el método de educación "Hjalli", que se basa en separar a los estudiantes por sexos, obligarlos a usar uniforme y en prohibir del uso de libros de texto y juguetes convencionales. El método, creado por una feminista, fue premiado en numerosas ocasiones. En esta charla TED lo explica muy bien.
De acuerdo con Pála Ólafsdóttir, creadora de este sistema, los chicos y chicas se comportan de forma distinta porque ya han adquirido desde muy pequeños los roles de su sexo, asignados por la sociedad. Las nenas tienden a ser más buenas y crear menos problemas en clase; mientras que los más traviesos, casi siempre chicos, reciben más atención y supervisión, lo que muchos traducen de forma inconsciente como "soy importante". "Separando ambos sexos, las chicas obtienen la misma atención que los niños y ambos obtienen una educación que les compense de lo que ellos no tienen y el otro sexo sí", señala esta pedagoga en la charla. Cada día hay un tiempo en los que los dos grupos interactúan y en el que se les enseña a relacionarse, el respeto por el otro e incluso a romper ciertas reglas.
Además, los centros educativos de todo el país dan cursos de igualdad de género a adolescentes donde se les abre los ojos ante comportamientos ajenos y propios que antes no identificaban como sexistas.
¿Te irías a vivir a Islandia? ¿En qué punto te parece que deberíamos avanzar en nuestra sociedad? También te proponemos leer: ¿A favor o en contra? Podemos no estar de acuerdoy Alquilé un cuarto en una casa en Barcelona y esto es lo que aprendí
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