8 hábitos de las mujeres más exitosas y creativas del mundo
Burlar convenciones, robar tiempo, realizar rituales caprichosos, esconder ideas y cambiar de identidad. A lo largo de los siglos, las mujeres hemos hecho de todo para sacar adelante nuestras creaciones. En un mundo que rara vez coopera y facilita los tiempos y recursos para llevar adelante lo que soñamos, nosotras hemos encontrado formas de salirnos con la nuestra. En un inspirador libro llamado "Rituales cotidianos, mujeres en el trabajo", el escritor Mason Currey hace un repaso por los hábitos creativos de mujeres pintoras, compositoras, escritoras y científicas, que sorprende al revelar las insólitas estrategias de algunas de las mentes más brillantes. Te resumimos los hábitos más llamativos.
Se permiten ser supersticiosas
Isabel Allende sólo comienza a escribir sus libros el 8 de enero. Lo hace rodeada de flores y sahumerios e invocando un recuerdo: aquel 8 de enero en que le avisaron que su abuelo estaba muriendo y ella comenzó a escribirle una serie de cartas que se convirtieron en su primera y exitosa novela, "La Casa de los Espiritus". La conexión con la magia es importante para las mujeres creativas y no temen inventar rituales que las mantienen conectadas con una dimensión superior. No subestimes tus ganas de magia. Prender una vela mientras resolvés una tarea que venís pateando hace rato, hacerte un baño de descarga con sal gruesa luego de un día exhaustivo de trámites o apelar a promesas a santos si finalmente cumplís con uno de tus objetivos, no parece ser lo más racional del mundo, no, pero la creatividad tampoco lo es. "Los métodos para mantenerse motivados no tienen por qué ser racionales y adultos, simplemente tienen que funcionar", observa Currey.
Descubren los truquitos que las mantienen andando
Currey rescata, por ejemplo, el curioso hábito de Patricia Highsmith, la autora de la exitosa novela publicada en 1955, "El talentoso Mr. Ripley". Para llevar adelante sus objetivos diarios, ella descubrió que necesitaba del caos. Escribir muy tarde, en la cama, rodeada de café, pastelería, cigarrillos y desorden la llenaba de energía. Entendió que lo que la inspiraba era crear una atmósfera adolescente y sentir, precisamente, que no trabajaba. Y en este contexto llevó adelante toda su obra.
Tienen aliados
No estamos hablando de las personas que las ayudan a "escalar" o de socios concretos y estratégicos, sino simplemente de seres queridos que se convierten en testigos de sus procesos y las ayudan a mantener cierto ritmo. Puede ser un amigo que se compromete a seguir de cerca su trabajo o de un colega que accede a cafecitos reflexivos para escuchar dudas. No se trata de gente super profesional o de coaches sino de personas amorosos, de esas que no censuran, que saben entusiasmarse con proyectos ajenos y que tienen algo de sentido común para mirar las cosas desde cierta distancia contemplativa. En el París de los ´30 esto era una regla y era la razón por la que los bares estaban colmados de mujeres artistas como Colette, listas para intercambiar con pares consejos e impresiones.
Le roban tiempo al día de maneras insólitas
Todos tenemos trabajo de mil horas, familias, rutinas innegociables que nos ocupan la mayor parte del tiempo. Pero cuando un proyecto tiene que nacer, las horas de gestación deben conseguirse como sea. ¿Significa esto que hay que pasarse de rosca, no dormir y jamás descansar? A veces sí. Currey cuenta que la pintora Tamara de Lempicka tenía cierto ritual nocturno desde que había descubierto que la noche de París le daba el combustible que necesitaba. Luego de hacerle la cena a su hija y acostarla, en vez de irse a dormir, se iba a los bares a buscar inspiración para volver para encerrarse a pintar. Recuperaba con horas siesta mientras su hija estaba en el colegio, para seguir el ritmo.
Cuidan su fueguito interior, es decir, su entusiasmo
Trabajar está perfecto pero quemarse no es una movida inteligente. Si perdés un día de trabajo por lo cansada que quedaste del anterior, tal vez lo estés haciendo mal. Si terminás odiando tu proyecto porque se parece más a "la colimba" que a un sueño cumplido, entonces tenés que rever la proporción disciplina - placer. "Encuentro que las mujeres más creativas sabían cuándo empezar y cuándo parar para salir a buscar diversión,amor, y vivir la vida, que es, después de todo, el combustible de su arte", observa Currey. "Forzar las cosas es necesario pero forzarlas demasiado no. Ser creativo es entender ese arte que mantiene el espíritu fuerte". Simone de Beauvoir solía practicar senderismo para conectarse con la naturaleza y con su cuerpo y compensar tanto trabajo exclusivamente intelectual.
Son grandes maestras del secreto
No todo lo que pasa por tu cabeza tiene que ser compartido y no todo lo que estás preparando, visibilizado. En una sociedad que ha subestimado la fuerza femenina durante siglos, a veces, lo más astuto que se puede hacer para no perder fuerza, es enfocarse y trabajar en secreto. Esto es especialmente cierto cuando tenés dudas de tus capacidades y te estás preparando para algo pero sabés que más de una persona se va a reir de vos en tu cara. Cuidar el grado de exposición de tus planes cuando estos son tan tiernos como los brotecitos apenas germinados, es astuto. Uno de lo más claros ejemplos de esto fue el de la escritora francesa Anaïs Nin. Ella jamás dejó de escribir su diario íntimo y no dudó en ocultar el hecho a sus amantes, entre ellos Henry Miller e incluso su psicólogo, que querían convencerla de que esa obra, que se transformó en su mejor legado, no era un auténtico hecho artístico.
Usan el caos y el desamor a su favor
La fuerza de un corazón roto, el lío de una vida que se desorganiza, todo sirve. Las mujeres creativas saben que los momentos de complicación requieren grandes sueños y que estos terminan operando a modo de brújula. Es un error pensar que tu vida tiene que estar perfecta para comenzar a trabajar por algo que te mueve. Al contrario, muchas veces es esa necesidad de aferrarnos a algo que nos entusiasme lo que termina por ganarle al estrés. Frida Kahlo es la insignia de este pensamiento que se propone sacar belleza del dolor la adversidad. "Amurallar el propio sufrimiento es correr el riesgo que te devore desde adentro", decía.
Saben que aún así, es normal querer mandar todo a la m$%!
Si cada tanto sufrís crisis de motivación y la pregunta "¿valdrá todo esto la pena?" te sopla la nuca, sabé que es normal. No existe un solo proceso creativo que arranque y se sostenga en una certeza. La mayoría de las veces, nos embarcamos en ellos solo porque no hacerlo es más doloroso que comenzar a movernos. La inspiración nos saca de donde estamos y nos lleva a otro lugar, pero eso no quita que en medio del recorrido no nos asustemos y querramos volver atrás. En general, en el momento en que te das cuenta de que esto ya no es posible, vas a darte el susto de tu vida. La buena noticia es que de eso se trata construirse un destino. "A veces, el dolor de permanecer como un capullo es más fuerte que finalmente florecer", decía Anaïn Nin. Tal vez esto te ayude a entender por qué prosperás, a pesar de todo.
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