Cúpulas medievales, tiendas de hechizos, héroes de la literatura y leyendas son protagonistas de la otra ciudad gótica. Aquí, los básicos para abordar una capital encantada.
The Elephant House
- Por qué: además del café y las tortas, es el lugar de nacimiento de Harry Potter, uno de los personajes de la literatura más importantes que dio Escocia. J.K. Rowling pasó muchos días sentada en esta cafetería del Old Town escribiendo su primer libro. Las paredes están tapizadas de dibujos infantiles y los baños, del techo al piso, grafiteados con mensajes de los fans. Si conocés la historia, vas a reconocer pistas en toda la ciudad. En el cementerio que está detrás del bar, hay lápidas con apellidos que inspiraron los personajes. Lejos de ser un paseo scary, para los celtas y paganos estos lugares no son ningún tabú ni están aislados, y es muy normal pasear por allí como nosotras en las plazas. No es raro ver algún escocés almorzando en un banco junto a la tumba de un tal señor McGonagall, que murió sin tener idea de que su apellido sería inmortalizado por la adorable profe-bruja de la saga.
- Un dato: tiene una de las mejores vistas al Castillo de Edimburgo.
- Qué pedir: la pizza finita tipo italiana es lo más. También el capuccino espumoso con una porción de Victoria Sponge Cake, la torta clásica del Reino Unido (de vainilla con crema y mermelada de frutilla) para la hora del té.
- Dónde: 21 George IV Bridge, Old Town. Olvidate de las redes sociales ¡no tiene wifi!
El walking tour
- Por qué: es la forma de recorrer los pasajes de escalones infinitos sin perderte y conocer sin que se te escapen detalles fundamentales. En una ciudad hecha de tradiciones y simbolismos, es clave que te cuenten los secretos detrás de cada lugar que, si lo hicieras solita con tu mapa, pasarían desapercibidos. Los grupos de personas de todas las edades reunidos alrededor de un storyteller forman parte del paisaje. Están súper bien organizados: las rutas de las distintas empresas nunca se pisan, y vas a encontrar muchas opciones según lo que más te interese: de historias medievales, ciudades subterráneas, de terror, de Harry Potter, de bebidas locales y de la ciudad nueva. Great news: hay en todos los idiomas.
- Un dato: la modalidad free no quiere decir gratis sino "a la gorra", cuando termina pagás lo que te parece justo. Algunas empresas tienen la forma de cobro convencional antes de que empiece. Si querés conocer el Castillo, chequeá las propuestas que incluyen la entrada y el tour guiado por dentro.
- Cuál elegir: los básicos son uno diurno y uno nocturno. Cada empresa tiene su menú y su recorrido. Entre las mejores está Sandemans, que no suspende por lluvias. Podés ver opciones en este link.
- Dónde: a lo largo de la Royal Mile vas a ver veintenas de meeting points de todas las empresas que ofrecen este servicio. Te piden que los busques por algún distintivo (por ejemplo, camperas amarillas, paraguas rojos, gorras azules).
El New Town
- Por qué: si el Old Town es la zona de las calles con pasajes misteriosos, las gaitas, los estampados de cuadros de colores, el cashmere, y todo lo que pensamos cuando imaginamos Escocia, su contrapunto es el barrio más canchero y donde está la movida local. De día para brunch, de noche para pubs, cerveza local y música en vivo. Las tiendas, las galerías de arte y los bares de los hoteles más chic están al sur de los jardines de Princes St. Y no es casualidad: fue construido a partir de la segunda mitad del siglo 18 y 19 por las clases altas, que huyeron a la parte baja hartas de los hacinamientos y los malos olores de la Ciudad Vieja en aquella época y jamás perdió ese encanto de zona paqueta.
- Un dato: los bares de Rose St. explotan de onda aún las noches aparentemente silenciosas y despobladas. ¿Qué tomar? En Escocia se produce todo tipo de cervezas, pero la más típica es la Ale, sin burbujas y nunca tan fría como estamos acostumbradas acá. La Best es la favorita de todos los que la prueban. La Tennents, otra institución del país, te va a encantar si preferís una lager, es la típica rubia con burbujas.
- Parada obligatoria: el Hard Rock Café
El Whisky
- Por qué: Escocia produce más de tres mil variedades. Si todavía no lo probaste o no nunca te copó demasiado, esta es la tierra para que te enamores. En cualquier lugar podés pedir "a dram of whisky". Todo lo que tenés que saber sobre el single malt scotch lo vas a aprender en la barra de alguno de los más de 650 pubs de la ciudad: los escoceses son súper hospitalarios y orgullosos de lo suyo, y con mucho gusto y dedicación te van a acompañar en tus primeros pasos (o sorbos). Si no sos muy fan, animate a probarlo con la receta de ellos: a la medida, agregale un poco de agua a temperatura de ambiente.
- Un dato: en The Scotch Whiskey Experience (al lado de la entrada al Castillo) hay tours guiados con historia, paseos por los barriles y degustaciones.
- Dónde comprar: Royal Mile Whiskies (379 High Street Edinburgh, frente a la iglesia de St. Giles) tiene los mejores precios. La oferta del aeropuerto es otra buena opción.
- Y algo más: El eclaire de vainilla y bourbon de la pastelería La Barantine es otra manera deliciosa de empezar a probar esta bebida, con un té británico. IG @labarantine
Calton Hill
- Por qué: ¡Por la vista! Desde arriba de esta colina, emplazada al este de la Ciudad Nueva (justo donde termina Prince St), tenés una panorámica 360° única desde donde vas a hacer las mejores fotos. El ascenso (a ver cómo viene ese estado aeróbico) es en un entorno de ese verde que solo existe en el Reino Unido. En la cima, vas a ver los monumentos nacionales neoclásicos de inspiración griega, que justifican su apodo de "la Atenas del norte".
- Un dato: Podés subir hasta el punto más alto del Monumento a Nelson, pero las vistas son muy parecidas a las que ves desde la colina. También tiene un pequeño museo. Chequeá los horarios, que cambian según la época del año.
- Cuándo: Podés subir de día y de noche.
- Y algo más: Al pie de la colina está el cementerio de Calton, donde descansan muchas de las leyendas más tenebrosas. Tenelo en cuenta si te divierten estos tours.
Más info
Cómo llegar: Desde Londres en tren, el viaje dura entre 4 y 5 horas y es una experiencia que vale la pena. Más info en este link.
Tax Free: Es uno de los pocos países donde te devuelven en el momento el cash. Acordate de pedir el formulario Global Blue en cada compra que hagas y después hacés el trámite en la oficina que está justo en el informador turístico. ¡Ojo! Tienen una política diferente a otros países. Si te comprás un teléfono, por ejemplo, van a chequear en el aeropuerto que esté cerrado en su envoltorio cuando abandones el Reino Unido o te van a cobrar una penalidad.
No tan santas: Las iglesias tienen usos impensados como bares, hostels y mercados.
El clima: Andá preparada para nada te frene. Edimburgo jamás queda en stand by por lluvias.
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