Tres días parece poco tiempo, pero alcanza para descubrir el carácter rebelde, tolerante, colorido, pride, intelectual y pacifista que define a esta ciudad. Es suficiente para conocer los clásicos que vimos mil veces en las películas y algunos secretos locales. Y sobra para enamorarse irremediablemente de su paisaje único con nostalgia de mar y glam de metrópoli. Acá, el diario de un viaje (¡100% en zapas!), con atajos y una guía foodie para exprimir San Francisco en menos de 72 horas.
DÍA 1: DOWNTOWN, PLAYA Y MERCADO
En una ciudad con playa, ¿hay otra prioridad que no sea correr a la costa? Con esa premisa, el primer objetivo fue un mercado boutique en un edificio reciclado del puerto que reunía lo que más me importaba: vista de la bahía y el mejor lugar para desayunar. Desde ahí, mapa en mano, seguiría de caminata por el Embarcadero y la vuelta sería recorriendo algunos de los clásicos cercanos al centro. Me quedé en el preciosísimo Palace Hotel, en pleno Downtown, así que el tour empezó entre los edificios ultramodernos y tiendas del distrito financiero.
Los spots clave:
•Ferry Building Market Place: ¡La tierra prometida! Bazares, puestos de comida de todos lados, restaurantes, tiendas. Alerta foodie: el planazo fue comprar un café + cookie de azafrán en Blue Bottle y armar un picnic mirando el Bay Bridge en medio del ritmo portuario de la mañana. Antes de seguir, Mr. Bomboloni tienta con dulces italianos rellenos (hay de nutella, vainilla y mil más). En Humprhy Slocombe probé uno de los mejores helados de mi vida. La carta de sabores es súper original y muta todos los meses.
•Fisherman´s Wharf. Los puestitos prometen la mejor sopa de almejas de la costa oeste, y es uno de los barrios más lindos con música callejera, galerías de arte y tiendas de ropa. Enloquecí en Lola of North Beach, con los souvenires más originales. Pier 39 es una especie de Disney de mar con luces, música, entretenimiento, tiendas de golosinas, shopping, todo bien yankee. Los leones marinos descansan tranquilos en la costa y desde ahí, si la bruma no interfiere, se ven el Golden Gate y la isla de Alcatraz. Ghirardelli Square, un centro comercial con paisaje de playa, es un buen punto para recuperar fuerzas y emprender el regreso.
•Lombard Street. En el mapa se veía cerca, pero la decisión correcta hubiese sido tomar algún transporte público. Las calles son tan empinadas que hasta a los autos les cuesta subir. Llegué con el último aliento a la calle más sinuosa de Estados Unidos para bajarla caminando. Siempre hay una filita de autos, motos y bicis esperando para recorrer los 8 zigzag que atenúan la pendiente. En el camino de vuelta me encontré perdida en las calles llenas de chucherías del Chinatown más grande de occidente.
•Castro. La capital gay del mundo fue el destino para el paseo de noche. Además del colorido de la bandera arcoíris en todas partes (desde las sendas peatonales hasta los croissants), los bares y los brillos kitsch, se respira la contundente declaración de derechos de igualdad. Harvey Milk, el político y activista LGBT -en la peli de 2008, encarnado por Sean Penn-, aparece homenajeado en cada centímetro del barrio con citas y fotos.
DÍA 2: GOLDEN GATE, MISSION DISTRICT Y NORTH BEACH
A esta altura, ya había descubierto que la clave es alternar caminatas con algo que vaya sobre ruedas porque sino no hay cuerpo que aguante. El Muni (Ferrocarril Municipal) se convirtió en mi mejor amigo: une toda la ciudad y pasa rápido. También subí al Big Bus para una panorámica de los highlights típicos, los parques inmensos y cruzar el Golden Gate. Y, por supuesto, di unas vueltas colgada del cable car, porque la idea era no escatimar en clichés de turista.
Los spots clave:
•Mission District. Desayuné en Tartine Bakery, la pastelería número uno de las guías y blogs. La fila no es grave los días de semana y el budín de pan con frutillas frescas valió cada milla recorrida de Argentina a California. La caminata por el barrio latino, hipster y gastronómico de la ciudad es para instagramear a lo loco: sobre Valencia St. y sus arterias hay murales coloridos con consignas feministas, galerías, barberías, librerías y las cocinas étnicas más espectaculares de la ciudad. Alerta foodie: en Stonemill Matcha, además de bebidas, hay pastelería a base de ese té. Las cookies verdes con chocolate blanco son lo más. Four Barrell es una cafetería con mucha onda. Y dejé elegido el lugar para la cena, Flour + Water, adonde volví más tarde por la mejor pasta de la city y un postre inolvidable de chocolate y crema de espresso.
•Alamo Square. Una de las paradas del Hop On-Hop Off fue en el parque frente a las Painted Ladies. Detrás de las casas victorianas más famosas, se asoma el skyline de la ciudad con la cúpula del ayuntamiento y los edificios emblemáticos.
•North Beach. Es el barrio italiano y parada necesaria en la agenda de las pizza lovers. En Tony´s hacen la mejor.
•Bar Fluxus. Tragos + arte + música en vivo en un ambiente muy relajado, escondido en un callejón de Union Square. En su web está la agenda actualizada de bandas y precios.
DÍA 3: BAY BRIDGE, MOMA Y FLOWER POWER
No quise perderme el desayuno con música en vivo del hotel, y así empezó la despedida. La última tarde quedó reservada para una pasada rápida por las tiendas, porque siempre hay descuentazos al estilo USA. Usé los minutos que sobraron para correr a espiar el Bay Bridge iluminado de noche ¡imperdible!
Los spots clave:
•SF MoMA. Además de una colección permanente con obras de los creadores más influyentes del siglo XX, las instalaciones temporarias de este museo son de otro planeta. Enfrente, Yerba Buena Gardens, para un paseo tranqui al aire libre. Alerta foodie: en el parque hay una sucursal de Samovar Tea & Chai, para fans del té y la pastelería.
•Haight-Ashbury. Una escapada hasta donde nació la contracultura flower power y el Verano del Amor en los ’60. El barrio hippie es un museo a cielo abierto de graffitis de colores con consignas de paz y amor. Sobre la calle Haight hay bares, restaurantes, tiendas de ropa vintage y la mítica disquería Amoeba Music llena de vinilos nuevos y usados de todas las épocas. Alerta foodie: en Escape from NY la porción de pizza es gigante.
•Union Square. Es el corazón de la ciudad. Market St. (y sus alrededores) es el destino obligado de shopping porque tiene todas las marcas que amamos, las tiendas departamentales como Macy´s y Nordstrom y los diseñadores top.
Más Info
•Dónde dormir: en el Palace Hotel, además de sentirte una reina desde que ponés un pie en lobby, estás a mano de todo. Desde U$S 225 los fines de semana y U$S 395 los días de semana. www.sfpalace.com.
•Cómo llegar: Copa Airlines vuela desde Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y, a partir de diciembre, también desde Salta. Desde U$S 1.290. www.copaair.com.
•Cómo salir del aeropuerto: Air Train hasta Garage G y desde ahí el Bart Train (subte) conecta con toda la ciudad. El viaje hasta el Downtown dura media hora.
•Para pasear: El San Francisco City Pass, además de las atracciones clásicas, incluye el transporte público (¡un golazo!). www.citypass.com/san-francisco.
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