Yo procrastino, tú procrastinas, él...
Qué tentación, la procrastinación. Qué tentación, también escribir *procastinación, por lo menos para algunos hispanohablantes que sostienen que "procrastinación" o "procrastinar"... no se pueden pronunciar, aunque no tienen problemas con procrear y algunas otras combinaciones silábicas similares.
Por eso es una alegría leer artículos como el del crítico de arte Daniel Molina en este diario, porque ni el autor ni el corrector le han rehuido a la palabra: en "Nuestra maravillosa vida sin sentido" (http://bit.ly/1AKlMYJ), del 3/5, escribe Molina que "la vida virtual es una sucesión infinita de instantes dispersos y la conexión perpetua de fragmentos diversos. La procrastinación (esa capacidad para posponer siempre lo que debemos hacer) no es una anormalidad. Es la esencia de la nueva vida".
No es la primera vez que los hablantes se rebelan ante las indicaciones, recomendaciones o sugerencias de la Real Academia Española. Por ejemplo, recordemos cómo reaccionaron muchos ante la posibilidad siquiera de quitar la tilde de solo cuando es adverbio (como se las considera palabras graves terminadas en vocal, tanto el adjetivo solo como el adverbio solo se escribirán siempre sin tilde). Sin embargo, la Academia venía aplicando este criterio desde muchísimo antes, pero solo (sin tilde, por supuesto) cuando esta regla se hizo "visible" gracias a los medios de comunicación y a los muchos "cambios" que introducía la nueva Ortografía, fue que el público hispanohablante en general se dio por enterado. También pasó algo similar con la acentuación de algunos monosílabos: por ejemplo, si bien poner tilde a guión, truhán, Sión no es incorrecto para la RAE (hay países de América latina que perciben el hiato y articulan esas secuencias vocálicas en sílabas distintas; nosotros los argentinos estamos entre ellos), esta ha decidido que dichas palabras tendrán una única representación gráfica: guion, truhan, Sion, porque no importa cómo se las articule, estas palabras reciben el acento siempre sobre la misma vocal (ver además, en este sentido, la conjugación de los verbos criar, fiar y reír, en el botón azul del Diccionario en línea, para comprobar cuáles son las formas verbales que se escriben siempre sin tilde).
¿Nos gusta? No siempre nos gustan estas decisiones académicas y o nos rebelamos o procrastinamos con gusto, aplazando, demorando, dejando para más adelante el seguir las indicaciones de la RAE. Pero no se trata de caprichos académicos, sino incluso de estrategias tendientes a que el español conquiste otros ámbitos, por la fuerza de su número y por la capacidad de su expresión. Aquí, en la Argentina, quizá se nos haya pasado por alto la realización, del 23 al 26 de abril pasado, del Foro Internacional del Español, en Madrid, en el que instituciones y empresas implicadas en la industria del español dispusieron de espacios para presentar sus propuestas y para intercambiar experiencias. Porque nuestro idioma, el español, exhibe posibilidades de negocios en la economía global: "La riqueza del español vale miles de millones", tituló audazmente el diario El País de España. Estemos atentos para no dejar pasar la oportunidad. No dejemos para mañana lo que podemos aprender hoy.
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