Yo pagué el impuesto a la riqueza, ahora te toca a vos gestionar bien el Estado
Pagué el impuesto a la riqueza. Ahora te toca a vos hacer tu parte. Vos, legislador, funcionario del Ejecutivo o miembro del Poder Judicial, en la Nación, en una provincia o en un municipio.
Hoy pagué el Aporte Solidario Extraordinario. Seamos claros, es un impuesto. Probablemente inconstitucional, como muchos especialistas creen. Lo deberá resolver la Justicia. Pero no voy a detenerme en eso. Decidí pagarlo y no cuestionarlo, aunque estoy convencido de que es un pésimo tributo, que no soluciona los problemas de insolvencia fiscal y, peor aún, ahuyenta lo que nuestro país más necesita atraer: capitales que tengan la osadía de invertir aquí a pesar de lo mal que se los trata desde hace muchos años.
Sentí mezcla de sorpresa y tristeza cuando supe que debía pagar este impuesto. Es obvio que nadie disfruta pagar un tributo y, menos aún, uno tan alto. Pero no es eso lo que me causó tales sentimientos. Lo que me sorprendió es que el conjunto de mis bienes fuera considerado una “gran fortuna” y me entristeció entender que eso es muestra de lo mucho que se empobreció la Argentina. Mi patrimonio estaría muy, pero muy, lejos de ser calificado como una gran fortuna en cualquier nación de ingresos medios. ¡Es que ahora jugamos en la liga de los países pobres!
Te comento que mis bienes no son heredados ni los gané en el casino. Son fruto de muchos años de trabajo de mi esposa y míos, y de haber siempre vivido por debajo de lo que nuestros ingresos nos permitían. Sabíamos que llegaría el tiempo de retirarnos de nuestra actividad profesional y que ahorrar nos permitiría no convertirnos en una carga económica para nuestros hijos. Te aclaro, aunque no debería hacer falta, que nuestros ingresos fueron siempre en blanco y pagamos todos los impuestos, por altos que fueran.
Pero, como empecé diciendo, ¡Ahora te toca a vos! No te pido un “esfuerzo solidario y extraordinario” como me exigiste a mí. Te pido, nada más, que hagas tu trabajo, pero que lo hagas bien y buscando el bien común, no tu beneficio personal, ni el de tu facción o partido político. Para eso fuiste elegido o nombrado, y para eso se te paga un sueldo.
Dejame darte algunos ejemplos de lo que espero que hagas:
- Espero que elabores un plan serio y detallado para que el sector en el que te desempeñas haga mejor lo que tiene que hacer. Que hagas público ese plan, y lo ejecutes eficazmente, rindiendo cuentas a toda la sociedad en forma periódica sobre tus avances. Coincidirás en que el espacio que hay para mejorar el funcionamiento del estado es enorme.
- Espero que informes de modo transparente todo lo que tu sector gasta y elimines los gastos superfluos o prescindibles. No hagas trampa ni ocultes cosas. Tampoco me digas que esos gastos “no mueven la aguja”. Acordate que a muchos les demandaste un esfuerzo solidario y extraordinario. No está bien que lo hagas si vos no estás dispuesto a actuar responsablemente, aunque sea en lo poco.
- Espero que trabajes seria y denodadamente para detectar, sancionar y erradicar todo tipo de corrupción, no importa de qué sector provenga. La corrupción no se puede tolerar, es siempre mala y termina afectando más a quienes menos tienen.
- Si sos legislador espero que informes detalladamente -sin trampas ni avivadas- lo que se gasta, por todo concepto, en el órgano legislativo en el que actúas, y que te comprometas a que sea un ejemplo de eficiencia y austeridad. Como dije, jugamos en la liga de los países pobres, y es inmoral e inaceptable que nuestros legisladores cuesten más que los de países ricos.
- Si trabajás en el Poder Judicial espero que actúes con independencia y probidad, y que hagas lo necesario para que la justicia se imparta a tiempo.
- Espero que te pongas de acuerdo con los políticos de todos los partidos para que, en cada elección, de ahora en más y empezando con las legislativas de octubre, votemos con boleta única. De esa forma ahorraremos en boletas, en logística y en fiscalización y, lo que no es poco, estarás dando un valioso ejemplo de colaboración y transparencia.
- Espero que hagas lo necesario para que el sector privado del país pueda desarrollarse, crecer, generar trabajo y crear valor. Eso es imprescindible para eliminar la pobreza.
- Hablando de pobreza, espero que te ocupes especialmente de los más necesitados, pero no para captar sus votos, sino buscando sinceramente darles educación, salud, seguridad y oportunidades para que a través de su propio esfuerzo y dedicación puedan construir un porvenir del cual se sientan orgullosos.
- Espero que seas ejemplo de virtudes cívicas y republicanas. Una sociedad virtuosa se construye dando el ejemplo desde arriba. Y, si sos funcionario, estás especialmente obligado a tener una conducta ejemplar. Si no estás dispuesto a hacerlo, por favor, renunciá a tu cargo.
En fin, podría seguir, pero no quiero extenderme más. De lo que estoy seguro es de que, si cumplís con eso que espero de vos, como yo cumplí con el impuesto solidario y extraordinario que me exigiste, podemos revertir la decadencia de tantos años y, en menos tiempo del que imaginás, tener un país más parecido al que soñamos.
Abogado y empresario