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El abandono del negro absoluto del luto es una diferencia importante desde lo psicológico
PARA LA NACIONOrlando D'Adamo
Después de su ausencia por enfermedad, la Presidenta reapareció utilizando una de las herramientas de comunicación preferidas de los líderes políticos de estos tiempos: Twitter . Si el medio es el mensaje y una imagen vale más que mil palabras, los siete minutos de su comunicación fueron una síntesis perfecta de estas conocidas afirmaciones.
Primero, la posibilidad de llegar a sus seguidores sin emplear los medios tradicionales, de manera rápida, autónoma y, adicionalmente, alcanzar la primera plana de los diarios y noticieros, sin la "incomodidad" de contestar preguntas, o depender de la organización de las harto antipáticas cadenas nacionales, al menos para el 70% de la población. Fue dueña absoluta de su reaparición.
Hizo un uso correcto y eficaz de la tecnología, dicho esto con la ecuanimidad de quien ha sido un crítico tenaz de los habituales desaguisados comunicacionales del Gobierno. Esta vez, técnicamente, es correcto el uso de Twitter. Lo de "capocha" quedará como una nueva licencia poética del estilo "K". Una más, para festejo de sus seguidores y espanto de quienes no lo son, lo que a esta altura es irreversible.
Los cambios, más allá de las significaciones políticas, indican un claro mensaje: el poder de decisión está en sus manos nuevamente con pleno ejercicio de su liderazgo
Segundo, el abandono del negro absoluto del luto es una diferencia importante desde lo psicológico y transmite un cambio cuyo alcance no es posible cuantificar, a lo que debe sumarse la presencia del pingüino de peluche y el nuevo cachorro , buscando ablandar su imagen y retener la empatía que su enfermedad generó, tal como muestran las encuestas. Algo es distinto, esta imagen no es la más frecuente que le hayamos conocido, si es que algo semejante tuvo lugar alguna vez.
Los cambios, más allá de las significaciones políticas, indican un claro mensaje: el poder de decisión está en sus manos nuevamente con pleno ejercicio de su liderazgo.
Los reemplazados no eran figuras con peso en las decisiones políticas. Su desplazamiento, en un caso satisface probablemente una antigua ambición ("Me quiero ir") y, en el otro, redefine una función que aparecía más que desdibujada en medio de las internas del Gobierno, la del Jefe de Gabinete. Sin embargo, empiezan también a delinear el futuro: profundización del "modelo económico" y preparación de la sucesión. Más allá de lo que el "relato" cuente el día después, el cambio del ministro de Economía, el de Agricultura y la conducción del Banco Central, solo indica una cosa, algo no funciona en la economía.
Los reemplazados no eran figuras con peso en las decisiones políticas
Las personas sufrimos muchas situaciones críticas a lo largo de la vida, algunas nos cambian perspectivas existenciales, a veces nos debilitan, otras nos fortalecen. Cada persona las procesa según sus posibilidades de afrontamiento y no es fácilmente predecible la reacción de cada uno. Deberán transcurrir los próximos meses para saber si algún cambio en el estilo de liderazgo efectivamente se está gestando.
Pero no hay que olvidar que, los líderes, en general, y los personalistas en particular no suelen cambiar fácilmente de estilo. Quizás porque, como dice la canción, tampoco puedan escapar al fatalismo de su propio ser.
Por Orlando D'Adamo
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