Vladimir Putin, y la reforma constitucional que le permitirá perpetuarse en el poder
El referendo que fuera convocado para ratificar la reciente reforma constitucional rusa quedó ya atrás. Ahora Vladimir Putin puede permanecer en lo más alto del poder de la Federación Rusa hasta 2036, si lo desea. Dieciséis años más, entonces. Una eternidad.
A través de toda una semana de votación, el 70% de los rusos aprobó la reforma que les fuera propuesta. Quienes concurrieron a votar accedían, por ello, a rifas y premios de distinta naturaleza, como atractivo anzuelo para que la gente no dejara de concurrir a las urnas.
Se votó -en absoluto orden y armonía, pero en una atmósfera de muy crudo nacionalismo- no sólo sobre la extensión del mandato presidencial. También sobre la prohibición de los matrimonios del mismo sexo, la prohibición absoluta de hacer concesiones territoriales, y la defensa del papel heroico del pueblo ruso durante la Segunda Guerra Mundial, enfrentado contra los nazis.
Pero sin entusiasmo alguno, desde que Rusia lleva ya seis largos -y frustrantes- años de un profundo estancamiento económico.
El 59% de los encuestados rusos dice estar satisfecho con Vladimir Putin, porcentaje que debe tenerse por alto, naturalmente. Y la pandemia del coronavirus ha desanimado mucho a los rusos, que no han podido contenerla.
Los mecanismos de votación fueron tan laxos, que hasta hubo quienes votaron dos veces, sin mayores problemas.
El autor es exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas