Vivienda digna para todos
¿Por qué en la Argentina, según el Indec (2018), sobre un total de 13,3 millones de hogares, unos 4 millones habitan en villas de emergencia o asentamientos que carecen de servicios esenciales (agua potable, cloaca, gas natural, desagüe pluvial)? ¿Por qué varios millones son inquilinos perpetuos? ¿Por qué somos de los países con menos crédito hipotecario, cuando hace 100 años éramos un ejemplo?
Fundación Metas Siglo XXI (FM), que preside el abogado y economista Guillermo Laura, estudia metas y propone cómo alcanzarlas. Sobre vivienda expuso una inteligente solución, con un cambio de paradigma: el Estado, que acumula fracasos construyendo viviendas desde organismos de costosa burocracia, solo debe intervenir para garantizar créditos hipotecarios con tasas subsidiadas y hasta sin intereses. El sector privado tiene capacidad para construir y el Estado para apalancar la posibilidad de compra de los más pobres. Con créditos a 30 ó 50 años, como en países desarrollados, la cuota mensual para amortizarlos será comparable a la de un alquiler. Para FM el problema de la vivienda es financiero: el crédito hipotecario se destruyó por nuestra inflación crónica; en 2016 se redujo al 0,5% del PBI cuando en los 90 era del 5%; en Estados Unidos es del 76,5% del PBI (153 veces más), en Gran Bretaña 85%, Dinamarca 101,4%, Holanda 107,1%.
El economista Roberto Cachanosky midió nuestra inflación desde 1935 –cuando se creó el Banco Central– hasta 2018. En 84 años, el promedio anual fue del 53,3% y la inflación acumulada de 257.000 billones por ciento. Con una inflación de 18 dígitos, la Argentina no tiene moneda. Para FM ésta es la causa principal del déficit habitacional, pues la inflación atenta contra el crédito. Por ello estudió otra meta, que publicó en el libro La moneda virtual (2012), moneda denominada Unidad de Valor Adquisitivo (UVA).
Para FM la moneda debe ser una unidad de medida invariable, como el metro patrón; ontológicamente estable, o sea indexada. Si la moneda no pierde poder adquisitivo, no hay inflación. La UVA se inspira en la Unidad de Fomento (UF) que Chile estableció en 1967. Al estar indexada por la inflación, no es distinta al índice de precios. En 53 años (1967-2020) la UF tuvo estabilidad perpetua, cuando la inflación del dólar fue del 783%. Con la UF la bancarización en Chile llegó al 112% de su PBI (en la Argentina es del 14%), por lo que dispuso de créditos para vivienda siendo el primer país de la región en eliminar las villas de emergencia. Uruguay también creó la moneda Unidad Indexada (UI), por la cual –según informa FM– una empresa acaba de obtener US$100 millones, a 20 años y 3% de interés anual.
La moneda UVA que propone FM será de curso legal y uso obligatorio en las operaciones dinerarias relevantes, que estarán bancarizadas bajo apercibimiento de nulidad del pago. Crecerán los depósitos bancarios, superando –según FM– diez veces la base monetaria como en Chile, pudiendo alcanzar los 2,6 billones de $UVA, equivalentes a US$1,3 billones. Con esta moneda, sueldos y jubilaciones estarán indexados, como en Estados Unidos que implantó dicha indexación en 1985 y en 35 años solo tuvo tres huelgas.
Al crecer el mercado de capitales, FM sostiene que habrá suficiente crédito hipotecario, pudiéndose construir, en solo 4 años, 2 millones de viviendas, con dos dormitorios, baño, cocina-comedor y los servicios esenciales. La clase media tendrá créditos a 30 años, con tasa de interés del 3% anual. Las familias de muy bajos recursos lo tendrán a 50 años, con intereses subsidiados parcial o totalmente por el Estado. Las cuotas en $UVA se pagarán con sueldos también nominados en $UVA.
Así, las familias que habitan en villas de emergencia y asentamientos precarios tendrán viviendas adecuadas, confortables. Las tierras que ocupaban se transformarán en parques públicos, donde FM propone que se construyan establecimientos educativos y ámbitos para practicar deportes.
A comienzos del siglo XIX, o sea hace 200 años, economistas ingleses como George Poulett Scrope, William Jevons y Alfred Marshall sostenían que había que monetizar el índice de precios. En el siglo XX, el estadounidense Irving Fisher y el argentino Alejandro Bunge tuvieron idéntica visión. El Premio Nobel de Economía 1976, Milton Friedman, aportó en igual sentido. Con tan destacados y reiterados estudios, Fundación Metas propone hoy la moneda virtual UVA para recrear el crédito hipotecario que permitirá a todos acceder a una vivienda digna.
Director ejecutivo de la Fundación Sales