Vidal, Arroyo, Mirtha y varios más hacen olas
Ya no está Pimpinela en Mar del Plata, como en los veranos de Daniel Scioli gobernador, pero su sucesora, María Eugenia Vidal , y el intendente de esa ciudad, Carlos Arroyo, se las ingenian para recrear a su manera el "me engañaste, me mentiste, te burlaste" del exitoso dúo musical de los amores sufridos.
Al comienzo de la actual temporada él la plantó a ella en un acto porque "había mucho sol" (después, como si fuera una maldición, febo asomó bastante poco por la ex-Feliz durante el mes de enero) y ahora en febrero ella le escribió a él una carta para pedirle que deje sin efecto la ordenanza que pretende cobrarles un impuesto a las marquesinas teatrales, en un verano de vacas flaquísimas. Es que del 40% catastrófico inicial abajo de la temporada anterior en cantidad de entradas vendidas que amagaba a fines de diciembre, leves repuntes de la última semana de enero y principios de febrero reducen ese porcentaje a "solo" el 30% menos, muy difícil de mejorar ya que Carnaval caerá en marzo y Semana Santa a mediados de abril.
"Le solicito se abstenga de implementar medidas que atenten contra el normal desarrollo de la actividad teatral", le espetó Vidal públicamente a Arroyo al refrescarle los tres pilares fundamentales de la estrategia de su plan Verano en la Provincia: 1) playas públicas equipadas y gratuitas; 2) promoción del consumo mediante descuentos y acuerdos sectoriales, y 3) oferta cultural gratuita y complementaria de la actividad privada. Pero la respuesta, también pública, de Arroyo no se hizo esperar. "Voy a seguir cobrando la tasa mientras que la ley esté vigente".
Dos datos paradójicos a tener en cuenta: 1) Vidal y Arroyo pertenecen al mismo espacio político ( Cambiemos ), pero no se pueden ni ver y por eso conventillean a distancia sin dirimir sus diferencias en torno de una mesa como personas adultas y 2) el "voy a seguir cobrando" amenazante de Arroyo por ahora es pura teoría porque en el verano pasado el impuesto se suspendió antes de entrar en vigor y ahora que vuelve a la carga con lo mismo nadie tiene la menor idea de cómo lo implementará y en qué porcentaje.
Mientras tanto, frente a esa posibilidad, hay teatreros y productores que hasta amagan con bajar sus marquesinas del frente de las salas si la municipalidad y el concejo deliberante finalmente logran cobrarles un tributo por ellas. Es que el sector está demasiado frágil como para andar sacudiéndolo. "Estamos con los once jugadores colgados del travesaño tratando de defender el cero a cero", apela a la metáfora el productor y legislador massista Javier Faroni. Por su parte, Carlos Rottemberg, el empresario con más expertise en el rubro, si bien da como primera causa de la caída de espectadores que sin dinero en los bolsillos no hay consumo, reconoce otros factores que contribuyen a ese achique (veraneos más cortos, la retracción de la ficción televisiva local, el auge de Netflix, la canibalización que ejerce la creciente oferta de espectáculos gratuitos, el clima inestable y hasta la inseguridad en la calle).
Política y espectáculos se entrelazan como nunca en el verano marplatense. Además de haberse vuelto casi habitual de Chapadmalal, el presidente Mauricio Macri (que festejó allí el viernes su cumpleaños N° 60), entre bambalinas, y no tanto, se mueven el sindicalista Luis Barrionuevo y el operador Guillermo Seita. En el Tronador, Marcelo González facilita el desembarco de Horacio Rodríguez Larreta con una muestra sobre el Teatro Colón. Otros jugadores importantes en difusión son Mirtha Legrand y sus dos programas desde el hotel Costa Galana, y el Espacio Clarín (en sus muy diversificados soportes físicos, audiovisuales y virtuales). Pero las grandes "vedettes" de la temporada son los descuentos del 50% con tarjetas de bancos oficiales que morigeran la depresión de las taquillas, con importantes plus de ayuda para Guillermo Marín (productor de la revista de la familia Bal/Barbieri) y Gustavo Yankelevich, productor de Sugar, quien reveló a la revista Central, editada en el balneario, que "María Eugenia Vidal se involucró para que estuviéramos en la ciudad en unas condiciones muy favorables".
En un verano en el que empresarios privados como Carlos Mentasti toman la posta del Complejo Teatral de Buenos Aires, llenando el Provincial con Un enemigo del pueblo (el clásico de Ibsen con muchas resonancias en un año electoral), el ministro de Cultura bonaerense, Alejandro "Conejo" Gómez, con teatro comercial de calidad (El ardor y 40 días y 40 noches) en el Auditorium, brinda mayor diversidad a la cartelera marplatense y amplía la cantidad de espectadores respecto del verano anterior.
Aunque hace años a Mar del Plata le está faltando un urgente refresh, continúa siendo la vidriera del verano y los políticos pelean por ella como si la comunicación siguiera manejándose al estilo de hace 40 años. Así, entre otros, pasaron los ministros Bullrich y Frigerio, el gobernador salteño Urtubey, el ultraliberal Espert y el inclasificable Olmedo, con el que coqueteó el díscolo intendente Arroyo. Los peronistas de Alternativa Federal Massa, Schiaretti y Pichetto armaron gran acto en un lugar insólito: Playa Grande (algo así como la Recoleta marplatense), que frecuenta un público bastante refractario a cualquier tipo de peronismo y muy malhumorado por los líos de tránsito que ocasionaron.
psirven@lanacion.com.ar
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