Vida de perros
Clara Muzzio, la vicejefa del gobierno porteño, viene expresando últimamente en sus redes sociales gran preocupación por el envejecimiento de la población de la ciudad de Buenos Aires. “Ya hay más personas mayores de 60 que menores de 10″, apunta y afirma algo todavía más inquietante: “mueren más personas de las que nacen”.
Sin embargo, algo crece. También Muzzio lo computa: si sumamos perros y gatos “casi duplican a los niños”.
Los políticos deberían preguntarse si no han tenido bastante que ver con el fenómeno: a los potenciales padres se les hace cada vez más cuesta arriba defender su nivel de vida como para, encima, ampliar la familia. Menos compromiso y menos gasto implica tener un perro, que es más leal y menos rebeldón que un crío.
Pero tampoco es cuestión que, por la mustia natalidad humana, el gobierno capitalino se la agarre con los pobres canes que nada hicieron al respecto. Lo cierto es que vedan el ingreso de estos animalitos a gran cantidad de plazas y parques. Como si no fuera suficiente castigo que vivan encerrados en departamentos, la Policía de la Ciudad destaca efectivos para ahuyentar de esos paseos a las mascotas y sus dueños. ¿No tienen nada mejor para hacer?